Capitulare de villis vel curtis imperii (o imperialibus) ("Capitular de los pueblos o cortes del imperio", en español) es un acta legislativa (capitular) que data de finales del siglo VIII o de principios del siglo IX. En esta, Carlomagno, dirigiéndose a sus villici, los gobernadores de sus dominios (villæ, villis), decreta un determinado número de observaciones y reglas.[1] Este no actúa (como a menudo se dice) como simples recomendaciones, sino como normas sancionadoras estrictas (multas, revocación, encarcelamiento, destierro…) ya que este texto es un real decreto que incluía la concreta aplicación que sería controlada in situ por los missi dominici (“los enviados del Señor”).
Aunque no puede reducirse, por supuesto, a ellos, este texto es conocido sobre todo por sus capítulos (artículos) 43, 62 y, sobre todo, el 70, que contiene la lista de un centenar de plantas, árboles, arbustos o simples hierbas de las que ordena que se cultiven en los jardines reales. Por esta larga resolución de 120 artículos (los famosos capitulæ), Carlomagno intentó, ocho siglos antes que Sully, reformar enteramente la agricultura y la administración de sus inmensos dominios, ya que estos se extendían desde Alemania hasta España.[2]
Alcuino, posible autor
El autor y la fecha de este largo texto, cuyo único ejemplar existente conocido se conserva en la Biblioteca de Wolfenbüttel en Alemania, son desconocidos como sucede a menudo en el caso de los manuscritos carolingios.[3]
Está claro que este texto, verdadera suma técnica de una cuarentena de páginas, no pudo ser escrito en toda su extensión por Carlomagno, pero refleja su voluntad política, económica y cultural. Sin embargo, algunos autores piensan que habría podido participar en algunos artículos, como el de la montería o el de la cetrería.[cita requerida]
Este texto, que se interesa y describe minuciosamente miles de cosas y actividades (los oficios, tejidos, la caza, la carnicería, la medicina, la botánica, la agricultura, la alimentación, así como la autoridad atribuida a la reina, la enseñanza y la creación de escuelas, etcétera) es evidentemente una obra que no pudo escribirla un solo hombre, sino que fue obra de un equipo completo. Se trata pues de una obra colectiva, una de las primeras en su clase.[cita requerida]
Sin embargo, si se intenta asignar una autoría a este famoso capitular, se debe señalar a los eruditos más importantes de la época, entre los que destacan sin duda los monjes. Según los especialistas de la cuestión, sería en su mayor parte la obra de un gran escriba e intelectual de la época; actualmente se cree que se trataría de Alcuino de York.[cita requerida]
El artículo 70
Aunque la identificación de las especies precisas no sea siempre fácil, la larga enumeración de las 94 plantas (73 hierbas, 16 árboles frutales, 5 plantas textiles y tintóreas) que los dominios reales tienen el deber de cultivar, contenida en los capítulos 43, 62 y sobre todo el capítulo 70, da indicaciones precisas sobre los frutos y verduras cultivadas en la época en países tales como Francia.
Las hierbas
Cap. 70. Queremos que se cultiven en el jardín todas las plantas, a saber:
Lista de plantas
Lista de las plantas en el Capitulare de villis vel curtis imperialibus
Y que el jardinero tenga sobre su casa siemprevivas.
Así pues, por primera vez se nombran claramente los distintos jardines de los monjes y se sitúan en el espacio; así mismo se enumeran sus atribuciones y se define su contenido. Se obtienen así tres clases de jardines diferentes:
El herbularius o jardín de los simples : es en general, y a la vez, un jardín de plantas medicinales, aromáticas y condimentarias, por la simple razón que la mayoría de las plantas alimentarias son también remedios;
El hortus o huerto : (literalmente el "encerrado") ;
el jardin carolingio de Melle, situado en Melle (en Deux-Sèvres, en el yacimiento arqueológico de las antiguas minas de plata de los reyes francos), es una reconstrucción de los jardines del tiempo carolingio. Los cultivos se inspiran en el capitular De Villis mientras que el trazado del jardín es a imagen del jardín del monasterio de Saint-Gall.
Karl Gareis: Bemerkungen zu Kaiser Karl's d. Gr. Capitulare de Villis. Dieterich Göttingen 1893.
Karl Gareis: Die Landgüterordnung Kaiser Karls des Großen. J. Guttentag, Berlín 1895.
G. Baist: Zur Interpretation der Brevium Exempla und des Capitulare de Villis. In: Vierteljahrschrift für Sozial- und Wirtschaftsgeschichte (VSWG) 12, 1914, ISSN0340-8728, S. 22–70, (Auch Sonderdruck: Kohlhammer, Leipzig: 1914).
Alfons Dopsch: Das Capitulare de Villis, die Brevium Exempla und der Bauplan von St. Gallen. In: Vierteljahrschrift für Sozial- und Wirtschaftsgeschichte (VSWG) 13, 1916, ISSN0340-8728, S. 41–70.
Theodor Mayer: Zur Entstehung des Capitulare de villis. In: Vierteljahrschrift für Sozial- und Wirtschaftsgeschichte (VSWG) 17, 1923/24, ISSN0340-8728, S. 112–127.
Wolfgang Metz: Das Problem des Capitulare de villis. In: Zeitschrift für Agrargeschichte und Agrarsoziologie (ZAA) 2, 1954, ISSN0044-2194, S. 96–104.
Wolfgang Metz: Drei Abschnitte zur Entstehungsgeschichte des Capitulare de Villis. In: Deutsches Archiv für Erforschung des Mittelalters (DA)22, 1966, ISSN0012-1223, S. 263-276.
Barbara Fois Ennas: Il „Capitulare de Villis“. Cod. Guelf. 254 Helmst. Giuffrè, Mailand 1981.
Doris Schulmeyer-Torres: Bauerngärten. Historische Entwicklung und Charakterisierung des aktuellen Artenbestandes der ländlichen Gärten in West-Mitteleuropa anhand ökologischer und historisch-geographischer Merkmale. Ein Beitrag zur Erforschung der Überreste des Bauerngartens. Logos-Verlag, Saarbrücken 1994, ISBN 3-928598-53-8, (Öko-Logos 2), (Zugleich: Saarbrücken, Univ., Diss., 1994).
Christiane Widmayr: Malve, Mangold und Melisse. Bauerngärten neu entdeckt. 7. überarbeitete Auflage. BLV, München u. a. 1999, ISBN 3-405-15609-2, S. 12–14.
Karl Josef Strank, Jutta Meurers-Balke (Hrsg.): „... dass man in den Gärten alle Kräuter habe ...“ Obst, Gemüse und Kräuter Karls des Großen. Verlag Philipp von Zabern GmbH, Mainz 2008, ISBN 978-3-8053-3879-0.
Reinhard Schneider: Capitulare de villis. In: Handwörterbuch zur deutschen Rechtsgeschichte I, 2. Auflage. 2008, Sp. 809–811.