Un hogar monoparental es una familia conviviente constituida por un solo adulto y al menos un menor. A diferencia de la familia monoparental, en el hogar monoparental, los menores sí cuentan legalmente con un segundo progenitor y con la respectiva familia extensa (abuelos, tíos, primos, etc.) aunque no convivan habitualmente. Esos menores tal vez fueron concebidos fuera del marco del matrimonio o no, los progrenitores pudieron haberse divorciado o bien haber roto con el pacto de unión civil, uno de los progenitores pudo haber fallecido o estar ingresado en prisión, etc. Los casos pueden ser variados y en todos ellos suele hablarse de familia en situación de monoparentalidad aunque estrictamente ambos conceptos no son sinónimos.[1]
Los hogares monoparentales son, en su mayoría, dirigidos por mujeres.[2][3][4][5][6]
Los menores con dos progenitores a su cargo en uno o varios aspectos, crecen con más ventajas económicas y de conciliación, que los que crecen en familias estrictamente monoparentales, y existen estudios que consideran que ello influye en otras áreas de la vida, desde los logros académicos hasta los hábitos sociales.[7] Otros estudios reflejan que los hogares monoparentales no tienen ningún impacto negativo en el desarrollo social y educativo de los menores, o incluso pueden tener efectos positivos.[8]