Zeinab Jalalian
Zeinab Jalalian (En persa: زينب جلاليان ) (Maku, 1982) es una mujer iraní de etnia kurda. Fue acusada de infringir gravemente la ley islámica y condenada a muerte por un Tribunal Revolucionario Islámico que la consideró miembro del grupo militante kurdo PJAK, acusación que ella negó.[1] Posteriormente, el caso de Zeinab Jalalian fue objeto de una campaña internacional en su defensa que logró finalmente la conmutación de la pena de muerte por una condena a cadena perpetua.[2] En 2021 la información sobre la prisionera indicó que su salud se había deteriorado seriamente, posiblemente debido a torturas. Estaba perdiendo la vista. Además contrajo la infección de COVID19. Las autoridades iraníes le han negado la atención hospitalaria que necesita para tratar el problema de la vista y también para tratar adecuadamente la enfermedad de COVID19.[3] Un grupo de Amnistía Internacional, de Tarrasa (España), lleva tiempo trabajado sobre su caso.[4] Véase tambiénReferencias
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