StrandhöggStrandhögg (del nórdico antiguo: uno de los posibles significados, aunque no literalmente, es lucha sobre la arena o lucha en la playa[1]) era una táctica de guerra vikinga, basada en una primera incursión de espionaje seguida de un ataque relámpago (al estilo de los modernos comandos), en zonas costeras.[2] Fue una técnica casi exclusivamente vikinga de combate de los noruegos, una acción totalmente improvisada según la situación e inspiración del atacante, que rompía totalmente cualquier expectativa de éxito de la defensa organizada que esperaba un comportamiento militar de un ejército convencional. Sin embargo, las víctimas no estaban habituadas a una guerra de guerrillas que no se ajustaba a las normas sistemáticas de un ejército contemporáneo.[3] Los vikingos ya habían desarrollado una red de espionaje en muchos enclaves con amplio movimiento comercial. Los espías informaban de las costumbres locales, fechas de festividades religiosas, ayudaban a traducir e indicar lugares aptos para iniciar el pillaje y personalidades a quienes se podría raptar y solicitar rescate por su cabeza. Los vikingos también empleaban las mismas tácticas para sus incursiones en otras zonas nórdicas. Harald I de Noruega prohibió el strandhögg en territorio noruego.[4] Un ejemplo de strandhögg en la península ibérica fue el ataque sorpresa en Gijón que fue rechazado por Ramiro I de Asturias en el año 844.[5] Referencias
Bibliografía
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