José Manuel Somera y Landeros
José Manuel Gómez de la Somera y Landeros (León, Guanajuato, 24 de diciembre de 1789-León, 18 de agosto de 1846[1]), también conocido como Manuel Somera, fue un sacerdote católico mexicano reconocido por su labor educativa y como uno de los fundadores del Oratorio del Templo de San Felipe Neri y su congregación en la ciudad de León.[2] Nacimiento y primeros añosEra hijo de José Cristóbal Gómez de la Somera y Correa (1752 - 1833), nacido en la ciudad de Ayamonte, en España y de María Josefa Landeros e Ibarra ( - 1839), natural de Silao.[1] Al igual que dos de sus hermanos, José Cristóbal emigró a Nueva España, estableciéndose como hacendado en León.[3][4] José Manuel Somera nació en León (México) el 24 de diciembre de 1789, siendo el mayor de trece hermanos, de los que menos de la mitad sobrevivieron a la infancia.[1] Estudió Gramática latina en el Colegio de San Miguel el Grande, trasladándose después a Ciudad de México para estudiar Filosofía en el Antiguo Colegio de San Ildefonso. En 1811 interrumpió sus estudios debido a la Guerra de Independencia, siendo alistado en las compañías de voluntarios. Acabado el servicio militar, regresó a Ciudad de México en 1813 para retomar sus estudios de teología, que finalizó en 1816. Fue ordenado sacerdote ese mismo año.[2] Sacerdocio y labor docenteEn 1817 abrió en su casa familiar de León una escuela de Gramática y posteriormente de Filosofía y Latinidad, auxiliado por los padres Ignacio Aguado y José Rafael Fuentes. Desde entonces y hasta el final de sus días se encargó de la instrucción de la juventud, estableciendo cátedras para preparar alumnos en cursos superiores[5] e incluso ayudándoles económicamente.[6] Empleó la herencia que recibió de sus padres en la fundación de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri y así fue como logró erigir el templo del oratorio entre 1836 y 1838.[7] La congregación del Oratorio fue fundada los días 5 y 6 de agosto de 1838 por los presbíteros don José Manuel Somera, don Manuel Quijano, don Vicente Arriaga, don Francisco Hernández y don José M. Prado. En ella participaron sacerdotes del Oratorio de Guanajuato y Juan Cayetano de Portugal y Solís, obispo de Michoacán. Dicha fundación fue confirmada por los papas Gregorio XVI en un breve dado en Santa María la Mayor el 6 de julio de 1841 y Pio IX en su breve dado en San Pedro de Roma el día 3 de diciembre de 1852. Los padres Somera y Quijano dotaron de su peculio la iglesia, casa, culto divino y manutención de los padres, hasta que la Ley de 25 de junio de 1856 (Ley Lerdo) privó la Congregación de los bienes y recursos con que hasta el momento había contado.[8] Su último año de docencia tuvo que ejercerlo en su propio aposento, puesto que la enfermedad herpética que padecía apenas le permitía moverse. No obstante fue capaz de atender a sus discípulos desde la cama hasta el día 7 de agosto de 1846. A su lecho de muerte fue llevada la imagen de la Madre Santísima de la Luz. Murió el 18 de agosto de 1846, a las 12 del día, siendo sepultado el mismo día en el Oratorio de San Felipe Neri.[9] Referencias
Bibliografía
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