Mediación cultural (arte)La mediación cultural es un conjunto de prácticas, herramientas y metodologías transdisciplinares, que fomenta la democratización cultural y el pensamiento crítico, poniendo en el centro las relaciones entre personas.[1] DefiniciónLa mediación es un concepto difuso que resulta útil para referirse a un conjunto de prácticas que se desarrollan en contextos institucionales, educativos y comunitarios. A partir del giro educativo[2][3] en el arte y la proliferación de foros de debate, programas, plataformas, proyectos y publicaciones[4][5] en torno a la educación y la producción de conocimientos críticos, se han definido varias de sus características esenciales, como son la activación del pensamiento crítico y la acción colaborativa enfocada hacia la transformación social. El objetivo se dirige a crear y fortalecer interconexiones entre los diferentes agentes de cada ecosistema cultural para promover aprendizajes significativos en las personas y en las comunidades. Contextos de acciónLa reflexión en torno a lo que se ha llamado públicos desde instituciones e iniciativas culturales, ha sido una constante marcada por el deseo de llegar a más personas y más comunidades. Con el tiempo, este deseo ha empezado a virar desde lo cuantitativo a lo cualitativo, es decir, la mediación cultural se preocupa cada vez más por conocer y profundizar a las comunidades implicadas en sus procesos.[6] Los términos más usados en el territorio español para referirse tanto al ámbito de la mediación como a su figura profesional son, respectivamente, «mediación cultural/mediadora» y «educación en museos/educadora»; además, encontramos que ambas nomenclaturas se entrelazan en no pocas ocasiones. Ante la diversidad terminológica en torno a la mediación cultural, se ha detectado la necesidad de posicionarse y abordar la práctica de un modo situado, ya que solo desde ahí se puede entender con qué otros ámbitos colinda y cuál es su especificidad. Los ámbitos de acción de la mediación son: -Contextos institucionales como museos, centros culturales, teatros, bibliotecas, centros de arte, etc. -Contextos comunitarios y grupos de acción social. -Contextos educativos[7] tanto de la educación formal como no formal (ENF) e informal. EvoluciónCabe destacar el trabajo pionero realizado en 2007 por Carmen Mörsch en la Documenta 12, que consistió en situar la educación en el centro del evento artístico. Las prácticas educativas y de mediación cultural tradicionalmente han sido actividades relegadas al formato expositivo, y desde su propuesta se plantea un cambio de perspectiva de manera que la mediación cultural y las prácticas educativas se legitiman al mismo nivel que las artísticas y las curatoriales.[8] Esta autora propone cuatro discursos que introducen una mirada más compleja desde una perspectiva institucional:[9] -Discurso afirmativo, consistente en comunicar de manera efectiva la misión del museo a un público experto. -Discurso reproductivo, hace referencia a aquellas actividades educativas y pedagógicas que tienen como objetivo introducir el arte a públicos del mañana. -Discurso deconstructivo, plantea revisar desde una perspectiva crítica la actividad de mediación involucrando a educadores, artistas y otros públicos. -Discurso transformativo, pretende expandir la institución expositiva y de posicionarla de manera política como un actor de cambio social. Otra aportación a este término se produce en la sexta edición de la Bienal del Mercosur (2007) donde se pone de manifiesto la importancia de las prácticas educativas y de mediación cultural equiparándolas a la parte expositiva. Una de las nuevas figuras que aparece es el comisariado pedagógico[10] asumido por Luis Camnitzer, que conjuntamente con el comisario artístico Gabriel Pérez Barreiro y la coordinadora de educación Mónica Hoff compartieron la dirección conectando los ámbitos educativos y expositivos propios de la bienal.[8] En 2008 Irit Rogoff recoge el concepto Giro Educativo en las artes visuales donde se pone de relevancia el trabajo basado en el proceso y la experimentación. La especulación, la imprevisibilidad, la auto-gestión y el carácter crítico caracterizan el hecho de entender la educación dentro del mundo del arte y la práctica artística.[2] En el contexto español, en 2010 tiene lugar Manifesta 8 Murcia[11], donde el término «mediación» aparece junto al de «educación» al configurarse el Departamento de Educación y Mediación, que estaba integrado por un grupo de más de veinte mediadoras para el periodo de duración de la bienal. Se empieza a nombrar esta figura profesional como tal realizando actividades de atención al público y visitas guiadas. En este contexto se llevó a cabo un seminario de formación específico bajo el título «Arte contemporáneo, audiencias, mediación y participación».[12] Existen colectivos independientes, asociaciones, instituciones y agentes como: Transductores[13], Poliédrica[14], Pedagogías invisibles[15], Museo situado[16], K2M, La Panera[17], AMECUM[18], Tabakalera. Referencias
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