Joseph PeruschitzJoseph Peruschitz, en la vida civil Benedikt Peruschitz (Straßlach, 21 de marzo de 1871-Atlántico Norte, 15 de abril de 1912),[1] fue un monje benedictino alemán y una de las víctimas entre el pasaje de segunda clase del hundimiento del Titanic, conocido por su comportamiento ejemplar durante el naufragio a través de testimonios de supervivientes. VidaPeruschitz vivió en Dorfen desde 1872, donde su padre Mathias Peruschitz abrió un comercio de materiales de construcción.[2] Su madre era Elisabeth Peruschitz, de soltera Neudecker. Benedikt asistió a la escuela primaria desde 1877 hasta 1882, antes de convertirse en estudiante en el Royal Freising College of Studies (ahora Dom-Gymnasium Freising) desde 1886. Allí se graduó de la escuela secundaria en agosto de 1890. Luego inició sus estudios de Filosofía y más tarde de Teología en el Royal Lyceum. En el sexto semestre ingresó en el noviciado de la abadía de Scheyern. El día 28 de abril de 1895 fue ordenado sacerdote en Scheyern por el arzobispo Antonius von Thoma, incluso antes de sus votos religiosos. A partir de entonces se llamó Padre Joseph OSB y se dedicó a la docencia en las materias de matemáticas, música y deporte en Scheyern. Pasó la Semana Santa de 1912 en la abadía benedictina de San Agustín en Ramsgate, Kent. De allí se embarcó para trasladarse a Minesota, donde iba a asumir el cargo de director de un instituto benedictino. En el TitanicReservó un pasaje de segunda clase de Southampton a Nueva York en el Titanic por 13 libras (el equivalente a unos 650 euros actuales).[3] Según declaraciones de algunos supervivientes del desastre, ofició regularmente la misa a bordo en alemán y húngaro para la tercera clase y más tarde también para la segunda, junto con su hermano de habla inglesa, el padre Thomas Byles. Cuando en la noche del día 14 de abril se hizo evidente que el barco se hundiría, el monje oró con los pasajeros católicos, los escuchó en confesión y confortó a los desesperados. Cuando ofrecieron a los sacerdotes asientos en un bote salvavidas por respeto a sus hábitos, ambos se negaron a subir.
Peruschitz no sobrevivió al desastre y no pudo ser identificado entre las víctimas recuperadas. ConmemoraciónEl 14 de mayo de 1912, 17 años después de la ordenación de Peruschitz,[2] la abadía de Scheyern recibió la noticia de su muerte. Hoy lo conmemora en Scheyern una placa de caliza de Solnhofen en el ala este del claustro:
En 2012, cien años después de la catástrofe, la parroquia natal de Perutschitz, Mariä Himmelfahrt en Dorfen y la abadía de Scheyern, organizaron algunas ceremonias conmemorativas y exposiciones bajo el título «El ángel de la consolación del Titanic».[4] Referencias
Bibliografía
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