Pedro Rafael González y Calisto
Pedro Rafael González Calisto (Quito, 24 de octubre de 1839-Quito, 27 de marzo de 1904) fue un eclesiástico, teólogo, profesor, político católico ecuatoriano, arzobispo de Quito entre 1893 y 1904. BiografíaFamiliaNació el 24 de octubre de 1839, en la ciudad ecuatoriana de Quito. Hijo de coronel chileno, José Miguel González Alminate, ministro de Estado en Ecuador, y de María Calisto y Arteta, de familias guayaquileñas y quiteña adherida al realismo español. A los pocos días fue bautizado, siendo su padrino el presidente Juan José Flores. FormaciónRealizó sus primeros estudios en el Seminario Menor de Quito, demostrando desde pequeño una innata vocación religiosa. A los quince quedó huérfano de padre. El 25 de noviembre del 1857 se graduó de Maestrescuela en Filosofía y Literatura en la Universidad Central del Ecuador. Ingresó en el Seminario Mayor de Quito, cursando estudios de Filosofía, hasta el segundo año. En marzo de 1859, fue enviado a estudiar como como alumno del Pontificio Colegio Pío Latino Americano. El 28 de enero de 1865, tras realizar estudios en la Pontificia Universidad Gregoriana, obtuvo el doctorado en Teología moral y dogmática. SacerdocioEn 1851, a escasos doce años, recibió las órdenes menores y la tonsura, a manos del arzobispo Francisco Xavier de Garaycoa. Su ordenación sacerdotal fue el 24 de septiembre de 1864, en la Capilla de la Archibasílica de San Juan de Letrán, a manos del cardenal Costantino Patrizi Naro. Celebró su cantamisa en uno de los altares laterales de la Basílica de San Pedro. Tuvo de padrino de capa a Vicente Pastor y de vinajeras a Antonio Flores Jijón, futuro presidente del Ecuador (1888-1892). Enseguida peregrinó a Tierra Santa en compañía de Manuel Canuto Restrepo, que más tarde sería obispo de Pasto.[1] En 1866, el papa Pío IX le concedió dignidad de protonotario apostólico y asistente del Solio Pontificio (Prelado doméstico de Su Santidad), que lleva anexo el tratamiento de monseñor.[1] Tras volver a Ecuador, fue nombrado examinador sinodal de la arquidiócesis, por el arzobispo José María Riofrío, y canónigo honorario de la Catedral de Ibarra por José I. Checa.[2] El 23 de marzo de 1872, después de un brillante examen, obtuvo por oposición la canonjía teologal de la Catedral Metropolitana.[2] Fue pro-vicario general del arzobispado. En 1869, asistió al II Concilio Provincial Quitense, desempeñándose como teólogo. Por su fama de orador, fue designado profesor de Teología en el Seminario. En 1872 profesor de Escrituras Sagradas en el Seminario Conciliar. También fue defensor de matrimonios en 1868, y el de secretario del arzobispado.[2] Fue diputado por Imbabura ante el Congreso Nacional de 1871, y nuevamente en la Convención Nacional reunida en Ambato en 1878.[1] En 1875 el arzobispo Checa y Barba lo nombró vicario general del arzobispado.[1]Y reunido el III Concilio Provincial, fue nombrado promotor de él. EpiscopadoObispo de IbarraFue propuesto por la Junta ocasional de Quito para ocupar la diócesis de Ibarra —comprendida por Imbabura y Carchi— vacante por la renuncia de Antonio Tomás Iturralde. El 26 de septiembre de 1876, el papa Pío IX lo nombró obispo de Ibarra. Fue consagrado el 27 de diciembre del mismo año, en la Catedral de Quito, a manos del arzobispo José Ignacio Checa y Barba. Tomó posesión canónica de la sede, en febrero de 1878. Durante su pontificado ibarreño, tras culminar algunas construcciones, el 27 de octubre de 1878, realizó la consagración de la Catedral de Ibarra. También levantó la cúpula y capitel, y la media naranja fue construida sobre el altar mayor. El frontispicio de la edificación, fue recubierto con piedra labrada.[3] Estableció el Colegio Seminario, para el que en 1886 solicitó a los Escolapios que enviaran dos religiosos para dirigirlo. Edificó la Escuela de los Hermanos Cristianos, el Colegio de las Hermanas de la Caridad, y el de las Madres Betlemitas.[2] Arzobispo en QuitoEl 15 de junio de 1893, el papa León XIII lo nombró arzobispo titular de Synnada en Frigia y arzobispo coadjutor de Quito. El 14 de julio del mismo año, con el fallecimiento de José Ignacio Ordóñez, pasó automáticamente a ser arzobispo de Quito. El 8 de octubre siguiente, recibió el palio arzobispal.[4] Participó en el Concilio Plenario Latino Americano convocado por León XIII, entre el 28 de mayo y el 9 de julio de 1899; en punto de fortalecer la unión entre las iglesias de la América Latina, a perfeccionar la unidad de su disciplina, dar mayor solidez a la fe, y extender la práctica de la ley suprema del cristianismo, la caridad.[5] Fue considerado candidato de América del Sur, para recibir el capelo cardenalicio.[6] Falleció el 27 de marzo de 1904 en Quito, a la edad de 64 años. Ancestros
Referencias
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