Pueblo kisii
El pueblo kisii , también llamado abagusii, ekegusii, gusii, guizzi, o kosova, habita desde el siglo XVI el suroeste del lago Victoria, en la región de Mara (Tanzania) y la fronteriza provincia de Nyanza (Kenia).[1][2] Son de origen bantú y forman parte del complejo lingüístico mara.[3] Hablan la lengua kisii.[4] Constituyen una de las etnias más importantes de Kenia con 3.530.000[5] personas a las que suman una comunidad estimada en 700[6] habitantes en territorio de Tanzania.[7] HistoriaEl origen del pueblo kisii estaría en Uganda, desde donde emigraron en dirección al monte Elgon, en la frontera con Kenia.[3] De allí descendieron a las llanuras que circundan el golfo de Winam en el noreste del lago Victoria (antiguamente llamado golfo de Kavirondo)[3][8] En el siglo VI fueron desplazados al sur montañoso de Kenia por los pueblos luo y masái. En el siglo VII ya estaban asentados en las regiones de Mara y Nyanza.[3] A mediados del siglo XVIII sufrieron una dura crisis alimentaria que diezmó la población kisii. Para sobrevivir debieron disminuir los antiguos plantíos de sorgo y otras plantas propias de la llanura y aumentar la producción de mijo y algunas raíces que se adaptaron mejor al entorno.[9] En este proceso migratorio asimilaron grupos kushitas y nilóticos, aunque estos en menor medida. Para algunos autores esto último se refleja en la ausencia del sistema de clases de edad que rigen en la mayoría de los grupos mara.[3] Las fuerzas coloniales británicas tuvieron enfrentamientos con los gusii y ocuparon la zona en dos embestidas producidas en 1904 y 1908.[10] Confrontación que agravó los resentimientos de la población nativa contra los occidentales. En 1913, los gusii formaron parte del culto Mumbo (espíritu del lago) contra la presencia de “blancos” y su religión cristiana. Actividad que les llegó de sus vecinos luo y formó parte del conjunto de movimientos anticolonilistas de África Oriental a principios del siglo XX.[11] En 1914 fuerzas alemanas atacaron el fuerte británico en Kisii. Los nativos aprovecharon para atacar y pillar el enclave. La respuestas fue una dura represión británica que mató a 150 personas del pueblo kisii.[10] En la década de 1920 se unieron a otro culto local, el Sakawi contra las fuerzas coloniales. Esto aumentó las medidas represivas de los británicos, con persecuciones y prohibiciones de esos ejercicios religiosos.[12] Estos movimientos religiosos anticoloniales revivieron en la década de 1950.[13] A finales del siglo XX (1991-1994) se vieron envueltos en enfrentamientos con otros grupos de la misma zona alimentados por favoritismos étnicos desde el gobierno de Kenia.[3] EconomíaLa economía del pueblo kisii evolucionó de cazadora – ganadera, a una gestión más compleja incluyendo una agricultura de subsistencia, así como plantaciones de plátano, algodón y caña de azúcar. Actividades que complementaron con productos artesanales de sus herreros y la pesca.[3][14] Un mercado dinámico entre los pueblos de la región (luo y masái) les permitió diversificar su producción de hierro y también hacer trueques con piedras de esteatita, pieles de leopardo y babuino. A cambio recibían ganado, sal, manteca, leche, pescado, cerámicas y bebidas de los luo, así como lanzas masái, muy demandadas por su carácter mágico.[15] SociedadSe organizan en clanes totémicos. Habitan barrios con granjas familiares dispersas y algunas de sus aldeas presentan empalizadas defensivas.[3]Tienen una tradición patrilineal y la poligamia se practica de forma limitada. La vieja costumbre de pagar la dote con el ganado ha ido cambiando con el desarrollo de una economía monetaria moderna.[16] CulturaLos herreros kissi tienen gran prestigio dentro de la comunidad. Su antigüedad, según la tradición oral, se remonta al siglo XVI. Las ventas de sus productos lograron enriquecer por momentos a sus hacedores.[17] Referencias
Bibliografía
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