Las reglas de Fajans se pueden resumir en tres puntos:
Regla 1: cuanto más polarizante es el catión, mayor carácter covalente tendrá el enlace. El carácter polarizante de un catión aumenta al aumentar su relación carga/radio, q/r.
Regla 2: cuanto más polarizable es el anión, mayor carácter covalente tendrá el enlace. La polarizabilidad del anión aumenta al aumentar el radio y la carga. En el caso de los halógenos la polarizabilidad crece en el siguiente orden: F < Cl < Br < I.
Regla 3: la polarización del enlace y por lo tanto su carácter covalente, aumenta cuando la configuración electrónica del catión no es la de un gas noble. Esto se da en los metales de transición y en las tierras raras (lantánidos y actínidos) debido a que sus orbitales d y f se extienden lejos del núcleo y por ello son fáciles de polarizar al ser menos atraídos por el núcleo.
Por ejemplo el cloruro sódico tiene un catión (Na+) con carga de (+1) y un tamaño relativamente grande de en torno a 1 Å y un anión (Cl-) relativamente pequeño (para ser anión) de 2 Å y por lo tanto el enlace es iónico. Contrariamente el ioduro de aluminio (AlI3) tiene un catión trivalente (+3) muy polarizante y un anión muy grande (y por lo tanto polarizable) por lo que su enlace tiene carácter covalente.
Tras la observación de datos de solubilidad de distintos haluros alcalinos F. Ephraim (1920)[4] y K. Fajans (1921) establecieron que sales con contraiones de radio próximo son relativamente poco solubles, en comparación con sales cuyos contraiones tienen distintos tamaños.[5]