Salmo 149

Salmo 149 en un libro de horas medieval
Salmo 149 en un libro de horas medieval

El salmo 149 es el centésimo cuadragésimo noveno salmo del Libro de los salmos de la Biblia. Se trata de un salmo aleluyático[1]​ que hace parte del Hallel final.[2]​ Es también conocido por su íncipit según la versión latina: «Cantate Domino canticum novum».

Comentario exegético

La composición adopta la forma de un himno de alabanza. Consta de nueve versículos en los que predomina el metro 3 + 3.[3]​ Puede dividirse en dos secciones. La primera de ellas (vv.1-4) constituye la invitación a la alabanza de Yahweh por su amor hacia Israel. La segunda sección (vv.5-9), por su parte, describe los participantes de la misma en un tono marcial.[4]

Generalmente se acepta una interpretación litúrgica del salmo, según la cual este describe una danza cultual en honor de Yahweh e, incluso, la representación escénica de la victoria militar sobre los enemigos.[1][5][6][7][8]

No obstante, la datación de este salmo y su marco contextual no han logrado un consenso entre los académicos. Las opiniones al respecto se pueden dividir en dos grupos:

  • Algunos autores sitúan la composición del salmo en una fecha imprecisa,[1][5][6]​ usualmente antes del exilio.[9][10]
  • Un segundo grupo se inclina por situar el origen del himno en el periodo helenístico, más concretamente en la época de los Macabeos.[11][12]​ Los autores que defienden esta interpretación suelen identificar los hasidim o piadosos mencionados en el salmo con el movimiento histórico homónimo de los asideos.[13][14]

Los temas principales de la composición son el cántico nuevo, la presencia de los hasidim o piadosos y su papel como ejecutores de la sentencia divina. En torno a estos tres conceptos se articula todo el salmo, desde su comienzo festivo, hasta su conclusión bélica. Pero, entre los tres, la alabanza divina —significada en el cántico nuevo— sin duda constituye el motivo fundamental de todo el himno.[15][16]

Interpretación del salmo 149 en la tradición cristiana

Como ya se ha dicho, el salmo 149 muestra en su parte final un tono bélico que puede resultar difícil de compatibilizar con el cristianismo.[17][18]​ No obstante, esto no ha impedido que desde la época patrística se haya desarrollado una lectura compatible con el cristianismo. El paradigma de este tipo de interpretaciones alegóricas lo encontramos en Agustín de Hipona, especialmente en sus Enarrationes in psalmos.[19]

En el caso concreto del salmo 149, la mayor dificultad se presenta en los versículos finales:

6Con elogios a Dios en su garganta,
y en su mano espada de dos filos;
7para tomar venganza de las naciones
e infligir el castigo a los pueblos,
8para atar con cadenas a los reyes,
con grillos de hierro a sus magnates
9para aplicarles la sentencia escrita:
¡será un honor para todos sus fieles!
Salmo 149,6-9

La intepretación agustiniana se esfuerza por encontrar un sentido cristiano a este tipo de expresiones belicosas. Aquí superará las dificultades mediante una lectura alegórica de los distintos elementos presentes en el salmo. En primer lugar, considera que las espadas de dos filos simbolizan la Palabra de Dios, basándose para ello en la Epístola a los hebreos. Después afirma que tomar venganza de las naciones significa hacerlas cristianas mediante la predicación. Continúa exponiendo como los reyes y magnates apresados son aquellos que se han convertido al cristianismo. Por último, asegura que la aplicación de la sentencia escrita significa que ahora se cumple lo que antes fue profecía.[20]

Bibliografía

  • Alonso Schökel, L.; Carniti, C. (1993). Salmos II (Salmos 73-150). Estella. p. 1668. ISBN 8471516683. 
  • Aparicio Rodríguez, A. (2009). Salmos 107-150. Bilbao. ISBN 9788433022899. 
  • Dahood, M. (1973). Psalms II 51-100 [Salmos II 51-150] (2ª edición). Nueva York. ISBN 0385037597. 
  • Kraus, H.-J. (1995) [original alemán de 1989]. Los Salmos II. Salmos 60-150 (Constantíno Ruíz-Garrido, trad.). Salamanca. ISBN 8430112464. 
  • Menchén Carrasco, J. (1997). «Escritos poéticos». En Guijarro Porto, S., ed. Comentario al Antiguo Testamento II. Madrid. ISBN 9788481692136. 
  • Mielgo Fernández, C. (1987). «Interpretación agustiniana de algunos salmos difíciles». Estudio agustiniano: Revista del Estudio Teológico Agustiniano de Valladolid 22: 261-281. ISSN 0425-340X. Consultado el 26 de junio de 2023. 
  • Murphy, R. E. (1971). «Salmos». En Brown, R. E., ed. Comentario Bíblico «San Jerónimo» (A. de la Fuente Adánez y J. Valiente Malla, trads.) II. ISBN 9788470571152. 
  • Ravasi, Gianfranco (1984). Il libro dei Salmi. Commento e attualizzazione. III (101-150). Bolonia. 
  • Ubieta López, J. A., ed. (1998). Biblia de Jerusalén. Bilbao. ISBN 8433013041. 

Referencias

  1. a b c Menchén Carrasco, 1997, p. 523.
  2. Aparicio Rodríguez, 2009, pp. 7-8.
  3. Kraus, 1995, p. 832.
  4. Murphy, 1971, pp. 677-678.
  5. a b Murphy, 1971, p. 678.
  6. a b Kraus, 1995, pp. 832-833.
  7. Dahood, 1973, pp. 357-358.
  8. Alonso Schökel y Carniti, 1993, pp. 1664-1665.
  9. Dahood, 1973, p. 357.
  10. Ravasi, 1984, p. 985.
  11. Alonso Schökel y Carniti, 1993, p. 1663.
  12. Ubieta López, 1998, p. 817.
  13. Aparicio Rodríguez, 2009, pp. 380-381.
  14. Ravasi, 1984, pp. 984-985.
  15. Kraus, 1995, p. 836.
  16. Aparicio Rodríguez, 2009, pp. 382-384.
  17. Aparicio Rodríguez, 2009, p. 384.
  18. Mielgo Fernández, 1987, pp. 264-265.
  19. Mielgo Fernández, 1987, pp. 261-262.
  20. Mielgo Fernández, 1987, pp. 266-267.

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