Biodiversidad de MéxicoLa biodiversidad de México incluye una amplia variedad de especies animales y vegetales que lo han vuelto uno de los países «megadiversos» del mundo.[1] De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), hasta 2018 existía casi el 70 % de la diversidad mundial de especies en México —21,073 y 23,424 plantas vasculares; 564 mamíferos; entre 1,123 y 1,150 aves; 864 reptiles y 376 anfibios, hongos, microorganismos y diversidad genética—.[1] DescripciónSe atribuye la diversidad biológica de México a numerosos factores, entre los cuales se incluyen la ubicación geográfica en el trópico de Cáncer; su orografía; su superficie total, que lo sitúa como el 14° más extenso del mundo con más de 1,9 millones de km2; su historia evolutiva, al hallarse entre las regiones neártica y neotropical, lo cual influye en su variedad de faunas y floras; y la domesticación de plantas y animales, entre otros.[1][2] La biodiversidad del país incluye una amplia variedad de ecosistemas acuáticos, dulceacuícolas y costeros, además de más de 70 de cuencas fluviales. Sus ríos desembocan en distintas vertientes, ya sea en el Océano Pacífico —caracterizados por ser «pequeños, de flujo rápido y con pendientes pronunciadas»—, o en el Golfo de México y el Caribe —«grandes, caudalosos y con pendientes suaves»—. Algunos de sus principales ríos, según su volumen medio anual, son el Colorado, Yaqui, Fuerte, Culiacán, Lerma-Santiago, Balsas, Papagayo, Ometepec, Verde, Tehuantepec y Suchiate —en la vertiente del Pacífico—; el Bravo, Pánuco, Tuxpan, Papaloapan, Coatzacoalcos, Grijalva y Usumacinta —en el Golfo— y el Hondo. Los ríos del interior más notables incluyen el Nazas, Aguanaval, Santa María, Casas Grandes y del Carmen.[3] De acuerdo con investigaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los huertos familiares mexicanos «tienen registro de más de 11 mil años de antigüedad; se trata del agroecosistema con la mayor diversidad biológica de especies de flora y fauna» en el país, y cada uno puede llegar a albergar «hasta 500 especies de plantas y animales». Algunos de los principales huertos se localizan en las selvas de la península de Yucatán, Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Veracruz.[4] Historia y evoluciónDurante la Revolución Mexicana surgieron instituciones ecológicas como la Dirección de Estudios Biológicos, el Jardín Botánico, el Zoológico de Chapultepec, y el Departamento de Caza de la Dirección Forestal, de Caza y Pesca, de la Secretaría de Agricultura y Fomento. Posterior al conflicto armado se originaron las primeras vedas además de introducirse conceptos como la «conservación» y la «riqueza natural» en la literatura mexicana. La enseñanza de la diversidad de fauna recayó en organismos como la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Facultad de Ciencias de la UNAM.[5] En los años 1980 el Fondo Mundial para la Naturaleza creó el primer mapa de países megadiversos en el cual aparece México junto con otros cinco países —Colombia, Brasil, Zaire, Madagascar e Indonesia—. Más tarde el listado se incrementó a más países como parte de la fundación de la organización Conservación Internacional.[2] Desde entonces ha participado en distintas cumbres como la Reunión Ministerial de Países Megadiversos (2002) y la Conferencia de las Partes, entre otras.[1] En el año 2000 los matorrales eran el bioma más extenso del territorio mexicano, al cubrir aproximadamente el 29 % de la superficie del país, seguido de los bosques y las selvas (17 % y 16 %, respectivamente), según datos del Inventario Forestal Nacional.[3] Hasta 2008 el país figuraba como el 11° con mayor cantidad de aves; el 5° con respecto a plantas vasculares y anfibios; el 3° por volumen de anfibios; y el 2° con más reptiles en el mundo.[2] En años recientes la industria turística nacional se ha visto beneficiado de las prácticas ecológicas destinadas a la comprensión y difusión de la biodiversidad existente en México.[6][7][8] La Conabio es la institución gubernamental encargadas de «las actividades encaminadas a promover, coordinar, apoyar y realizar actividades dirigidas al conocimiento de la diversidad biológica, así como a su conservación y uso sustentable». Una de sus herramientas para alcanzar tal propósito es el Sistema de Información sobre Especies Invasoras en México (por sus siglas, SIEIM). Cabe agregar que la NOM-059-SEMARNAT-2010 es la norma mexicana que enlista las especies y subespecies de flora y fauna silvestres que se encuentran en riesgo de extinción en el país.[9] ElementosFloraEntre el 50 % y el 60 % de las plantas vasculares del país son endémicas, entre las cuales sobresalen las orquídeas y las cactáceas.[9] De acuerdo con Conabio, en 2006 se tenía noción de que «poco más del 15 % de las especies vegetales que se consumen en el mundo tienen su origen en México», de las cuales se pueden mencionar el maíz, el chile y el fríjol.[9] FaunaEl endemismo en las especies animales de México es también notable al igual que su flora —un 30 % de los mamíferos, por ejemplo, son razas endémicas; y un 11 % de las especies de aves son endémicas—.[9] La Ciudad de México alberga por sí misma más de dos mil especies entre las cuales resaltan los helmintos, moluscos, artrópodos e insectos, aves, anfibios, reptiles y mamíferos.[10] Entre los animales que habitan en el Golfo de México se encuentran las ballenas, los delfines, las tortugas, los tiburones, los corales y el atún rojo, así como peces de arrecife entre los cuales se incluyen los pargos y los meros, que a su vez sustentan a comunidades pesqueras en la costa mencionada.[11] EcosistemasLos ecosistemas de México son los siguientes:
Áreas naturales protegidasDe acuerdo con la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), existen seis categorías de manejo para las áreas naturales protegidas en México:
En adición a lo anterior se han creado los parques y reservas estatales (PyRE) y las zonas de preservación ecológica de los centros de población (ZPE).[9] ProblemáticasLa pérdida de los ecosistemas en México ha llevado a que 2665 especies se encuentren en peligro de extinción —1394 animales y 974 vegetales, de acuerdo con estimaciones de la Conabio—. Otros factores que han propiciado esta problemática son «la sobreexplotación de especies maderables, el cambio climático y la desertización del suelo; la intrusión de especies invasoras en ecosistemas a los que no pertenecen, y notablemente, el cambio de uso de suelo». De acuerdo con datos de 2021 de la Conabio, los ecosistemas más afectados son las selvas húmedas —con una pérdida del 40,5 % del hábitat total y un deterioro del 73,5 % de las selvas húmedas restantes—; seguidas de las selvas secas —un 36.4 % de pérdida y un deterioro del 56,9 %—; pastizales —36,6 % de pérdida y 38,5 % de deterioro— y finalmente los bosques templados y nublados, y los matorrales —en conjunto con una reducción de alrededor del 41 % y un deterioro del 42 %—.[12] RiesgosMéxico es un país megadiverso con riqueza natural que nos conecta con nuestra historia, cultura y sustento diario, alberga una de las mayores concentraciones de especies únicas en el mundo. Sin embargo, enfrenta múltiples amenazas que ponen en riesgo a sus especies y ecosistemas. Según la NOM-059-SEMARNAT-2010,[13] se han catalogado 2,606 especies en riesgo, de las cuales 475 están clasificadas como en peligro de extinción. Entre las especies más emblemáticas en peligro se encuentran: vaquita marina (Phocoena sinus), ajolote (Ambystoma mexicanum), jaguar (Panthera onca), guacamaya roja (Ara macao); estas especies, entre otras, están en peligro debido a diversas amenazas que afectan directamente su supervivencia y el equilibrio de los ecosistemas. Dentro de las principales causas que ponen en riesgo la biodiversidad, está la pérdida y fragmentación de hábitat debido a la urbanización y deforestación de estas. El cambio climático también impacta a los ecosistemas, afectando arrecifes y selvas tropicales, como indica SEMARNAT.[14] Además, la caza furtiva y el tráfico ilegal de especies como el jaguar y la vaquita marina, son amenazas directas, según CONANP.[15][16] Estas amenazas requieren atención urgente para proteger la biodiversidad de México. Referencias
|
Portal di Ensiklopedia Dunia