Mártires de Zaragoza

Los Innumerables mártires de Zaragoza fueron 18 cristianos que murieron a comienzos del siglo IV en esa ciudad, víctimas de las persecuciones romanas.

Fuentes

La fuente histórica más antigua que poseemos es el Peristephanon de Prudencio, que relata el suplicio de Santa Engracia y de sus 18 compañeros. De Prudencio depende una Passio, perdida, y de ésta, otra atribuida a Braulio de Zaragoza. Tiene también valor de fuente una Misa mozárabe atribuida a Eugenio de Toledo.

La Passio ofrece pocos datos, fuera de los nombres. Se llamaban: Optato, Luperco, Suceso, Marcial, Urbano, Julio, Quintiliano Publio, Frontonio[1]​, Félix, Ceciliano, Evodio, Primitivo, Apodemio, y cuatro más llamados Saturnino. Sobre el nombre de estos últimos hay una doble tradición, pues otras fuentes los llaman Casiano, Jenaro, Matutino y Fausto. Con ellos padeció también, aunque sin morir en el tormento, la virgen Engracia de Zaragoza. La Passio los hace morir bajo el prefecto imperial Daciano, el gran perseguidor de los cristianos españoles en tiempo de Diocleciano; después de ser degollados, sus cuerpos fueron quemados. El cuerpo de Santa Engracia fue sepultado por el obispo Prudencio en una urna de mármol, uniendo a él las cenizas de sus 18 compañeros.

Sarcófago llamado de la receptio animae o de la Asunción (ha. 330-350 d. C.), procedente de una necrópolis cristiana cerca de la iglesia basílica de Santa Engracia, donde se encuentran en la actualidad. La iconografía muestra diversas escenas, entre las que se puede destacar la curación de la hemorroísa y Cristo, la receptio animae, la curación del ciego, las bodas de Caná.

Culto

El culto lo recibían ya en el siglo V, al menos en su sepulcro, como testimonia Prudencio, y más tarde lo confirma algún texto litúrgico. Hacia el siglo VII debió de propagarse por las demás regiones. Inicialmente parece que eran celebrados durante la semana de Pascua; después, probablemente a partir del año 586, se fijó la fiesta de Santa Engracia y los «innumerables mártires de Zaragoza» en el 16 de abril, con motivo del retorno a la ortodoxia de la Iglesia local, pasada al arrianismo unos años antes con su obispo Vicente. Por entonces debió de comenzar también la celebración de otra fiesta de los Innumerables Mártires (3 de noviembre) destinada a recordar la reconciliación de su basílica; y en la misma época sé compondría asimismo la misa hispánica. Los martirologios medievales recogen esta noticia.

Véase también

Referencias

Bibliografía

  • S. EUGENIO DE TOLEDO, De basílica ss. decein et octo martyrum: Ed. Vollmer, en MGH, Autores Antiquissimi, 14 (1905), 239 ss.
  • PRUDENCIO, Periste fanon, ed. BAC, Madrid 1950, IV, 540 ss.
  • A. FABREGA GRAU, Pasionario Hispánico, I, Madrid 1953, 168 ss.; II, ib. 1955, 371 ss.
  • RIESCO CHUECA, Pilar: Pasionario hispánico, Universidad de Sevilla, 1995.
  • Zaragoza, de, Lamberto; Huesca, de, Ramon (1787). Teatro historico de las iglesias del reyno de Aragon 2. 

Bibliografía adicional

  • R. JIMÉNEZ PEDRAJAS, El santoral hispánico del martirologio de Usuardo (tesis doct.), P. U. Gregoriana, Roma 1969, I, 79 ss.; II, 554 ss.
  • C. GARCÍA RODRÍGUEZ, El culto de los Santos en la España romana y visigoda, Madrid 1966, 324 ss.
  • BENEDICTINOS DE PARÍS, Vies des Saints, IV, París 1946, 366 ss.; Z. GARCÍA VILLADA, Historia eclesiástica de España, Madrid 1929-30.
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