Siglo de la humillaciónEl Siglo de Humillación (en chino tradicional: 百年國恥; chino simplificado: 百年国耻; pinyin: bǎinián guóchǐ), también conocido como los cien años de humillación nacional, es como se conoce en China al período de intervención e imperialismo de las potencias occidentales, Rusia y Japón en el país entre 1839 y 1949.[1] El término surgió en 1915, en la atmósfera del creciente nacionalismo chino que se oponía a las Veintiuna Exigencias hechas por el Gobierno japonés y su aceptación por Yuan Shikai, con el Kuomintang y el Partido Comunista Chino popularizando posteriormente la caracterización. HistoriaEl comienzo del siglo de humillación se remonta a mediados del siglo xix, en vísperas de la primera guerra del Opio[3] en medio de la adicción al opio generalizada y el desmoronamiento político del Imperio Qing que siguió.[4] Los principales eventos citados como parte del Siglo de la Humillación incluyen la derrota en la primera guerra del Opio (1839-1842) ante el Reino Unido, los tratados desiguales, la rebelión Taiping (1850-1864), la derrota en la segunda guerra del Opio (1856-1860) con el saqueo del Antiguo Palacio de Verano por fuerzas británicas y francesas, la guerra franco-china (1884-1885), la derrota en la primera guerra sino-japonesa (1894-1895) ante Japón, el levantamiento de los bóxers y su subsiguiente represión por una coalición militar internacional (1899-1901),[5] las Veintiuna Exigencias de Japón (1915), la invasión japonesa de Manchuria (1931-1932) y la segunda guerra sino-japonesa (1937-1945). En este período, China sufrió una gran fragmentación interna, perdió casi todas las guerras que libró, y a menudo se vio obligada a otorgar grandes concesiones a las grandes potencias en los tratados posteriores.[6] En muchos casos, China se vio obligada a pagar grandes cantidades de reparaciones, abrir puertos para el comercio, arrendar o ceder territorios (como Manchuria Exterior y partes del noroeste de China al Imperio ruso, la bahía de Jiaozhou a Alemania, Hong Kong al Reino Unido, Zhanjiang a Francia y Taiwán y Kwantung a Japón) y hacer otras concesiones de soberanía a las «esferas de influencia» extranjeras, luego de las derrotas militares. Cuándo o si el siglo ha terminado ha estado abierto a diferentes interpretaciones. Chiang Kai-shek como declaró el fin del siglo de humillación después de la Segunda Guerra Mundial, con Chiang promoviendo su resistencia en tiempos de guerra al dominio japonés y el lugar de China entre los Cuatro Grandes aliados victoriosos en 1945, mientras que Mao Zedong lo declaró con el establecimiento de la República Popular de China en 1949. El Reino Unido y los Estados Unidos abandonaron la jurisdicción extraterritorial en 1943. Chiang Kai-shek obligó a los franceses a entregar todas sus concesiones al control de China después de la Segunda Guerra Mundial. El fin de siglo se declaró de manera similar en la repulsión de las fuerzas de la ONU en la Guerra de Corea, la devolución de Hong Kong en 1997, la devolución de Macao en 1999 e incluso la organización de los Juegos Olímpicos de 2008 en Beijing.[7] ImplicacionesEl uso del Siglo de Humillación en la historiografía del Partido Comunista Chino y el nacionalismo chino moderno, con su enfoque en la «soberanía e integridad del territorio [chino]»,[8] ha sido invocado en incidentes tales como el bombardeo estadounidense de la embajada china de Belgrado, el incidente de la isla de Hainan (incidente militar de 2001 causado por una colisión entre un avión militar estadounidense y un avión militar chino) y las protestas por la independencia tibetana a lo largo del viaje de la antorcha de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.[9] Algunos analistas han señalado su uso para desviar las críticas extranjeras sobre los abusos de los derechos humanos en China y la atención interna por cuestiones de corrupción, al tiempo que refuerzan sus reclamos territoriales y su ascenso económico y político general.[7][10][11] Véase tambiénReferencias
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