Pedro Canel Acevedo
Pedro Canel Acevedo (Prelo, Boal, 1 de noviembre de 1763 – Salave, Asturias, 13 de agosto de 1840) fue un abogado, arqueólogo y escritor español.[1][2] En ocasiones, firmaba sus trabajos con el seudónimo Eliseo Barcineo.[1] TrayectoriaNació en 1763 en la casa del Horto, perteneciente al pueblo de Prelo, en el concejo asturiano de Boal, en el seno de una familia de linaje noble.[1][3] Canel se formó en Filosofía, Matemáticas, Leyes y Cánones en la Universidad de Oviedo, donde se graduó en 1785.[1] Fue en 1789 cuando se recibió como abogado de los Reales Consejos.[1] Por real nombramiento, fue subdelegado de Marina en Coaña y, en 1803, de Montes en el mismo concejo..[1][3] Al año siguiente, recorrió la América septentrional y sus islas, con Real Permiso, para documentarse sobre sus producciones, gobierno y costumbres, y escribir una historia general de aquellos países, con sus cartas geográficas.[1] Al año siguiente viajó a México.[3] En 1805, mientras regresaba a España, su barco fue asaltado por los ingleses, siendo llevado prisionero durante unos meses a Inglaterra.[1] Finalmente, le fue concedido un pasaporte para que pudiese volver a su país vía Lisboa.[1] El 27 de octubre de 1807 se hizo miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País de Oviedo.[1] Al año siguiente, entregó a la imprenta el primer volumen de su manuscrito sobre su historia de la América septentrional, pero se extravió debido a la irrupción de los franceses en Madrid, por lo que desistió de su publicación.[1] En 1809, fue nombrado comandante militar de la línea de Navia por la Junta General del Principado.[1] Ese mismo año, viajó a Cádiz y a Sevilla para reunirse con la Junta Suprema Central.[1] En 1810 le fue concedido el cargo de capitán de Alarmas del Principado.[1] Ejerciendo ese cargo, regresó a Asturias,[1] y lo ostentó hasta la total expulsión de los franceses. Se cree que en aquella etapa inventó varios instrumentos de guerra.[1] En 1811 envió un Proyecto de Constitución española a las Cortes, y publicando al año siguiente unas Reflexiones críticas sobre la Constitución.[2] Ante la restauración en 1814 del régimen absolutista de Fernando VII, se instaló en Coaña, donde realizó excavaciones arqueológicas.[1] El 11 de septiembre de 1818 fue nombrado académico correspondiente de la Real Academia de la Historia.[1] La Inquisición calificó de herética e impía su obra Reflexiones críticas.[1] Sin embargo, al restaurarse la Constitución liberal ante la revolución de 1820, se salvó.[1] Ese año se hizo miembro de la Asociación Constitucional de Patriotas Honrados de Asturias, de Oviedo.[1] En 1823, con la vuelta del régimen absolutista de Fernando VII, se retiró a Coaña donde se dedicó a escribir.[1][2] Pasó el final de su vida a Salave, Tapia de Casariego, donde falleció el 13 de agosto de 1840.[1][3] Es antepasado del Primer Ministro cubano, Miguel Díaz-Canel.[cita requerida] Obra
Referencias
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