Valle de Hornacinos

El Valle de Hornacinos está situado en el extremo sur de la provincia de Salamanca. La superficie del valle es de unas 500 hectáreas.

Geografía política

Políticamente pertenece a los municipios de Lagunilla y El Cerro (Salamanca), provincia de Salamanca; delimita al sur con la provincia de Cáceres, concretamente con el municipio de Zarza de Granadilla.

Geografía física

Geográficamente, el Valle de Hornacinos es un valle abierto en forma semicircular encajonado entre las Sierras de El Cerro (Salamanca) y de Lagunilla (Estribaciones de la Sierra de Béjar, Gredos). Al norte se sitúa la Meseta Norte. Mientras que al sur se extiende la llanura extremeña. El Valle en forma de semilunar, con pendientes de norte a sur.

El desnivel del terreno pasa de más de 1000 m a 500 m. Debido a la deposición de sedimentos, posee fuertes pendientes al inicio y un suavizado final. Las cumbres del Valle de Hornacinos son El Buitre (1228 m) y El Pizarral (1087 m).

Geología

El Valle de Hornacinos se encuentra en una zona de transición entre la Meseta Norte y la llanura extremeña. Su formación está estrechamente vinculada a la historia geológica de la Sierra de Gredos.

En la parte alta del valle, predominan diferentes tipos de materiales: en la zona oriental destaca la presencia de granito, que aflora en forma de grandes canchales, mientras que en la parte occidental predomina la pizarra, lo que convierte al valle en una frontera natural entre distintos tipos de materiales. Además, en algunas áreas se encuentran sedimentos acumulados por gravedad.

Formando parte de la Meseta Norte, los materiales más antiguos del valle corresponden a granitos y pizarras de la era primaria. Por otro lado, el relieve se originó durante el terciario, como resultado de la orogénesis alpina, y fue modelado posteriormente en el cuaternario, influido por las últimas glaciaciones.

Hidrología

El Valle presenta varios arroyos, casi secos en verano y caudalosos en invierno. El más importante da nombre al Valle, arroyo de Hornecinos, y desagua en la llanura extremeña. Otros arroyos, próximos, como: El Pizarral, Hornacinas, Valdelamatanza o Carpio, recorren las vertientes de la misma Sierra de Lagunilla.

Clima

El Valle se caracteriza por tener un clima muy suave, dentro del contexto de su ubicación, en las estribaciones de la Sierra de Béjar (Gredos). El valle se encuentra en la parte baja de los municipios de Lagunilla y El Cerro, donde la temperatura suele ser unos 5°C más alta en la zona baja que en la parte alta.

Su clima es continental, con precipitaciones en invierno y períodos de sequía en verano. La nieve, aunque presente, lo hace cada vez con menor frecuencia y por pocos días al año.

Flora

Actualmente, en el Valle predomina el olivo. Al igual que el eucalipto, el pino y el castaño en la parte alta, fueron introducidos entrópicamente en la zona desde la época romana. La encina y el roble, también presentes, son autóctonos del lugar.

Fauna

Algunos anfibios, como sapos y salamanquesas, pueden encontrarse en el Valle. Los reptiles habituales son: culebras, víboras y lagartos. Las aves forman parte de un paisaje muy variado: águilas, buitres, perdices, golondrinas... Entre los mamíferos se pueden encontrar: jabalíes, zorros, gatos monteses y ciervos.

Anatropismo

En el Valle propiamente dicho solo se encuentra el caserío de Hornecinos, que pertenece al municipio de El Cerro. Podría decirse que el pueblo de Valdelamatanza, municipio de El Cerro (Salamanca), se encuentra ya en el extremo exterior del valle, al sureste, por donde pasa el arroyo de Hornacinas.

Historia

Debido al microclima favorable, la presencia humana en el valle se remonta al menos a la época prerromana, donde hubo asentamientos vetones demostrados arqueológicamente con túmulos sepulcrales encontrados, de entre los siglos IV y III a.e.c. Se confirma la existencia de un castro de triple trinchera en la cima de La Cabeza del Castillo (El Cerro, Salamanca). En la finca El Bardal se ha encontrado una lápida de 60x40x25 cm, con inscripciones en latín clásico:

  1. ACPVLSO IUS
  2. ONTIVS
  3. PRIMI. F. ENTUS
  4. POS.

Se han dado varias interpretaciones sobre ellas, una: "Reconocido a Júpiter se la dedica Ento, hijo de Primo". Podría tratarse del templo dedicado a Júpiter que se encontraba en la ciudad de Caparra, según Huber. Otras interpretaciones, según J.M. Blázquez, podrían ser inscripciones prerromanas, ya que ACPULSOIUS fue una divinidad vetona de los DII Minores.

  1. ACPVLSO IA
  2. ONTICVS PRIMI F(ILIUS)
  3. ENTVS P(OSVIT)
  4. ONCIO ENTO, HIJO DE PRIMO, PUSO ESTE ALTAR AL DIOS ACPVLSOIO

También se han encontrado restos de al menos dos núcleos romanos, en las fincas El Bardal y La Torrecilla. Fuentes con inscripciones latinas, vasijas, tejas y monedas romanas, demuestran la presencia romana. El Valle se encuentra en las proximidades de las termas romanas de Baños de Montemayor, entre las ciudades de Caparra y Salamanca, por donde transcurre la Vía de la Plata por el valle contiguo al este.

Durante la época musulmana se ha documentado la presencia humana en el valle, incluso el paso de Almanzor por la zona arrasando el Valle en el año 977; frente a los generales cristianos: Bernardo del Carpio, Caserito Casal y Manuel Izquierdo. Esta batalla, que duró tres días y tres noches, que llegó a teñir de rojo el arroyo carpio por la sangre de los caídos, dio nombre de Valdelamatanza a esta zona del Valle. Finalmente, la reconquista acaba el 14 de septiembre de 1022, con la gran batalla entre 30 000 cristianos frente a 48 000 musulmanes que fueron derrotados. Los nuevos musulmanes conversos subían del Valle de Hornecinos a la Ermita de Santa Ana, en Lagunilla.

Durante la Edad Media, la zona fue repoblada progresivamente. En 1273, el rey Alfonso X, el Sabio, creó el Concejo de las Mestas, otorgando derechos de paso a los rebaños pastoriles y estableciendo la Real Cañada Soriana de Merinas. Su variante, conocida como el Cordel de Merinas, atraviesa el Valle de Hornacinos de norte a sur.

Además, la región sufrió saqueos durante la invasión napoleónica en el siglo XIX.

Finalmente, la abundancia agrícola, la densidad de los bosques y el clima favorable ofrecieron refugio a personas perseguidas tras la Guerra Civil. Aún hoy se conserva un lugar denominado La caseta del Maqui.

Véase también

Referencias

  1. Biblioteca Nacional de Madrid. Don Segundo. 1949.
  2. "Religiones Primitivas de España". J.M. Blázquez. 1962.
  3. "La organización tribal de los Vetones". M. Salinas de Frías. 1986.
  4. Petra Hernández Sánchez. "Lagunilla ayer y Hoy". 2001.
  5. César Morán.
  6. Huber.
  7. INE
  8. Mapas Servicio Geográfico del Ejército. Lámina 575.

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