En 2022 en la arquidiócesis existían 21 parroquias.
Historia
Según la tradición ya en el año 300 la serie de obispos de Acerenza comenzó con Romano, quien gobernó la Iglesia de Acerenza del 300 al 329, bajo el pontificado del papa san Marcelino. Otros obispos siguen en la lista hasta el 441. Sin embargo, esta lista se considera falsa, ya que la mayoría de los nombres son de origen lombardo y porque está claro que hubo un intento de llenar el vacío en la cronología y llevar los orígenes del obispado aqueruntino al siglo IV.
El primer obispo históricamente documentado fue Giusto, quien participó en el sínodo de Roma en 499 convocado por el papa Símaco.
Después de Giusto no se conocen otros obispos, hasta el 776, año en el que Leone II ocupó la silla episcopal. A partir de esta fecha la serie de obispos es ininterrumpida, salvo breves períodos, y permite también conocer el desarrollo de la diócesis.
En 799 el obispo Leone II hizo transportar el cuerpo de san Canio desde la antigua ciudad de Atella, en Campania, a Acerenza. En 872 fue el obispo Pietro II quien hizo trasladar a Acerenza las reliquias de otro santo, san Laverio, sacadas de la Iglesia de Grumentum.
A finales del siglo X el obispado pasó a ser sufragáneo de la arquidiócesis de Otranto. En efecto, en 968, tras una decisión del emperador de Constantinopla, el arzobispo de Otranto recibió autorización para consagrar obispos en Acerenza. Como respuesta a este hecho, para limitar la influencia de las Iglesias de rito bizantino, se estableció la provincia eclesiástica de Salerno.
Acerenza se convirtió en uno de los centros del conflicto entre las Iglesias oriental y romana. Disputada entre las dos metrópolis eclesiásticas de Otranto y Salerno, Acerenza, fiel a la Iglesia de Roma, se separó en 989 de la jurisdicción metropolitana de Otranto y se convirtió en sufragánea de la arquidiócesis de Salerno, aunque siguió bajo la influencia de Otranto debido a su posición geográfica, a las frecuentes relaciones culturales y al monaquismo.
El 4 de mayo de 1041, el obispo de Acerenza, Stefano (1029-1041), que apoyaba al catapán de Bari, murió luchando a orillas del Ofanto contra los primeros normandos que habían conquistado la zona alrededor de Melfi. Tras esta batalla, Acerenza fue conquistada por los normandos y en 1061 Roberto Guiscardo la convirtió en una fortaleza, convirtiéndola en un centro de defensa contra las represalias bizantinas.
En 1059 el obispo Godano o Gelaldo participó en el Concilio de Melfi en el que se distinguió; por ello obtuvo el título de arzobispo. Sin embargo, esta noticia no está confirmada; de hecho, según otras fuentes, Acerenza se convirtió en arzobispado bajo el papa León IX o bajo el papa Nicolás II.
El arzobispo Arnaldo comenzó a finales del siglo XI las obras de construcción de la catedral, durante las cuales se encontraron las reliquias de san Canio. En mayo de 1102 Pietro fue elegido arzobispo y se confirmaron los privilegios concedidos a Arnaldo.
En 1106 el papa Pascual II escribió al arzobispo Pietro para concederle derechos metropolitanos, asignándole las diócesis de Venosa, Gravina, Tricarico, Tursi y Potenza como sufragáneas y el uso del palio en los días festivos.
En 1203, con una bula del papa Inocencio III, Matera fue elevada a la categoría de iglesia catedral. La bula se expresaba de la siguiente manera: «Hemos decidido erigir una iglesia catedral cerca de Matera para que esté unida a la cátedra primitiva». La unión aeque principaliter con Matera no tuvo una vida fácil; de hecho, la historia de estas dos Iglesias es una sucesión de desacuerdos y contrastes.
El papa Urbano VI fue arzobispo de Acerenza y Matera desde 1363 hasta 1377.
En los primeros años del siglo XV, cuando Manfredi de Aversa era obispo (1414-1444), el pueblo de Matera, con la ayuda de Giannantonio Orsini, príncipe de Tarento y conde de Matera, intentó separarse de Acerenza, obligando al arzobispo alejarse de su sede, nombrando obispo a un tal Marsio, fraile franciscano. El papa Eugenio IV primero dejó un administrador separado para la iglesia de Matera, y después de la muerte de Manfredi en 1444 restableció la unión entre las dos Iglesias, nombrando a Marino De Paulis arzobispo de Acerenza y Matera.
En 1471 el papa Sixto IV decretó que el arzobispo asumiera el título de Acerenza y Matera cuando vivía en Acerenza, y viceversa el título de Matera y Acerenza cuando vivía en Matera. Los conflictos continuaron hasta tal punto que el papa Clemente VIII estableció que la precedencia del título pertenecía a Acerenza, la diócesis más antigua, y la estancia del arzobispo era en Matera, por su mayor conveniencia. El 5 de noviembre de 1751, el papa Benedicto XIV, con una bula dirigida al arzobispo Francesco Lanfreschi, reiteró las posesiones y derechos de la arquidiócesis, confirmando que la residencia habitual del arzobispo de Acherunzio y Matera debería ser Acerenza.
Entre 1844 y 1845 el obispo Antonio Di Macco celebró el sínodo diocesano en la catedral de Acerenza y publicó las Constitutiones Sinodales.[1]
El 5 de agosto de 1910 se permitió a los arzobispos de Acerenza y Matera añadir el título de abades de Sant'Angelo di Montescaglioso.[2] A partir de 1954 este título será prerrogativa de los arzobispos de Matera.
El 11 de agosto de 1945, el decreto Excellentissimus de la Congregación Consistorial modificó los límites de las dos arquidiócesis, atribuyendo a la jurisdicción de Matera diez parroquias en las comunas de Bernalda, Ferrandina, Ginosa, Grottole, Laterza, Metaponto, Miglionico, Montescaglioso, Pisticci y Pomarico, que hasta ese momento pertenecían a Acerenza.[3]
El 2 de julio de 1954 mediante la bula Acherontia del papa Pío XII las dos Iglesias de Acerenza y Matera fueron definitivamente separadas y se establecieron dos provincias eclesiásticas: las sedes sufragáneas de Potenza, Venosa, Marsico Nuovo y Muro Lucano fueron asignadas a la Iglesia metropolitana de Acerenza.[4]
El 21 de agosto de 1976, mediante la bula Quo aptius del papa Pablo VI, las dos provincias eclesiásticas fueron suprimidas, y Acerenza, junto con Matera, se convirtió en sede episcopal sufragánea de la arquidiócesis de Potenza y Marsico Nuovo, al mismo tiempo elevada a categoría sede metropolitana.[5]
Con carta de la Congregación para los Obispos de 28 de noviembre de 1977, el título de arquidiócesis fue devuelto a la sede de Acerenza.
Muchos arzobispos de Acerenza han sido elevados al cardenalato.
Estadísticas
Según el Anuario Pontificio 2023 la arquidiócesis tenía a fines de 2022 un total de 39 610 fieles bautizados.
(en latín) Konrad Eubel, Hierarchia Catholica Medii Aevi, [5] vol. 1, p. 70; [6] vol. 2, p. 79; [7] vol. 3, p. 94; [8] vol. 4, p. 67; [9] vol. 5, p. 67; [10] vol. 6, p. 64