Pablo Vicente de Solá
Pablo Vicente de Solá Arrizabalaga (Mondragón, 1761[1] – 1826) fue un funcionario español y el duodécimo y último gobernador novohispano de Alta California (1815-1822).[2][3][4] ComienzoComo mercader, Pablo Vicente de Sola abasteció en 1787 a la California Antigua con 100 mulas, frezadas, riendas, y jabón. Simutaneamente en la Ciudad de México, offrecio sus servicios a mercaderes grandes del Consulado como José Mariano de Fagoaga. La Cofradía de Aránzazu juntaron los mercaderes vascos de la Ciudad de México, y del Aránzazu consiguió préstamos. El hermano de Sola, Faustino, sirvió como fraile en San Francisco entre 1787 y 1790. Entre 1805 y 1807, Sola trabajo desde la Ciudad de México como habilitado general de las Californias. En 1815, el tesorero del puerto de San Blas, Agustín Rivas, presto Sola una porción de su sueldo como gobernador entrante de California. Podemos concluir que Sola era un mercader leal al Consulado con redes a los Fagoaga y a los mercaderes de Tepic, cerca de San Blas. Sola entró como gobernador de California en 1815 y salió en 1822. Su política era conseguir sebo como donación de los padres misioneros y venderlo en el Pacífico para obtener recursos para pagar a las tropas.[5]. Concesiones de tierraDe Solá concedió en 1821 el rancho Rincón de los Bueyes de 1265 ha. a Bernardo Higuera y Cornelio López. Se encontraba en lo que hoy es el condado de Los Ángeles (California), abarcando los modernos Cheviot Hills, Rancho Park, la extensión del nordeste de Culver City, y una pequeña sección de Baldwin Hills con Ballona Creek.[6] Exploró los valles de California para ayudar a seleccionan lugares potenciales en los que construir misiones nuevas.[7] Otras concesiones de tierra de Solá incluyeron:
Hipólito BouchardHipólito Bouchard, pirata y corsario, navegó hacia California para interrumpir el comercio español. Sin embargo, las autoridades españolas conocían sus intenciones ya que el 6 de octubre el Clarion había informado que dos barcos corsarios estaban listos para atacar la costa californiana. El gobernador Pablo Vicente de Solá en Monterrey ordenó sacar de la ciudad todos los objetos de valor y dos tercios de la pólvora almacenada en los puestos militares.[8] El 20 de noviembre de 1818, el vigilante de Punta de Pinos, en la punta del extremo sur de la bahía de Monterrey, avistó los dos barcos argentinos. De Solá fue informado; los novohispanos prepararon los cañones a lo largo de la costa, la guarnición atendió sus puestos de batalla y las mujeres, niños y hombres incapaces de luchar fueron enviados a una misión tierra adentro en Soledad.[9] Bouchard se reunió con sus oficiales para diseñar el plan de ataque. Peter Corney conocía la bahía por dos visitas anteriores a Monterey. Utilizaron la corbeta Santa Rosa para atacar, ya que la fragata de calado profundo La Argentina podría encallar. La fragata tuvo que ser remolcada por pequeñas embarcaciones y fuera del alcance de la artillería española. Una vez que estuvo fuera de alcance, Bouchard envió al capitán Sheppard al Santa Rosa, conduciendo a doscientos soldados, portando armas de fuego y lanzas.[9] El 24 de noviembre, antes del amanecer, Bouchard ordenó a sus hombres que subieran a los barcos. Eran 200: 130 tenían rifles y 70 tenían lanzas. Aterrizaron a 7 km del fuerte, en un arroyo escondido. El fuerte resistió sin éxito y, tras una hora de combate, ondeó la bandera argentina.[10] Los argentinos ocuparon la ciudad durante seis días, tiempo durante el cual robaron el ganado y quemaron el fuerte, el cuartel general de artillería, la residencia del gobernador y las casas. Los residentes de la ciudad resultaron ilesos.[11] El 3 de abril de 1819 terminó la expedición a California de Hipólito Bouchard. Se fue a Valparaíso, en Chile, para colaborar con la campaña de José de San Martín para idependizar al Perú.[12] México independienteDe Solá sirvió al gobierno novohispano hasta la independencia de México en 1821. Aunque California se opuso al dominio mexicano, la transferencia de la California española a México se completó con pocos problemas y el propio de Solá presidió el cambio de banderas en 1822. Las noticias de la victoria de México llegaron lentamente al norte de Alta California y de Solá se opuso con fuerza a la revolución independentista. Amenazó a cualquiera que estuviera a favor de la revolución mexicana, pero cuando el canónigo Agustín Fernández de San Vicente, el comisionado de la regencia imperial española, llegó a Monterrey y le pidió que transfiriera su lealtad a México, accedió. Bajó la bandera española y izó la nueva bandera mexicana.[13] Durante su mandato se fundó una nueva misión: Misión San Rafael Arcángel el 14 de diciembre de 1817. En 1822 que Luis Antonio Argüello reemplazó a de Solá como gobernador provisional mexicano y luego como el primer gobernador territorial designado por México. Argüello también fue el primer nativo de California en gobernar el estado. Carácter, intelectoDe Solá se mantuvo en línea con el pensamiento ilustrado de Borica. Importó maestros de escuela e incluso apoyó a dos de ellos financiándolos personalmente. Durante su mandato Vicente Francisco de Sarría fue presidente de las misiones de California. Sin embargo, su relación no fue tan cercana como la de Diego de Borica y Lasuén por su diferente postura sobre los hechos contemporáneos en España.[14] Además, Sola requirió grandes requisiciones gratis de los indios cristianos de las misiones. El gobernador de Solá ayudó al joven Mariano Guadalupe Vallejo a obtener una educación formal con un tutor de inglés y le educó sobre la política de California, lo que le ayudó a convertirse en líder en el futuro.[15] Véase tambiénReferencias
Bibliografía
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