Manuel Lasala y Ximénez de Bailo
Manuel Lasala y Ximénez de Bailo (Zaragoza, 25 de diciembre de 1803 - 19 de noviembre de 1874), jurisconsulto, escritor, periodista e historiador español. BiografíaEstudió en el colegio de los Escolapios latín, humanidades, filosofía, derecho civil y canónico, recibiendo en el indicado centro el bachillerato en la última de dichas facultades el 11 de junio de 1826, y la licenciatura y doctorado en 19 de julio de 1829.[1][2] Durante el Trienio Liberal se alistó en la Milicia Nacional siendo aún un estudiante, en 1820, y tomó parte en la destrucción de una fuerza de realistas en la población de Lerín, y el 5 de enero de 1823 se batió en las inmediaciones de Zaragoza[2] contra la guerrilla absolutista de El Royo y Bessières.[1] El 1 de abril de 1823 sentó plaza como soldado en el regimiento de caballería de España y participó en varias acciones hasta la capitulación de Ballesteros[1] ante los Cien Mil Hijos de San Luis. Fue nombrado benemérito de la patria por virtud del decreto sancionado por las Cortes en 1837. Perteneció a la Milicia nacional durante el Trienio Liberal y también en 1834, 1843 y 1854, concediéndosele la cruz de la defensa de Zaragoza contra las tropas carlistas del General Cabañero en 1838.[2] Ingresó en el Colegio de Abogados de Zaragoza en 1833. Se le dio empleo de subteniente del ejército.[3] En 1834 cumplió con las funciones de promotor fiscal de los dos juzgados de la metrópoli aragonesa; un año después desempeñó las de agente fiscal de la audiencia de la misma capital; y en 1836 fue nombrado vocal de la Junta Superior de Gobierno de Aragón y secretario de la Diputación Provincial de Zaragoza.[4] El 3 de marzo de 1841, se le agració con los honores de auditor de guerra y ministro suplente del Tribunal Superior de Zaragoza y en 1842 había sido confirmado en el cargo de ministro de audiencia con las distinciones y preeminencias concedidas a esta clase.[4] Secretario otra vez de la Diputación provincial de Zaragoza en 1843 y de nuevo en 1854,[5] año en que también fue vocal de la Junta de Archivos (30 de mayo). Por Real Decreto de 9 de septiembre de 1854 se le elevó al empleo de magistrado de Valencia, y en 9 de mayo de 1856 al de auxiliar de Madrid, puestos a los que renunció.[4] Elegido en 9 de octubre de 1841 diputado a Cortes Generales suplente por la provincia de Zaragoza, tomó parte como representante del país en las Cortes Constituyentes de 1854, figurando en las comisiones de actas, Constitución, Cargas de Justicia y Organización Municipal y Provincial.[4] En la revolución de 1854[6] conocida como La Vicalvarada, fue vocal de la Junta de Gobierno de Aragón[7] (junto con otros afamados progresistas como Juan Bruil, José Marraco y Borao entre otros).[8][9] Suscriptor del Gabinete de Lectura Pública, junto con Braulio Foz, José María Huici y otros muchos, mantuvo varias polémicas en distintos periódicos españoles sobre temas de historia de Aragón y fue especialmente beligerante cuando aparecieron en las columnas de La España artículos combatiendo el proyecto de levantar en Zaragoza una estatua a la memoria de Juan V de Lanuza, proyecto que defendió Lasala con gran fuerza resaltando la importancia del Justiciazgo aragonés.[9] Entre 1871 y 1873 fue senador por Zaragoza.[9] Fue también consejero de Estado. Perteneció como socio a la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País; como académico profesor a la Jurídico-Práctica, ambas de Zaragoza, y como socio correspondiente a la de Historia. Llegó a ser magistrado del Tribunal Supremo y falleció en Zaragoza el 19 de noviembre de 1874.[4] Hoy se considera a Manuel Lasala el máximo representante del aragonesismo de su época[5] y uno de los precursores del aragonesismo político del siglo XX.[9] Junto con Víctor Pruneda, Luis Franco y López y Jerónimo Borao y Clemente, entre otros, pertenece a la generación de liberales aragoneses que alzó la bandera «esparterista» y se sitúa en el campo demócrata y republicano.[10] ObrasDiferentes autores le atribuyen las siguientes obras:[11]
Artículos críticos en revistas de la época:
También escribió otros en defensa de las corridas de toros.[12] Referencias
Bibliografía
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