Vía del ser necesarioLa vía del ser necesario (también conocida como argumento cosmológico) es un argumento filosófico a favor de la existencia de Dios. Sus representantes principales son Aristóteles, Maimónides, Avicena y santo Tomás de Aquino. Se basa en las nociones aristotélicas de sustancia y accidente. Formulación de AristótelesAristóteles distinguía entre la sustancia y sus accidentes, entre lo necesario y lo contingente, entre la esencia y la existencia. Los entes sensibles son todos contingentes y su existencia no está implícita en su esencia, por lo que no pueden haber existido siempre y su conjunción tampoco. Por eso, es necesario que exista un ente suprasensible necesario cuya existencia esté implícita en su esencia.[1][2] Aristóteles continúa con la definición platónica de que el ser es poder, es decir, una cosa existe si puede afectar otra cosa o ser afectada por otra. Por eso, es necesario que este ente suprasensible y necesario establezca relaciones de afección con los entes sensibles y contingentes. Este ente suprasensible es inmaterial y puramente formal, por lo que tampoco tiene potencialidad y es en cambio actualidad pura. Como no tiene potencia que pueda pasar al acto, es imposile que sea afectado por el resto de entes y, por lo tanto, es este quien tiene que afectar otros entes. Es, por lo tanto, una causa eficiente primera.[1][2] Con respecto a esta eficiencia, solo puede ejercerla como motor, ya que, si provocara un cambio de cantidad o de cualidad, necesitaría tener en acto las formas sensibles de la cantidad o de la cualidad, por lo que solo puede ser un primer motor inmóvil.[2] Finalmente, el modo en que ejerce su eficiencia no puede ser por contacto, así que lo tiene que ejercer como causa final, como acto puro e inmóvil que sea imitado por el movimiento etéreo y circular de los cuerpos celestes, que participen de este.[1][3] Formulación de Tomás de AquinoEn su libro Summa Theologiae, Tomás de Aquino enseña lo que es conocido como Quinque viae, cinco argumentos que pretenden probar racionalmente la existencia de Dios. El tercero de sus argumentos es este.[4]
Formulación silogística
Véase también
Referencias
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