La razón de la sinrazón (novela)La razón de la sinrazón es una novela tardía del escritor español Benito Pérez Galdós publicada en 1915.[1] Subtitulada Fábula teatral absolutamente inverosímil —y escrita 'al dictado', pues el escritor estaba ya ciego—, cierra el ciclo de obras del llamado "periodo mitológico", junto con El caballero encantado (1909).[2]
Argumento, escenario y personajesLa novela transcurre en "Ursaria",[nota 1] ciudad imaginaria y onírica en "Farsalia Nova", poblado por demonios ("Arimán, Nadir y Zafronio") y brujas ("Celeste y Rebeca") empeñados en restablecer el caos con el triunfo de la sinrazón y la mentira. La heroína de la trama será "Atenaida", maestra de escuela del lugar (síntesis galdosiana de serenidad, progreso y justicia) junto con Cintia-Pascuala, y el malvado contrincante "Dióscoro", político hipócrita, astuto zorro viejo y padre de tres hijas (Protasia, Calixta y Teófila); el personaje a redimir esta vez será Alejandro, marqués de Rodas, frustrado terrateniente y político. El escenario fantástico se ensancha con personajes casi "valleinclanescos", un santero ("El Santo Pajón"), un buñolero ("Malacarado") y el cura del pueblo (Don Hilario) y su ama (Dominga). Completan el coro urbano campesinos, arrieros, criados, gitanas y la benemérita guardia civil. El cenit argumental puede colocarse en el incendio del Palacio de Don Dióscoro, cataclismo con cierto simbolismo faustico, y el mágico nadir en la transformación de los magnates de Ursaria, los Señores de Cucúrbitas y Cylandros en vegetales (que consecuentemente vegetan). Pero tras lo inverosímil resulta fácil identificar el entorno político, económico y social de la España de los primeros años del siglo XX; y en el discurso literario sobresalen de nuevo la profunda religiosidad de Galdós y su despiadado —y quizá históricamente justificado— anticlericalismo.[3] Dicho con palabras de Ramón Pérez de Ayala: "la clave o cifra con que la obra completa galdosiana se hace fácilmente comparable y adquiere un sentido trasparente, llano, próvido, tierno, evangélico".[4] TelónJoaquín Casalduero, en su estudio —ya clásico— de la producción de Galdós, lo define prisionero en sus últimos años, no solo de su mundo sino de su obra misma. Y explica cómo el veterano y baqueteado autor lucha por liberarse recreando "un triple sueño": el sueño de los social (Celia en los infiernos, La razón de la sinrazón, El tacaño Salomón), el sueño del individuo (Alceste); y el sueño del tiempo (Sor Simona, Doña Juana de Castilla).[5] En su último experimento narrativo, Galdós (anciano, ciego, arterioesclerótico y con la constante amenaza de un ataque de uremia fatal) insistió en proclamar su tesis última: "la lucha de la Verdad contra la Mentira y el triunfo definitivo de la primera".[6] El escenario para la razón de la sinrazón fue onírico, desfigurado y fantástico, como un Olimpo personal y esperpéntico. Notas
Referencias
Bibliografía
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