Tregua de Calais
La Tregua de Calais fue un pacto para poner fin a los combates acordado por el rey Eduardo III de Inglaterra y su homólogo Felipe VI de Francia el 28 de septiembre de 1347, con mediación del papa Clemente VI. Aunque debía durar originalmente nueve meses, se fue prorrogando repetidamente hasta 1355. AntecedentesEl 3 de agosto de 1347 capituló la ciudad francesa de Calais, que los ingleses llevaban asediando once meses. El jefe del ejército inglés, el rey Eduardo III (1327-1377), licenció inmediatamente a gran parte de su ejército y despidió a sus aliados flamencos. El francés, Felipe VI (1328-1350), hizo lo propio con parte de su ejército. Poco después, Eduardo emprendió una serie de incursiones en las que recorrió unos cincuenta kilómetros de territorio francés.[1] Felipe trató de reunir de nuevo al ejército el 1 de septiembre, pero no pudo hacerlo. El tesoro real estaba agotado y los impuestos para sufragar la guerra tenían que recaudarse en muchos sitios por la fuerza y ni aun así se reunían los fondos suficientes para pagar a las tropas.[2] Por añadidura, el ejército no deseaba volver a contender con los ingleses; para obligar a los nobles a contribuir a los preparativos bélicos, el rey tuvo que amenazarlos con confiscar sus propiedades si no acudían en su servicio.[2] Retrasó asimismo un mes la fecha prevista para la reunión del ejército.[2] Eduardo también tenía dificultades pare reunir fondos para la guerra, en parte porque no se esperaba que los necesitase tan pronto; para hacerse con ellos empleó métodos draconianos que disgustaron intensamente a la población.[3] Los ingleses sufrieron también un par de reveses militares: la guarnición francesa de Saint-Omer desbarató una gran incursión enemiga y unos piratas franceses de Boulogne se apoderaron de un convoy que navegaba rumbo a Calais.[2] TreguaDos cardenales que actuaban como legados apostólicos del papa Clemente VI habían intentado negociar el fin de las hostilidades desde julio de 1346, en vano. A causa de los reveses militares y del agotamiento financiero de los dos bandos, estos se avinieron a tratar por fin en septiembre y el 28 acordaron una tregua.[4] Esta favoreció claramente a los ingleses: reconoció su posesión de todo lo que habían conquistado en Francia y Escocia.[4] Por su parte, a los flamencos se les reconoció su independencia de facto.[4] Asimismo, Felipe se comprometió a no castigar a los nobles que habían conspirado e incluso luchado contra él.[4] La Tregua de Calais debía durar nueve meses, hasta el 7 de julio de 1348. En noviembre de 1348, se prorrogó doce meses más, cosa que volvió a suceder en mayo de 1349. Posteriormente se prorrogó repetidamente hasta 1355.[5] No obstante, la tregua no acabó con los enfrentamientos navales entre los dos países ni con los combates menores que se libraban en Gascuña y Bretaña. La guerra a gran escala se reanudó en 1355 y continuó hasta que en 1360 se firmó el Tratado de Brétigny.[6] Referencias
Bibliografía
Enlaces externos
|