Los órganos circunventriculares (CVO por sus siglas en inglés) u órganos neurohemáticos[2] son estructuras pequeñas de ciertas áreas de las paredes de los ventrículos cerebrales, formados por neuronas que monitorean moléculas en sangre a través de capilares fenestrados y desencadenan respuestas neuro-hormonales para mantener la homeostasis.
Los órganos neurohemáticos perciben estímulos químicos en forma de concentraciones,
monitorean los cambios en la composición osmótica, iónica y hormonal.[3]
MVs= microvaso. Procesos celulares de las NSC (flechas sólidas). Asteriscos: dendritas similares a astrocitos/tanicitos. Microscopio electrónico
Los órganos neurohemáticos circunventriculares (CVO por sus siglas en inglés), son de tamaño pequeño; están compuestos por capilares fenestrados, espacios perivasculares relativamente grandes y células ependimarias especializadas.
Algunos órganos neurohemáticos (NHO) son áreas especializadas, en las cuales las neuronas que las integran, secretan neuropéptidos que entran en la circulación. Otros órganos NH contienen neuronas receptoras de sustancias, y funcionan como zonas quimiorreceptoras que pueden desencadenar cambios en la función cerebral.[4]
Capilares fenestrados
Capilar fenestrado (puntas de flecha). Eminencia Media: NHO/CVO secretor.
Los NHO presentan capilares fenestrados con poros en su endotelio, de 30-80 nanómetros (nm) de diámetro. Estas fenestraciones se encuentran cubiertas por prolongaciones de las células perivasculares pericitos/tanicitos en los órganos NH sensoriales.[5]
Espacio perivascular
Los espacios perivasculares son relativamente grandes, se disponen entre las membranas basales; la externa, la más cercana al parénquima y la interna en estrecho contacto con el endotelio. El espacio contiene pericitos, fibroblastoss y microglías.[6]
Espacio perivascular (en rosa). Tanicitos en verde. Neuronas en amarillo. Órgano neurohemático secretor (NHOsc/CVO-sc).
Los órganos NHO contienen tanicitos células ependimarias que poseen procesos apicales y distales. Los procesos apicales se extienden hacia el ventrículo cerebral, en tanto los distales contactan con los capilares fenestrados. Así controlan la composición del líquido cefalorraquídeo (LCR) y controlan el intercambio de sustancias entre el plasma sanguíneo y el LCR.[7]
Los tanicitos envían extensiones largas al parénquima para contactar con las neuronas.[8]
Los tanicitos forman uniones adherentes y estrechas, tanto entre los tanicitos, como entre los tanicitos y los axones neurosecretores en los órganos NH secretores (NHO-sc).[5]
Los HMO/CVO se pueden dividir según su función en: CVO sensoriales y CVO secretores.
Se han identificado tres CVO sensoriales y cuatro CVO secretores.[10][11]
CVO sensoriales
Capilares fenestrados cubiertos por prolongaciones de células madre NSC similares a astrocitos/tanicitos y dendritas, además de un amplio espacio perivascular. OVLT un órgano CVOsn.
La microscopía electrónica ha demostrado que los CVO-Sn, presentan poros en el endotelio de 30 a 80 nanómetros (nm) de diámetro. Estas fenestraciones se encuentran cubiertas por prolongaciones de las células perivasculares similares a pericitos/tanicitos.[5]
Cada uno de los CVO-Sn establece redes neuronales con el hipotálamo de forma directa o indirecta. La señalización en los CVO sensoriales modula amplios parámetros del metabolismo a través del control hipotalámico.[12]
CVO secretores
Los órganos neurohemáticos circunventriculares secretores (NHO-sc/CVO-sc) son las denominadas regiones de neurosecreción:
Los órganos NHO/CVO desempeñan un papel en la inflamación, ya que pueden ser puntos de entrada para las células inflamatorias (linfocitos) y están involucrados en la secreción de citocinas.[7]
Debido a la ausencia de una BHE, los CVO y el plexo coroide, pueden
infectarse con patógenos que circulan en el torrente sanguíneo, permitiendo la penetración en el cerebro.[16]
↑Kim E. Barrett; Susan M. Barman; Scott Boitano; Heddwen L. Brooks (2013). «33: Circulación por regiones especiales». Ganong. Fisiología médica (24a. edición). Archivado desde el original el 6 de julio de 2022. Consultado el 14 de marzo de 2022.
↑Ronald M. Lechan (2020). «cap.7: Neuroendocrinology». En Shlomo Melmed, ed. Williams Textbook of Endocrinology(en inglés). Consultado el 16 de marzo de 2022.