Realidad últimaLa realidad última o realidad suprema es "el poder supremo, final y fundamental de toda realidad".[1] Esto puede superponerse con el concepto de lo Absoluto en ciertas filosofías. Debido a su naturaleza, como concepto la Realidad última no puede ser explicada o entendida en su totalidad. Como sintetizó el filósofo Nisargadatta Maharaj: Filosofía griegaAnaximandro creía que la sustancia última del universo, generalmente conocida como arche, era el Ápeiron, una sustancia infinita y eterna que sería el origen de todas las cosas. Aristóteles sostenía que el motor inmóvil "debe ser un ser inmortal e inmutable, responsable en última instancia de toda la totalidad y el orden en el mundo sensible"[2] y que su existencia es necesaria para sustentar el cambio cotidiano. En el neoplatonismo, como previamente en el pitagorismo, el primer principio de la realidad es "el Uno" o "la Mónada", que es un principio perfectamente simple e inefable que es la fuente del universo y existe sin multiplicidad y más allá del ser y el no ser. La física estoica llamaba a la sustancia primitiva del universo pneuma o Dios, que es todo lo que existe y una fuerza creativa que desarrolla y da forma al cosmos.[3] BudismoEn el budismo theravada, el Nirvana es la última realidad.[4] El nirvana se describe en términos negativos; no está construido ni condicionado.[5] En algunas corrientes del budismo mahayana, la naturaleza búdica o el Dharmakaya se considera la realidad última.[6] Otras corrientes del budismo rechazan la noción de realidad última, considerando todo lo existente como vacío (sunyata) de existencia inherente (svabhava).[7] Respecto a este último concepto, se puede considerar que "el vacio seria igual al todo" como Realidad última, si se considera la No dualidad existencial como algo que va más allá de los conceptos para describirla; ya que el concepto de vacio budista No es la "nada" nihilista, sino la ausencia de la existencia inherente. A partir de lo dicho, al Nirvana y a Sunyata como realidad ultima se pueden entender a través de la siguite cita de Buda Gautama:
HinduismoEn el hinduismo, Brahman connota el principio universal más elevado, lo Absoluto del universo.[8][9][10] En las principales escuelas de filosofía hindú, es la causa y origen material, eficiente, formal y final de todo lo que existe.[9][11][12] Es la verdad y la bienaventuranza omnipresentes, sin género, infinitas y eternas que no cambian, pero que son la causa de todos los cambios.[8][10][13] Brahman como concepto metafísico es la única unidad vinculante detrás de la diversidad en todo lo que existe en el universo.[8][14] Los Upanishads usan la negación para señalar que Brahman no puede ser definido por atributos finitos. Por ejemplo:
De forma similar entre las corrientes más devocionales, se considera que las deidades principales, como Visnu, Shiva o Shakti (y sus variantes o avatares) en sus aspectos más elevados son el Paramatma, considerado igualmente como el estado de representacion de la Realidad última. A la manifestación trascendental de Visnú, se le conoce como Mahavisnú y es considerada la fuente de la creación del universo. Se le describe como un océano cósmico donde residen innumerables universos. A la manifestación trascendental de Shivá, relacionada con el origen del universo y como la representación de la realidad última (el corazón universal), se le conoce como Paramashiva. A la manifestación trascendental de Shakti como forma suprema se le denomina Adi Shakti (también conocida como Adi Parashakti o Mahadevi), descrita como la fuente original de toda la energía. Al respecto algunas escuelas filosoficas ven estas diferentes interpretaciones como aspectos complementarios de una misma realidad suprema, sin una jerarquía estricta. Al no reconocer el ser humano la verdadera naturaleza (Paramatma), este queda atrapado en la ilusión de Maya producto de su ignorancia (avidya). Otro punto de vista de la realidad suprema es el del Shivaísmo de Cachemira, especialmente en la escuela Trika, en la cual la vacuidad que la representa no se entiende como "mera ausencia" de existencia inherente (como en el budismo), sino como el Espacio de conciencia no objetivable (Paramashiva), el "vacío" que contiene todas las formas (la matriz de toda manifestación), pero no se reduce a ellas. Es el corazón palpitante de Shiva-Shakti, donde la creatividad y la quietud coexisten. TaoísmoEn el taoísmo, el Tao es el principio impersonal que subyace a la realidad. Es un principio y proceso metafísico que hace referencia a cómo se desarrolla la naturaleza, siendo un enigmático proceso de transformación. Se describe como la fuente de la existencia, un misterio inefable y algo que puede aprovecharse individualmente para el bien.[15] Se considera que es "el flujo del universo" y la fuente de su orden y de su Qì ("energía vital"), pero no se la adora como deidad, aun cuando algunas interpretaciones creen que tiene el poder de bendecir o iluminar. El no poder describirlo en su plenitud es lo primero que el Tao te king enseña:[16]
RepresentaciónSegún Dadosky, el concepto de "realidad última" es difícil de expresar en palabras, poesía, mitología y arte. La paradoja o contradicción se utiliza a menudo como medio de expresión debido al "aspecto contradictorio de la realidad última".[17] Según Mircea Eliade, la realidad última puede ser mediada o revelada a través de símbolos.[18] Para Eliade la mente "arcaica" es constantemente consciente de la presencia de lo Sagrado, y para esa mente todos los símbolos son religiosos (revinculándose con el Origen). A través de los símbolos el ser humano puede obtener una "intuición" inmediata de ciertos rasgos de lo Sagrado inagotable. La mente hace uso de imágenes para captar la realidad última de las cosas porque la realidad se manifiesta de maneras contradictorias y, por lo tanto, no puede describirse mediante conceptos. Así, es la imagen como tal, como todo un conjunto de significados, lo que es "verdadero" (fiel, digno de confianza).[18] Eliade afirma:[19]
Los símbolos comunes de la realidad última incluyen el árbol del mundo, el árbol de la vida, el microcosmos, el fuego y los niños.[20] Paul Tillich sostenía que Dios es la "base del ser" y algo que precede a la dicotomía sujeto-objeto. Consideró que Dios es lo que en última instancia preocupa a la gente, existencialmente, y que los símbolos religiosos pueden recuperar su significado incluso sin la fe en el Dios personal del cristianismo tradicional.[21] Véase tambiénReferencias
Fuentes
Otras lecturas
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