Parque de Viveros de Ulía
El parque de Viveros de Ulía está en el barrio de Ulía en San Sebastián, posee 14 500 m² al comienzo del paseo de Ulía, en el cruce con la calle José Elósegi. También se le denomina parque de viveros de Ulía, ya que los viveros situados dentro del parque fueron el proveedor de plantas para los jardines públicos de San Sebastián durante todo el siglo XX, hasta que en 2008 el ayuntamiento trasladó estos viveros municipales a LauHaizeta. Después de estar siete años cerrado, en 2015 los vecinos del barrio lo abrieron de nuevo y lo gestionan desde entonces con el permiso del ayuntamiento. En 2016 el ayuntamiento de San Sebastián quiso construir viviendas en el parque.[1][2][3] El parque tiene gran valor porque incluye dos antiguos depósitos de agua del siglo XIX, por sus elementos arquitéctonicos, por su flora y por su fauna.[4][5] El informe publicado por la Asociación Científica Aranzadi en mayo de 2016 describía los valores de parque desde seis puntos de vista.[6][7] Los depósitos de aguaSoroborda y Buskando, dos antiguos depósitos de agua bien conservados desde el siglo XIX, están situados dentro del parque de Viveros de Ulía.[8] La existencia de estos depósitos era prácticamente desconocida en San Sebastián cuando en 2006 se quisieron derrumbar para construir viviendas de lujo, pero un informe de la Asociación Científica Aranzadi puso de relieve su valor arquitectónico y como elemento importante en el patrimonio cultural de la ciudad.[9] Aves y animalesAnfibiosAnfibios, como el sapo partero y el tritón, habitan en los pozos del parque. AvesEn las sesiones organizadas mensualmente en el parque por SEO/BirdLife de San Sebastián se han observado hasta 38 especies de aves en el parque, entre ellas las siguientes:[10]
De estas 38 especies sobresalen el milano real, el gavilán común, el busardo ratonero, el pico picapinos, el carboneros garrapinos, el halcón peregrino, la paloma torcaz, la migratoria y el cuervo grande, que se ven por migración o por movimiento entre territorios, por campeo en busca de su alimentación. Las especies de aves Carbonero común, Mirlo común, Petirrojo europeo, Zorzal común, Urraca común, Tórtola turca y Reyezuelo listado, se ven casi todo el año. Es destacable el Reyezuelo listado, que ha sido tomado como emblema del parque por ser de pequeño tamaño, precioso e inquieto, como lo es el propio parque. Otras especies, como los Papamoscas gris y cerrojillo, Verderón común, Serín verdecillo, Jilguero lúgano, Avión común y Vencejo común no son aves residentes y se ven en primavera y verano. Los más difíciles de detectar por su discreción son el Agateador común y el Camachuelo común, la Lavandera blanca. Los Gorriones no se ven fácilmente todos los meses. Aves que se ven desde el parque y que residen en los alrededores son las siguientes: Corneja negra, Arrendajo, Urraca y Gaviota patiamarilla Es destacable que las 26 aves detectadas entre marzo y agosto crían en el mismo parque o en sus alrededores. InsectosEntre los miles de insectos que habitan en el parque destacan por su vistosidad la oruga de la mariposa machaón y el escarabajo de barras rojas y negras (Graphosoma lineatum). Ambos pueden verse cuando están comiendo hinojo.
Árboles y plantasPor lo menos son 39 las especies de árboles con presencia en el parque. La mayor parte no son autóctonos, sino procedentes de otros países, traídos como curiosidad por los jardineros encargados de los Viveros Municipales.
Existe un sitio web que permite identificar los árboles y su posición en el parque.[11] Premios
Véase tambiénReferencias
Enlaces externos
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