Préstamo gota a gotaLas expresiones «préstamo gota a gota», «préstamo facilito»[1] o «pagadiario»[2] describen una práctica que en algunos países es considerada delictiva en la que se ofrecen préstamos informales con condiciones de pago onerosas.[3] Destaca por la dificultad de cumplir los pagos, principalmente debido a las elevadas tasas de interés, que pueden superar el 500 %[4] e incluso siete veces los promedios de los servicios de microcrédito, según el diario colombiano La República.[5] ContextoLa modalidad de «préstamo gota a gota» surgió en Medellín en la década de 1990,[6] pero experimentó un resurgimiento significativo a mediados de la década de 2010[7][8] en Colombia y otras naciones latinoamericanas.[9] En Perú, los delincuentes, a menudo extranjeros según la Policía Nacional,[3] captan víctimas a través de publicidad en diversas formas, incluyendo carteles callejeros,[8] medios virtuales[10] y llamadas telefónicas.[11] Los préstamos oscilan entre mil y diez mil soles y el pago debe realizarse diariamente.[6] El préstamo gota a gota se distingue por sus elevadas tasas de interés. Según el Instituto Peruano de Economía, la cifra es de 500 %. Sin embargo, aproximadamente el 10% de los préstamos otorga tasas superiores al 10 000 %.[12] Quienes incumplen con los pagos son objeto de extorsión e intimidación para garantizar el cumplimiento del plazo establecido (generalmente un mes).[7][13] Estos actos crecieron notablemente en Perú entre 2021 y 2023.[14] Las víctimas también pueden ser obligadas a transportar droga como medio para saldar deudas.[15] Se ha descubierto que los individuos dedicados a esta actividad se capacitan en «academias» que les proporcionan instrucciones sobre sus operaciones.[1][16] Para competir con las entidades financieras legítimas, las organizaciones delictivas establecen fachadas que se asemejan a estas instituciones.[17] Además, como se destaca en el reportaje La Encerrona de Marco Sifuentes, esta modalidad se ha expandido a plataformas de aplicaciones móviles.[18][19] En 2024, la Federación Peruana de Cajas Municipales de Ahorro y Crédito estimó que el mercado de este tipo de préstamos clandestinos alcanzó los 3000 millones de soles entre el año pasado y este, y que compromete a casi un millón de familias peruanas.[20] Véase tambiénReferencias
|