Gerardo Lugo Gómez
Gerardo Lugo Gómez (Ciudad de México, 13 de marzo de 1955) es un exfutbolista mexicano. Jugaba como centrocampista y se destacó por su velocidad y dinamismo en el terreno de juego. Con la selección mexicana disputó la Copa Mundial de Argentina en 1978. Su gran lectura de juego, sus dotes de líder y su particular cabellera le valieron el apodo del Gran Jefe Pelo Amarillo por el mítico cronista Ángel Fernández Rugama, dado que el jugador se tiñó el cabello de rubio para que su padre —que padecía debilidad visual— lo pudiera distiguir en los partidos. Surgido en Atlante, sufrió el descenso del club en 1976 y fue parte del ascenso tan solo un año después. Regresando de la Copa Mundial, llegó a Cruz Azul, convertido en un pilar del equipo que logró los títulos consecutivos en 1979 y 1980. Tras un par de años con León, regresó con Atlante en 1986. Incursionó en el fútbol europeo con el Sabadell de España, sin embargo, sufrió una lesión de ligamento cruzado ante un club alemán, que lo llevó al retiro en 1987.[1] Es recordada su actuación ante el F. C. Barcelona en un partido disputado en el estadio Azteca en 1981, en la cual anotó un gol y brilló en el mediocampo del club celeste, siendo al final nombrado el mejor jugador del torneo amistoso. TrayectoriaDebuta con 20 años en septiembre de 1975, marcando su primer gol en el triunfo 3-2 frente al Atlas de Guadalajara. Pese a su gran desempeño, el club azulgrana no lograba sumar puntos, y tras caer en la serie por el no descenso 2-1 ante Potosino se despedían de máximo circuito.[2] Regresaron tan solo un año después, tras vencer a Querétaro con 6-3 global en la serie final por el campeonato de ascenso.[3] En 1978 llega a Cruz Azul, con el cual debutó el 9 de septiembre, en un empate 2-2 ante León.[4] Llegaban a la última instancia frente a los Pumas de la UNAM, que terminó con triunfo celeste dos a cero en el marcador global, siendo el sexto campeonato en la historia del club.[5] En 1980 Lugo alcanzó su mejor versión anotando 8 goles en la campaña (su torneo con más anotaciones) y, subsecuentemente, alcanzaron la final del campeonato, en esta ocasión, ante los Tigres de la UANL. En San Nicolás, los locales tuvieron buenas oportunidades, pero no atinaron a concretar, siendo el único gol del partido por parte de Rodolfo Montoya con un tiro libre. En la vuelta, tras un espectacular empate a tres, Cruz Azul conseguía su séptimo título de liga, segundo para Lugo en dos temporadas.[6] Estuvieron cerca nuevamente del campeonato en 1981, pero los Pumas de la UNAM tomaron revancha de la final de dos años atrás, y se quedaron con el título con cuatro a dos en el marcador global. Con el cambio generacional, no volverían a contender por el título sino hasta 1984, cuando llegaron hasta las semifinales, en lo que fue la última campaña de Lugo con el club celeste, quien se marchó luego de seis años, 222 partidos y 24 goles, siendo recordado como un referente histórico de la institución. Con el pase en sus manos, fichó con León a mediados de 1984, donde permanecería por dos temporadas. En 1986, año mundialista en el país, retorna con Atlante durante una campaña, en la que anotaría su último gol como profesional el 3 de enero de 1987 en el triufo 2-0 ante Atlético Potosino.[7] Se retiró a finales de ese año tras sufrir una lesión de ligamentos con el Sabadell español. Estilo de juegoLugo fue un jugador excepcional en su sentido de apoyo al resto del equipo. Contaba con una serie de características, como su sentido de localización en el campo, su creatividad para coordinar jugadas en equipo, su agilidad mental, su precisión excepcional en los pases, su eficiencia en el manejo de las energías, su gambeta y desequilibrio individual, y en general, su inteligencia para diversificar los avances en ofensiva, que lo llevaron a ser una pieza clave en el funcionamiento de sus equipos. En lo deportivo, los que tuvieron la suerte de verlo jugar, describen a Gerardo como “un talentoso al tocar la pelota, un hombre futbolísticamente solvente que contaba con el privilegio del toque y la inteligencia”. Sus eficientes pases al hombre correcto y en el espacio preciso lo convirtieron en un medio volante de mucha proyección, gran conductor del balón, con gran agilidad mental y espíritu organizador, cualidades asociadas al denominado creador de juego.[8] Pese a su estatura promedio, sabía jugar de espalda, girar, retener y conducir el balón en tres cuartos de cancha y manejar los tiempos y ritmos del partido. De igual forma, su animosidad para vivir y jugar lo convirtieron en un gran compañero de vestuario y un líder en momentos de tensión. Una de sus actuaciones más recordadas la tuvo en enero de 1979. Siendo ya jugador de Cruz Azul, jugó cedido con Atlante para un amistoso ante Nancy de Michel Platini, quien venía saliendo de una lesión. En una de sus primeras intervenciones, el talento sacó un centro al corazón del área francesa, que Carlos Eloir Perucci —también a préstamo con el club azulgrana— no pudo rematar, pero prolongó el balón para el contacto de Spencer y de zurda hizo el 1-0 a los 8 minutos. Más tarde, nuevamente Lugo avanzó por la banda derecha y cerca del área se apoyó en Luizinho, este hace una pared con Spencer y casi cayéndose —por un empujón francés— remata de zurda y gol de Luiz Alberto Da Costa, que ponía el 3-1 en la pizarra. A los diez minutos del segundo tiempo cayó el cuarto gol. Lugo hizo una jugada personal por la banda izquierda “dejó atrás a medio cuadro francés”, llegó hasta el final con el balón dominando; centró de forma exacta al movimiento que Perucci le hizo a primer poste, y de cabeza lo mandó al fondo del arco galo. Los atlantistas aplaudieron largamente la jugada del cerebro a quien, por lo visto, no olvidaban. Terminó el juego con una contundente victoria de 4-1 de Atlante sobre el Nancy de Francia. Como es sabido, a su regreso a México de la copa mundial, el Cruz Azul adquirió su carta; cuando en octubre de 1978 el IMSS compró al Atlante, este hizo todo lo posible para hacer volver a Lugo al club que lo debutó como profesional, pero fue imposible.[9] Selección nacionalDebuta con la selección de México el 15 de febrero de 1978, en el triunfo 5-1 frente al combinado de El Salvador, entrando de cambio por Enrique López Zarza y anotando el quinto de la goleada al minuto 89. En su segundo partido, el 4 de abril del mismo año, volvería a marcar sobre los minutos finales ante Bulgaria, cerrando el partido con 3-0 en el marcador.[10] José Antonio Roca lo incluyó en la lista definitiva para disputar la Copa Mundial de Argentina.[11] Entró de cambio por Guillermo Mendizábal en el primer partido de la fase de grupos ante Túnez en Córdoba, y por López Zarza en el juego contra Alemania en Rosario. Pese a mostrar un gran desempeño en los minutos que tuvo en el campo de juego, no consiguió ganarse la confianza del entrenador Roca, quien lo relegó del tercer partido de la fase de grupos, cuando la selección ya no se disputaba nada en el campeonato.[12][13] Disputó su último encuentro el 18 de diciembre de 1979, en el empate 1-1 ante El Salvador.[10] Participaciones en la Copa Mundial
EstadísticasClubes(*) No se tienen registros exactos de su rendimiento en la segunda división, ni de los torneos Prode 1985 y México 1986.[14]
SelecciónActualizado a fin de carrera deportiva.
PalmarésTítulos nacionales
Distinciones individuales
Vida personalEstá en pareja desde 1987 con la modelo española Lourdes de los Reyes Aranda Ravelo, tienen dos hijos, Mauro y Édgar Gerardo, también futbolista.[15][16] Inauguró una escuela de fútbol a inicios del milenio, donde ha entrenado a niños que han alcanzado a jugar en segunda división.[17] En octubre de 2010, él y su esposa fueron asaltados a punta de pistola, con el fin de robarles una camioneta de su pertenencia. Pese a levantar la respectiva denuncia, nunca recuperaron el vehículo ni dieron con los responsables.[18] Referencias
Enlaces externos
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