Los gránulos de Birbeck son orgánulos del citoplasma en forma de barra o de "raqueta de tenis" con una densidad lineal central y aspecto estriado.[1] Son un hallazgo microscópico característico en la histiocitosis de células de Langerhans (histiocitosis X). Su formación es inducida por la langerina.[2]
Su funcionamiento es debatido, pero una teoría es que migran a la periferia de las células de Langerhans y liberan sus contenidos en la matriz extracelular. Otra teoría es que el gránulo de Birbeck funciona en la endocitosis mediada por receptores, de manera similar a las vesículas revestidas con clatrina.
Los gránulos de Birbeck fueron descubiertos por Michael Stanley Clive Birbeck (1925-2005), un científico y microscopista electrónico británico que trabajó en el Chester Beatty Cancer Research Institute de Londres entre 1950 y 1981.[3]
Función
Las células de Langerhans capturan a los patógenos reconociendo sus oligosacáridos superficiales que contienen manosa, mediante la lectina de tipo C langerina. Los patógenos internalizados a través de la langerina están encerrados en un orgánulo, que tiene una lámina central estriada entre membranas estrechamente yuxtapuestas.[4]
Una vez capturados los patógenos, las células de Langerhans experimentan una maduración y migran a los ganglios linfáticos periféricos, donde presentan antígenos procesados a las células T.
La langerina es una proteína transmembrana de tipo II que se compone de una cola citoplasmática, una región de cuello en espiral y un dominio de reconocimiento de carbohidratos (CRD).