Perteneciente a la influyente Casa de Orsini, que desde el siglo XII había dado a la Iglesia tres papas y varios cardenales,[a]
fue hijo de Lorenzo Orsini, señor de Monterotondo y de San Polo, Collevecchio y Stimigliano, y de Clarice Orsini, hija de Carlo Orsini de Bracciano.[b] Por parte de madre era sobrino de Latino Orsini, cardenal desde 1448, y primo de Rinaldo Orsini, arzobispo de Florencia desde 1474. Tuvo cuatro hermanos:
Giulio, Giordano y Paolo, que fueron condottieri, y Orso, que fue obispo de Teano, y tres hermanas: Giustiniana, Giovanna e Isabella, que se casaron con nobles romanos.[1][2]
Primeros años
No hay información de su infancia y educación. Las primeras noticias sobre su persona datan del pontificado de Sixto IV (1471-1484), durante el cual fue clérigo de la Cámara Apostólica, auditor del Tribunal de la Rota, canónigo de San Pedro y protonotario apostólico. En 1477 fue nombrado abad comendatario del monasterio de San Salvatore Maggiore, en la diócesis de Arezzo, por renuncia en su favor de su tío Latino, y en 1480 abad de Farfa, cuando se la cedió su primo Cosme Orsini que había sido creado cardenal.[3][c]
En magníficos palacios, rodeados del exquisito lujo de una cultura sumamente desarrollada, vivían estos cardenales enteramente como príncipes seglares, y parecían no considerar sus hábitos eclesiásticos sino como un ornamento de su estado; cazaban, jugaban grandes sumas, daban opíparos banquetes, celebraban sibaríticas fiestas, tomaban parte en las licenciosas diversiones del carnaval y se permitían graves excesos en sus costumbres.
Tras la muerte de Sixto IV Orsini participó en el cónclave de 1484 en el que fue elegido papa Inocencio VIII.
Ese mismo año fue nombrado legado en la Marca de Ancona, donde su principal preocupación fue la defensa del territorio contra un eventual ataque de los otomanos.[3][8]
En 1485 se declaró la guerra entre el papa y el rey Fernando I de Nápoles, y la posición de Orsini en Roma se volvió incómoda: con la Curia romana en gran parte dominada por los Della Rovere y los Colonna, enemigos de los Orsini, su pariente Virginio, perteneciente a la rama familiar de Bracciano, estaba aliado con Nápoles, y la relación de Giambattista con éste y con Niccolò, de los Orsini de Pitigliano, no era siempre de unidad. Cuando llegaron a Roma en ayuda del papa las tropas de Roberto Sanseverino, Giambattista entregó su feudo de Monterotondo y firmó la reconciliación con el papa, que posteriormente le restituyó las tierras.[3][9][10]
Cuando se concluyó la paz entre napolitanos y pontificios, la situación se tornó más favorable a los Orsini. Giambattista volvió a su legación en las Marcas, y en 1490 fue nombrado administrador apostólico de Tarento, que mantendría hasta 1498,[11] aunque nunca residió en su diócesis.[e]
Sin embargo la conjura no prosperó: delatados por los florentinos y engañados por César Borgia, que les dio garantías de reconciliación, el último día de 1502 Vitellozzo y Oliverotto fueron ejecutados en Senigallia, y Paolo y Francesco apresados.
El 3 de enero de 1503 el cardenal Orsini, ignorante de los últimos acontecimientos, acudió invitado por el papa al palacio apostólico donde fue detenido y encarcelado en el Castillo de Sant'Angelo; su palacio en Roma y sus posesiones y beneficios eclesiásticos fueron confiscados. La represalia alcanzó a todos sus parientes: Paolo y Francesco fueron ejecutados en Città della Pieve, y el 22 de febrero el cardenal apareció muerto en su prisión, con sospechas de haber sido envenenado.[23][24][25][26][27][28][29]
Fue sepultado en la iglesia de San Salvatore in Lauro de Roma.[30][31][32]