Yacimiento paleontológico de Rábago/El Soplao

Yacimiento paleontológico de Rábago-El Soplao

Vista general
Localización geográfica
Continente Europa
Región Península ibérica
Cordillera Cordillera Cantábrica
Coordenadas 43°18′21″N 4°26′49″O / 43.305711111111, -4.4469222222222
Localización administrativa
País EspañaBandera de España España
División Cantabria Cantabria
Municipio Herrerías
Datación
Rango temporal: 112 Ma - 110 Ma
Era Mesozoico
Periodo Cretácico
Época Cretácico Inferior
Edad Albiense
Información geológica
Cuenca sedimentaria Cuenca vasco-cantábrica
Formación geológica Formación Las Peñosas
Litología principal lutitas oscuras
Ambiente de formación litoral
Medio sedimentario estuario o albufera, manglar
Información paleontológica
Taxón principal insectos
Tafonomía bioinclusiones en ámbar
Historia del yacimiento
Descubrimiento 2008
Excavaciónes Instituto Geológico y Minero de España, Universidad de Barcelona
Investigadores principales Idoia Rosales, Enrique Peñalver, María Najarro, Xavier Delclòs, Ricardo Pérez de la Fuente, Carmina Soriano
Gestión
Gestión Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria
Acceso público no accesible, vallado
Museos Cueva de El Soplao

El yacimiento paleontológico de Rábago-El Soplao es una localidad fosilífera de mediados del Cretácico ubicada en la localidad de Rábago, en el municipio de Herrerías (Cantabria, España). Es conocido principalmente por su riqueza en fósiles de artrópodos conservados en ámbar.[1][2]​ Se encuentra en la carretera de acceso a la cueva de El Soplao, a unos tres kilómetros de la misma.

Geología

El yacimiento se encuentra en el flanco sur del sinclinal de Bielba, en la Formación Las Peñosas, de edad Albiense inferior (aproximadamente 112 a 110 Ma), a finales del Cretácico Inferior, formando parte del relleno del margen noroeste de la cuenca cantábrica.[2]

La Formación Las Peñosas está compuesta por sedimentos siliciclásticos, depositados en ambientes continentales y de transición marino-continental, principalmente areniscas de grano fino, lutitas carbonosas y alguna intercalación de margas con ostreidos.[1]​ Las capas con ámbar están constituidas principalmente por lutitas oscuras, carbonosas y piritíferas. Se encuentran además abundantes restos vegetales, así como fragmentos y pequeñas conchas de gasterópodos y bivalvos marinos. El afloramiento principal tiene unos 75 metros de anchura y no más de 1,5 a 2 m de altura.[2]

Los sedimentos se interpretan como el relleno de un canal mareal restringido, con el fondo anóxico, en un sistema de estuario.[2]

Durante la diagénesis no se han superado los 60-70 °C, lo que ha permitido la buena conservación del ámbar y obtener detalles de su composición química.[2]

Paleontología

Sistemática

Muestra de ámbar con fósil de insecto procedente del yacimiento.
Plantas
  • Pólenes y esporas: 32 tipos de esporas y 29 de pólenes, tanto de angiospermas como de gimnospermas, destacando por su abundancia los pólenes de coníferas de los parataxones Classopollis e Inaperturopollenites dubius. Las esporas son menos abundantes que los pólenes, pero muestran mayor diversidad, destacando las de helechos de los paragéneros Cicatricosisporites y Deltoidospora.
  • Macrorrestos: destacan fragmentos de Frenelopsis, Alvinia (conos femeninos), Nehvizdya, Pseudotorellia y Arctopitys.
Briozoos

Colonias sobre piezas de ámbar.

Anélidos
Moluscos

Bivalvos y gasterópodos.

Artrópodos

Las bioinclusiones del ámbar han permitido identificar abundantes restos de insectos, pertenecientes a once órdenes diferentes. De entre ellos se han identificado algunas especies nuevas:

Paleoecología

Los análisis palinológicos (pólenes y esporas) indican una elevada biodiversidad botánica en la región durante la sedimentación de los depósitos que forman el yacimiento, principalmente pteridofitas y gimnospermas.[2]

Tafonomía

Muestra de ámbar de Rábago/El Soplao en la matriz lutítica.

La asociación de abundantes fragmentos de madera carbonizada y ámbar en las mismas capas y las inclusiones de fibras vegetales en el ámbar, también carbonizadas, han permitido inferir que hubo incendios en el paleobosque que además probablemente indujeron la formación de más resina.[2]

Los estudios biogeoquímicos indican que el ámbar procede de dos fuentes botánicas diferentes: la mayor parte proviene de resina de coníferas del género Frenelopsis, familia Cheirolepidiaceae,[6][7]​ mientras que el resto parece estar relacionado con resina de otras coníferas, aún no identificadas, pero excluyendo a las de la familia Pineaceae.[2]

Por otro lado, el estado de conservación del ámbar revela varios grupos con historia tafonómica diferente. Una parte del ámbar procedería directamente de los árboles, pues presenta estructuras de haber fluido bajo condiciones aéreas,[1]​ mientras que otra parte tendría una historia más compleja, con su origen fuera del ambiente de formación del yacimiento: Algunos fragmentos de ámbar presentan moldes internos de conchas de moluscos de aguas salobres y ostras rellenos por marcasita. En otros casos se observa la colonización de la superficie de algunas piezas de ámbar de gran tamaño por tubos de gusanos serpúlidos y esqueletos de colonias de briozoos, lo que indica que estas piezas pasaron mucho tiempo en agua marina antes de su enterramiento; sin embargo el tamaño de las piezas indica que estas colonizaciones se produjeron sobre masas de resina polimerizada, no sobre ámbar reelaborado (resina previamente fosilizada procedente de la exhumación por erosión de estratos más antiguos). Todos estos datos indican que el yacimiento se formó en un medio sedimentario mixto, influido tanto por aguas continentales como marinas, en un ambiente litoral o de albufera.[2]

Referencias

  1. a b c Najarro, M.; Peñalver, E.; Rosales, I.; Pérez de la Fuente, R.; Daviero-Gómez, V.; Gómez, B. y Delclòs, X. (2009) «Unusual concentration of Early Albian arthropod-bearing amber in the Basque-Cantabrian Basin (El Soplao, Cantabria, Northern Spain): Palaeoenvironmental and palaeobiological implications». Geologica Acta, 7(3): 363-387
  2. a b c d e f g h i Najarro, M.; Peñalver, E.; Pérez de la Fuente, R.; Ortega-Blanco, J.; Menor-Salván, C.; Barrón, E.; Soriano, C.; Rosales, I.; López del Valle, R.; Velasco, F.; Tornos, F.; Daviero-Gómez, V.; Gómez, B. y Delclòs, X. (2010) «Review of the El Soplao Amber Outcrop, Early Cretaceous of Cantabria, Spain Archivado el 23 de septiembre de 2015 en Wayback Machine.». Acta Geologica Sinica (English Edition), 84(4): 959-976
  3. Nel, P.; Peñalver, E.; Azar, D.; Hodebert, G. y Nel, A. (2010) «Modern thrips families Thripidae and Phlaeothripidae in Early Cretaceous amber (Insecta: Thysanoptera) Archivado el 10 de agosto de 2017 en Wayback Machine.». Annales de la Société Entomologique de France (Nouvelle série), 46(1–2): 145-163
  4. Pérez-de la Fuente, R.; Nel, A.; Peñalver, E. y Delclòs, X. (2010) «A new Early Cretaceous snakefl y (Raphidioptera: Mesoraphidiidae) from El Soplao amber (Spain) Archivado el 5 de mayo de 2017 en Wayback Machine.». Annales de la Société Entomologique de France (Nouvelle série), 46(1–2): 108-115
  5. Pérez-de la Fuente, R.; Delclòs, X.; Peñalver, E.; Speranza, M.; Wierzchos, J.; Ascaso, C. y Engel, M. S. (2012). «Early evolution and ecology of camouflage in insects». Proceedings of the National Academy of Sciences, 109(52): 21414–21419
  6. Menor-Salván, C.; Najarro, M.;; Rosales, I.; Velasco, F. y Tornos, F. (2009) «Quimiotaxonomía y origen botánico del ámbar de El Soplao (Cantabria, España)». Macla, 11: 123–124
  7. Menor-Salván, C.; Najarro, M.; Velasco, F.; Rosales, I.; Tornos, F. y Simoneit, B. R. T. (2010) «Terpenoids in extracts of Lower Cretaceous ambers from the Basque-Cantabrian Basin (El Soplao, Cantabria, Spain): Paleochemotaxonomic aspects Archivado el 5 de mayo de 2017 en Wayback Machine.». Organic Geochemistry, 41(10): 1089–1103

Enlaces externos