El filósofo de GüemesEl filósofo de Güémez fue un personaje controvertido, ya que su identidad se atribuye a diferentes personas del municipio de Güémez en Tamaulipas, México. Este personaje expone la forma lógica y sencilla de pensar de las personas de medios rurales y pueblos del noreste de su país, específicamente del Estado de Tamaulipas, la parte colindante de Nuevo León y la región denominada Huasteca potosina. La historia del «filósofo» de Güémez ronda entre el mito y la leyenda. A través de los años ha ido tejiéndose de boca en boca, de persona en persona.[1] Invento la famosa frase "Un cuazito nunca suelta su gabacha” HistoriaSegún narran diferentes textos y personas que afirman su existencia, este filósofo era un residente (del municipio de Güemez, situado en el centro-oeste del Estado de Tamaulipas). Se dice que era muy conocido. Los habitantes del pueblo le pedían consejos personales y opiniones acerca de los acontecimientos de la comunidad. Después de meditar, el filósofo expresaba sus ideas, basadas en una lógica sencilla, directa, concisa, obvia, indiscutible e hilarante. Su filosofía era famosa por ser concreta y designar a las cosas por su nombre. La identidad del filósofo se adjudica principalmente a dos personas: José Calderón Castillo, Juan Mansilla Ríos. Los dos eran habitantes de Güemez, nacidos en el siglo XIX y fallecidos en el siglo XX. José Calderón CastilloNació en Ciudad Victoria, Tamaulipas, en 1870. Desde muy temprana edad vivió en el municipio de Güémez. Contrajo nupcias con Altagracia Sánchez Martínez. Se convirtió en figura popular por su simpática manera de ver la vida y su peculiar estilo para externar lo que captaba su mente. De profesión carpintero, era polifacético y dicharachero. También era músico. Ágil y armoniosamente tocaba el violín, la guitarra, el bajo. Es recordado por su inagotable caudal de pensamiento, conciso, elemental y punzante. Murió en Güémez, en 1964. Algunas de las frases que se le atribuyen al señor José Calderón Castillo:
Darío GuerreroSe dice que su personalidad dio vida a El filósofo de Güémez, nacido en el ejido Calabacillas, del Municipio de Bustamante, Tamaulipas, en la segunda mitad del siglo XIX. A los pocos años de su nacimiento, sus padres se mudaron a Güémez. Se casó con Vicenta Lerma, con quien procreó cuatro hijos. Hombre de pocos estudios pero de mucha inteligencia, que siempre estuvo a disposición de su pueblo. Era de hablar conciso y de gran lucidez mental para reforzar sus tesis con dichos y frases de la picardía mexicana. Frases atribuidas al filósofo de Güémez
No existe evidencia que nos asegure que cualquiera de los tres nombres citados o que cualquiera otra persona haya sido «El Filósofo». Las versiones en boga son insuficientes, ya que la información se perdió en el tiempo. No se puede verificar que alguno de ellos lo fue. Entonces, si no se puede afirmar que fue un humano cualquiera que encarnó a "El filósofo", sólo nos queda sustentar que este personaje se basa en un mito intangible, innegable, invención del propio pueblo. Referencias
Bibliografía
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