El edificio fue diseñado por el arquitecto chileno Smiljan Radic Clarke, Eduardo Loosli y Gabriela Medrano,[2] y construido por Radic y la Constructora Echeverría Izquierdo.[1] Previo a su construcción, otros proyectos de teatro se habían pensado para emplazarse en la misma ribera norte del río Biobío. Desde 1994 y durante varios años, se defendió el proyecto denominado Teatro Pencopolitano, el cual finalmente no se llevó a cabo por falta de financiamiento.
Historia
Teatro Pencopolitano: Primer proyecto
El origen del Teatro Biobío o Teatro Pencopolitano se remonta a 1994 y hasta principios del siglo XXI, como un proyecto del programa de recuperación de la ribera norte del río Biobío en la ciudad de Concepción, Chile.[3] Sería un moderno teatro que se planeaba construir en el Parque Costanera. Formaba parte del Proyecto Bicentenario desde su constitución, el año 2000.[4]
Parte de su estructura pasaría por sobre el río Biobío, convirtiéndolo no sólo en un receptáculo cultural de la zona, sino además en un foco turístico importante. El proyecto se encontraba detenido por falta de financiamiento y de coordinación de las partes interesadas. Se había conformado una Corporación destinada a la recepción de nuevos socios, preocupándose de la permanente gestión del proyecto para buscar eventuales adjudicaciones futuras de apoyos financieros tanto gubernamentales como privados.
En abril de 2013, no obstante, se aprobó una modalidad de financiamiento para un proyecto diferente, destinado a la creación del Teatro Regional del Biobío, lo que significó luz verde para el proyecto de un nuevo teatro para la región,[5] y el cese de los intentos por construir el Teatro Pencopolitano.
Teatro Biobío: Proyecto definitivo
Los arquitectos Smiljan Radic Clarke, Eduardo Castillo y Gabriela Medrano se adjudicaron el proyecto el 8 de octubre de 2011, a través de un concurso convocado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) y el Gobierno Regional denominado «Nuevo Teatro Regional del Biobío», en el cual participaron 28 propuestas de Chile y el extranjero. Radic era por entonces ya un reconocido arquitecto, que junto a Eduardo Castillo y Ricardo Serpell se había adjudicado en 2000, para la misma ciudad, el «Concurso para el Nuevo Barrio Cívico de Concepción», el cual no se acabó por ejecutar completamente. La convocatoria exigía que la estructura propuesta fuera resistente, adaptable a las condiciones climáticas (inviernos lluviosos) y geográficas (frecuentes terremotos) de la ciudad, y que permitiese cubrir una amplia cartelera cultural. El proyecto original tendría una superficie de alrededor de 9 mil metros cuadrados, y debía ser entregado en 2013. El segundo fue para José Cruz y tercero para la oficina de arquitectos penquista D+, quienes postularon asociados con la empresa española Abalos+Sentkiewicz.[6] El jurado del concurso estuvo conformado por:[6]
Juan Eduardo King Caldichoury, Director Regional del CNCA, en representación del ministro Luciano Cruz-Coke.
Víctor Lobos, arquitecto e Intendente de la Región del Biobío.
Patricio Kuhn, alcalde de Concepción.
Juan Lund Plantat, jefe de la Unidad de Infraestructura Gabinete Ministro.
Cristóbal Molina, coordinador del Área de Arquitectura CNCA.
Mauricio Pezo, arquitecto elegido en representación de los concursantes.
Bernardo Daroch, Consejero Regional.
Jaime Aravena, Consejero Regional.
Giancarlo Mazzanti, arquitecto colombiano, jurado internacional invitado.
Pese a la fecha inicial de entrega, la empresa adjudicataria de la construcción del teatro se confirmó recién en junio de 2014.[7] El proceso de construcción inició en septiembre de 2015.[8] En noviembre de 2017, las obras tenían un 85% de avance.[9] Finalmente, el teatro se inauguró en marzo de 2018.[10]
Arquitectura
Exterior
La fachada del edificio utiliza una membrana de politetrafluoroetileno (PTFE) que abarca una superficie de más de 8 mil metros cuadrados, convirtiéndose en la fachada textil más grande de América del Sur. Esta membrana fue fabricada en el extranjero por Castro Rojas, y se fijó a la estructura que la soporta mediante extrusiones de aluminio y pernos de acero inoxidable.[1]
Conceptualmente, Radic propone la idea de un «teatro embalado» que sirva como un «embalaje para la ficción» y «envuelva» cultura.[11][12]
Interior
El interior del teatro cuenta con espacios flexibles para usos diversos, y cuenta con una «sala polivalente» para artes escénicas y otro tipo de presentaciones.[6]
Críticas a la obra
Desde su creación, el teatro ha recibido críticas variadas. Luego de inaugurado, fue fuertemente criticado desde el vox populi, principalmente por su volumetría y fachadas exteriores, en muchos casos consideradas antiestéticas, contrarias a la idea de belleza que debe inspirar un arte como la arquitectura, y porque su obra se consideró invasiva frente al acto urbano de apreciar el paisaje hacia la ribera del río Biobío.[13] Algunos calificativos peyorativos que ha recibido son los de «feo» y «mamotreto».[14][13] Ante estas calificaciones, el arquitecto Smiljan Radic, autor de la obra, se ha defendido diciendo: «No me dedico a hacer cosas bonitas, no es mi objetivo».[13]
Pese a lo anterior, desde el ámbito arquitectónico, la obra ha sido bien recibida en varios casos.[15] De hecho, el teatro fue reconocido internacionalmente como una de las 25 obras de arquitectura más destacadas del año 2018 según la prestigiosa revista Architectural Record.[16][17]
Reconocimientos
2018: Nominado al Premio Beazley Designs of The Year 2018, otorgado anualmente por el Museo del Diseño de Londres.
Ganador: Gran Premio en la Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito BAQ 2022. [2]