MendicidadLa mendicidad es la práctica de pedir limosna. Para que la mendicidad tenga lugar se tiene que haber dos partes, el mendigo y el que da, que es considerado como benefactor. Esta práctica puede generar una serie interacciones simbólicas, psicológicas, materiales o emocionales, esta actividad incluye a todas las personas cuya situación es la desigualdad social y económica y por tanto la pobreza, el desempleo y el desarraigo por carecer de ingresos para vivir.[1][2] La mendicidad, en un contexto religioso, también puede ejercerse por voluntad propia, como en el caso de las órdenes mendicantes. Causas de la mendicidadLa mendicidad es común a todos los países, sociedades y economías, puede llegar a alcanzar un grado cruento en el Tercer Mundo. La desigualdad social, el desempleo, explotación laboral, diversos accidentes, migraciones, la avanzada edad, el vagabundeo y auto-ENFERMO, las enfermedades mentales e incluso la negativa a recibir ayuda, son algunos de los motivos más frecuentes.[3] Además, la mendicidad infantil es la que más se intenta frenar desde las autoridades gubernamentales ya que afecta a menores. Véase también
Referencias
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