El domingo 3 de marzo de 1996 se celebraron elecciones generales en España. El presidente del Gobierno, Felipe González, se vio obligado políticamente a convocar elecciones cuando aún no habían pasado tres años de las anteriores, después de que la coalición Convergencia y Unión contribuyese, con su voto, a que el Parlamento enmendase a la totalidad el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado 1996. De hecho, las elecciones estaban originalmente previstas para el domingo 6 de julio de 1997, adelantándose más de un año.
La de 1996 fue la elección más reñida del período democrático de España. El PSOE, en el Gobierno desde hacía casi 14 años, perdió las elecciones en favor del Partido Popular, siendo su líder en aquel momento José María Aznar. Por su parte, la Izquierda Unida de Julio Anguita aumentó su número de escaños hasta conseguir su máximo histórico, 21 escaños. El Partido Popular se convirtió en el partido vencedor con 156 escaños, y con una diferencia de solo un 1,16% de votos y 15 escaños sobre el PSOE, que se despedía del poder después de 14 años seguidos de gobierno. El triunfo por la mínima de los populares requirió dos meses de negociaciones hasta que en mayo, Aznar logra ser investido presidente con el apoyo de los nacionalistas de CIU (16, Pacto del Majestic), PNV (5) y Coalición Canaria (4).
El mismo día tuvieron lugar elecciones parlamentarias en Andalucía. Al igual que las generales, fueron anticipadas debido a la imposibilidad de aprobar los presupuestos, ya que el PSOE no contaba con mayoría en el Parlamento andaluz y no obtuvo el apoyo de ninguno de los otros grupos con representación en la cámara.[2]
Campaña electoral
Felipe González convocó elecciones después de no poder aprobar los presupuestos para 1996, luego de que Convergencia i Unió rompiera el pacto de legislatura que había acordado con los socialistas tras las anteriores elecciones. El PSOE presentó en su campaña electoral una "España en positivo", que había cambiado radicalmente desde 1982, y en la que, pese a la crisis económica, los españoles vivían a gusto. El PSOE protagonizó la polémica de la campaña con un vídeo en el que presentaba a la oposición del PP como una fuerza oscura, amenazante y contraria al progreso, personificándola en figuras aterradoras, como un dóberman que ladra al espectador.[3]
El mensaje del PP era simple: España necesitaba un cambio. Después de cuatro legislaturas, Felipe González había formado una España a su medida, y aquella España estaba azotada por el paro y la corrupción. Aznar se postuló para iniciar una nueva etapa presentando un mensaje acogedor, ensalzando a las clases medias y los emprendedores. En estas elecciones el PP concluyó su viaje al centro para mostrarse como un partido moderado y moderno, mostrándose definitivamente alejado, en su imagen y sus planteamientos, del origen franquista de su predecesor, Alianza Popular.[4][5]
El mensaje de Izquierda Unida, con Julio Anguita en máximos históricos de popularidad, fue simple: "Decide". En esta ocasión, para la fuerza de izquierdas había llegado el momento de condicionar la mayoría y entrar en el Gobierno. Los nacionalistas, pese a haber roto el pacto con González, continuaban ofreciéndose para formar parte de la gobernabilidad en el Congreso.
El sábado 4 de mayo de 1996, el candidato del Partido Popular José María Aznar fue investido Presidente del Gobierno por mayoría absoluta en la primera votación.[6] Convergencia i Unió, el Partido Nacionalista Vasco y Coalición Canaria apoyaron a Aznar después de dos meses de negociaciones con el Partido Popular, al que exigieron, entre otros compromisos, la eliminación del servicio militar obligatorio para dar su voto positivo en la investidura.[7]
El pacto con CiU se conoció como el Pacto del Majestic, e incluía el desarrollo de la financiación autonómica ya iniciada en la etapa socialista y el traspaso de competencias).[8] Este pacto tenía también su contrapartida regional puesto que tras las elecciones de 1999 CiU no tenía mayoría absoluta en el Parlament, y supuso el apoyo del PP de Cataluña. Este pacto tuvo consecuencias drásticas para la línea política del Partido Popular de Cataluña (PPC) y su líder, Alejo Vidal-Quadras, quien fue apartado de la presidencia del PPC, presentando su dimisión como Presidente de este,[9] cumpliéndose los deseos de Jordi Pujol de apartarlo de la vida política catalana.
↑El presidente del Gobierno es elegido por el Congreso de los Diputados, de acuerdo a lo establecido en la Constitución:
Artículo 99.
Después de cada renovación del Congreso de los Diputados, y en los demás supuestos constitucionales en que así proceda, el Rey, previa consulta con los representantes designados por los Grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del Presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno.
El candidato propuesto conforme a lo previsto en el apartado anterior expondrá ante el Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretenda formar y solicitará la confianza de la Cámara.
Si el Congreso de los Diputados, por el voto de la mayoría absoluta de sus miembros, otorgare su confianza a dicho candidato, el Rey le nombrará Presidente. De no alcanzarse dicha mayoría, se someterá la misma propuesta a nueva votación cuarenta y ocho horas después de la anterior, y la confianza se entenderá otorgada si obtuviere la mayoría simple.
Si efectuadas las citadas votaciones no se otorgase la confianza para la investidura, se tramitarán sucesivas propuestas en la forma prevista en los apartados anteriores.
Si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del Presidente del Congreso.
Artículo 100.
Los demás miembros del Gobierno serán nombrados y separados por el Rey, a propuesta de su Presidente.