Francisco Cerdán
Francisco Cerdán (Villena, siglo XVIII) fue médico, socio honorario de la Real Academia Médica Matritense y examinador del Real Tribunal del Protomedicato.[1] VidaNacido en Villena (Alicante) a principios del siglo XVIII, estudió la carrera de medicina en la Universidad de Valencia (Estudio General) entre 1731 y 1735.[2] Ya licenciado, encontró su primera plaza de médico en Montealegre del Castillo (Albacete), trasladándose luego a Hellín y, tiempo después, de vuelta a Montealegre del Castillo.[2] Más adelante, se trasladó a Tobarra (también en la provincia de Albacete) y, finalmente, se estableció en Villena.[2] Durante ese tiempo, alcanzó el puesto de examinador subdelegado del Real Tribunal del Protomedicato, institución de la Corona de Castilla encargada del oficio de la medicina y defensora de dicho oficio ante el intrusismo.[2] Cerdán fue miembro asimismo a la Real Academia Médica Matritense y la Sociedad Médica de nuestra Señora de la Esperanza, llegando a formar parte incluso de la Academia Médica de Oporto.[2] Conservó su puesto en Villena desde 1765 hasta 1764; ese año, a causa de algunas disputas con otros profesionales en las que se vio privado del apoyo del Ayuntamiento, acabó por trasladarse como médico titular a El Bonillo (Albacete).[2] Nada más se sabe de su vida a partir de dicho momento.[2] ObraLa obra científica de Francisco Cerdán se encuadra en el contexto del naturalismo hipocrático, tendencia que en ese momento iba sustituyendo las teorías del galenismo escolástico.[2] Los temas tratados en sus libros abarcan desde las enfermedades mentales hasta las fiebres mesentéricas, pasando por la hidroterapia o la calentura héctica.[2] Respecto a esta última, frecuentemente relacionada con la tuberculosis, Cerdán estuvo entre los primeros que establecieron su naturaleza contagiosa. Además, en diversas de sus obras médicas dedicó espacio también a cuestiones históricas de Villena.[2] Sus principales obras publicadas son:
Referencias
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