Hematoma epidural
Un hematoma epidural es una acumulación de sangre que ocurre entre la duramadre (que es la capa que rodea al sistema nervioso central por fuera y al cráneo por dentro) y la superficie interna del cráneo.[1] Debido a que la duramadre también recubre a la médula espinal, un sangrado epidural puede también presentarse en la columna. En la mayoría de los casos se deben a traumas físicos y produce un aumento en la presión intracraneal e incluso puede verse reflejado en desviación de la línea media de las estructuras cerebrales, y puede llegar a ser mortal, por lo tanto, un hematoma epidural es una emergencia médica.[2] En la imagen por tomografía suele observarse una imagen biconvexa, a diferencia del hematoma subdural que muestra una imagen cóncava en su cara interna. EtiologíaAproximadamente entre 15 y 20% de los pacientes con hematomas epidurales mueren como consecuencia del trauma.[3] En la mayoría de los casos, la hemorragia proviene de una ruptura de la arteria meníngea media que discurre por fuera de la duramadre. Tiende a tener una elevada asociación con fracturas del hueso temporal. Cuando la sangre se acumula con rapidez se produce compresión cerebral y herniación transtentorial. En otros casos la sangre se acumula en cuestión de horas produciendo somnolencia, coma y muerte.[4] Véase tambiénReferencias
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