Música para ballet del siglo XXLa música para ballet del siglo XX tuvo como protagonistas a diversos compositores que revolucionaron, junto con los bailarines, coreógrafos, escenógrafos y productores, la escena del ballet, especialmente en Europa. Será el productor y mecenas, Sergei Diaghilev, uno de sus mayores propulsores, de la mano de los compositores Ígor Stravinski, Serguéi Prokófiev, entre otros. HistoriaLa manera en que la música y la danza confluyeron en el siglo XX era estudiar y analizar la parte rítmica como nexo común, donde la coreografía y la partitura musical encuentran un único lenguaje afín: el ritmo. Nijinsky se encargó en buscar a Émille Jacques-Dalcroze (1865-1950) por sus investigaciones, ya que el pretendía mejorar el aprendizaje musical a partir de la integración de los elementos rítmicos en el movimiento del cuerpo. Stravinsky mostró resistencia al coreógrafo, ya que lo consideró incompetente y corto de miras en el plan musical. Pese al pensamiento de Stravinski, la coreografía de La consagración de la primavera realizada por Nikinsky, es considerada como el primer ballet sinfónico, debido a la yuxtaposición de medidas de duración inigualables. MillicentHodson descubrió que Nijinsky poseía una mayor complejidad rítmica, gracias a la separación de la danza y música.[1] A finales de los años 50, las obras coreográficas de George Balachine (1904-1983) y Merce Cunninham representaron un aspecto: la liberación de la danza, para así desligar el argumento, el relato y lo referencial.[1] En el siglo XX la escuela rusa fue una de las más prolíficas, junto con el mayor mecenas en la historia del ballet, Serguéi Diáguilev, quien con la creación de sus ballets rusos, significó un periodo de copiosa producción. Junto cono los bailarines más afamados, coreógrafos y compositores, crearon un espectáculo completo, donde diversas disciplinas artísticas convergían. Diaghilev realizó ballets derivados de composiciones nuevas así como de adaptaciones de piezas del pasado, las cuales en principio no fueron creadas como ballets. De las obras del siglo XX que fueron compuestas con fines coreográficos, destacan:
Algunas obras adaptadas para ser llevadas al ballet son:
Principales ballets en el siglo XXIgor Stravinski (1882-1971)El pájaro de fuegoEs un ballet que se inspira en una leyenda popular rusa, con diseño y coreografía de Michel Fokine. La redacción del ballet coincide con el que utilizó Nikolai Rimski-Kórsakov para su ópera Koschei el inmortal de 1902. Antes de acudir a Stravinsy, Diaghilev consideró a Nikolái Cherepnín y a Anatoli Konstantitinovich Liádov. Incluso se consideró la posibilidad de que se realizara un trabajo colaborativo, porque ambos eran dos importantes compositores rusos. Sin embargo, Stravinski se convirtió en el encargado de la confección de la partitura, debido al escaso éxito alcanzado por Diaguilev en anteriores ballets.[2] En noviembre de 1909, Diaghilev le propuso componer El pájaro de fuego, idea que tomó con mucho entusiasmo, por lo que comenzó a trabajar el ballet, aun cuando no había certeza de que él fuera el compositor elegido. Le bastó un mes para adelantar la mayor parte del ballet, por lo que fue recompensando con 1,000 rublos como adelanto de sus honorarios. 5 meses le bastaron para la finalización del ballet. El 18 de mayo de 1909 terminó la obra, la cual fue estrenada el 25 de junio de ese año en París.[2] Stravinski señaló no tenía un recuerdo agradable sobre la coreografía de Fokine y sus bailarines:
A pesar de la opinión del compositor, este ballet se convirtió en una obra fundamental para la construcción del nuevo lenguaje musical dentro de la música del siglo XX.[2] La consagración de la primaveraOjalá quien quiera que escuche esta música jamás experimente la burla a que fue sometida en París en la primavera de 1913. Stravinsky, 1963. El 29 de mayo de 1913, en una fresca noche de primavera en la ciudad de París, se estrenó el ballet La consagración de la primavera. Por primera vez en la historia nacían de forma simultánea la creación de la música y la creación coreográfica, a cargo de dos artistas reconocidos: Igor Stravinsky y Vaslav Nijinsky. El público aglomerado a la entrada del Théatre des Champs-Élys[3] ées esperaba con ansiedad presenciar la obra en la representación de la compañía de los Ballets Russes de Serge Diaghiliev.[3] Con esta pieza, Stravinsky deseaba recrear un rito pagano inspirado en las danzas antiguas eslovenas. En su visión había un círculo de ancianos sabios que observaban a una joven danzar hasta morir, acto propiciatorio que convocaba al dios de la primavera. La obra fue dividida en dos partes: “La adoración de la tierra” y “El sacrificio”. La música de La consagración... alcanzó un lenguaje único. Stravinsky logró un ritmo sincopado e irregular a través de melodías simples del folk ruso y polos armónicos en conflicto. La violencia rítmica y disonante de la música irritó a una parte del público acostumbrado a la estética del romanticismo.[3] La consagración de la primavera está compuesta para una dotación instrumental amplia, con cinco flautas, cuatro oboes, corno inglés, cuatro fagotes, cinco clarinetes, contrafagots, cinco trompetas, ocho trompas, dos tubas, tres trombones, percusiones, dos timbales y cuerdas. Se le podría considerar como la apoteosis del giganismo orquestal de la época postromántica.[3] Otra característica de la obra es que no posee una estructura ortodoxa, tampoco posee un tema concreto; por lo que tampoco posee personajes o acción dramática continua. Sin embargo, el ballet se divide en cuadros separados, los cuales no poseen temas diferenciados. Es a través de los patrones rítmicos y tímbricos con los que se puede encontrar una coherencia, que alcanzan su mayor auge en el último cuadro. Los patrones rítmicos en un principio tienen apariencia caótica, pero a su vez están regulados por una relación entre acentos y duraciones. Existen pequeñas células simples, que se repiten dentro del mismo episodio, pero casi no aparecen en otro número. Se trata de dotar a cada pieza de un material temático propio.[3] En la primera parte aparece la adoración de la tierra, en la cual, se muestra una melodía lituana en la introducción, como si fuese una especie de evocación folklórica. Esta melodía está confeccionada sobre una escala modal (mi, sol, la, si, do y re) y sobre relación de cuartas (mi, la, re).[3] La segunda parte evoca un sacrificio, se deriva de una música misteriosa. Los ritmos rápidos y abruptos anuncian que la víctima del sacrificio ha sido elegida. Los bailarines masculinos representan a los espíritus de la tribu, que musicalmente son realizados por un dueto entre la flauta baja y el corno inglés. Los ostinatos son usados por Stravinski de forma abundante, como en la danza del sacrificio, en la que la doncella es representada con un ritmo incesante que es ejecutado por la orquesta completa.[3] Los ostinatos son utilizados de forma dramática para dar una idea de alarma y primitivismo. En esta obra se reafirma el predominio del ritmo, ya que contiene muchas partes polirrítmicas y con una métrica cambiante, de tal modo, que le da una especial unidad sonora. El ritmo se agrupa en suspensiones repetidas y en ello se encuentra el carácter obsesivo de la obra. Tal fue la impresión, que, se definió como “sacudidas eléctricas” por su sentimiento inquietante y agresivo. Dicha sensación también se logra debido a las superposiciones politonales. La disonancia forma de dos a más líneas horizontales, que coinciden en una intemperancia vertical.[3] Fue protagonizado por el bailarín más afamado a principios del siglo XX: Vaslav Nijinski. Su estreno tuvo lugar el 13 de junio de 1911, en París. La música fue concebida por Igor Stravinsky.
Serguéi Prokófiev (1891-1953)El ballet Romeo y Julieta fue compuesto por Serguéi Prokófiev. Lamentablemente, su primera presentación no tuvo gran éxito, debido a ello, se realizaron cambios, que desembocaron en caer en la aceptación del público. Cuestión que desembocó en la puesta con diversos coreógrafos. En 1935, junto con el escenógrafo Sergei Radlov, planeó la realización escénica del ballet. La obra, sin embargo, se estrenó 5 años después, el 11 de enero de 1940 en Leningrado.[7] Anthony Tudor, Rudy Van Dantzig, Frederick Ashton, Maurice Bejar y Rudolph Nureyev, son los coreógrafos que han realizado versiones de Romeo y Julieta de Prokófiev.[7] La estructura del ballet es la siguiente: Acto I
Acto II
Acto III
Véase tambiénReferencias
Bibliografía
Enlaces externos
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