Ejecución de Luis XVILa ejecución de Luis XVI, que tuvo lugar el lunes 21 de enero de 1793, fue uno de los acontecimientos más importantes de la Revolución francesa. Dicha ejecución fue realizada en la plaza de la Revolución (actual plaza de la Concordia), anteriormente conocida como plaza de Luis XV. La Convención Nacional había sentenciado a muerte al rey el 17 de enero en una votación realizada a viva voz por sugerencia de Jean-Paul Marat, y en la que la pena de muerte sin condiciones se impuso por 361 votos contra 290 votos por la prisión perpetua o destierro. Trayecto hasta la plaza de la RevoluciónLuis XVI se despertó a las 5:00 horas y se vistió con la ayuda de su valet Jean-Baptiste Cléry. Posteriormente se reunió con el cura irlandés no juramentado Henry Essex Edgeworth de Firmont para confesarse. El rey oyó su última misa, celebrada mediante una dirección especial de las autoridades y oficiada por Cléry, y recibió la comunión. Siguiendo el consejo de Edgeworth, Luis XVI evitó un último encuentro con su familia. A las 7:00 horas confesó sus últimas voluntades a Edgeworth: su anillo con el sello real sería destinado al delfín y su anillo de bodas a la reina. Tras recibir la bendición del cura, Luis XVI se reunió con Antoine Joseph Santerre, comandante de la guardia. A su salida de la prisión del Temple, donde la familia real llevaba recluida desde el mes de agosto de 1792, el rey se sentó en un carruaje de color verde estacionado en uno de los patios del edificio. Edgeworth se sentó a su lado, mientras dos militares ocuparon los asientos opuestos. El carruaje abandonó la prisión alrededor de las 9:00 horas. Durante más de una hora, el carruaje, precedido por el sonido de unos tambores destinados a silenciar cualquier muestra de apoyo al rey y escoltado por una tropa de caballería con sables dibujados, realizó el trayecto hasta la plaza de la Revolución siguiendo una ruta compuesta por alrededor de 80.000 personas entre hombres armados, soldados de la Guardia Nacional y sans culottes. En el vecindario de la actual rue de Cléry, el barón de Batz, aristócrata partidario de la monarquía que había financiado la fuga de Varennes, había reunido a un grupo de 300 realistas con el fin de ayudar al rey a escapar. Según el plan, Luis XVI sería escondido en una casa en la rue de Cléry perteneciente al conde de Marsan. El barón se adelantó y dijo: "¡seguidme, amigos míos, salvemos al rey!", pero sus cómplices habían sido denunciados y sólo unos pocos habían sido capaces de presentarse. Tres de ellos fueron asesinados, si bien de Batz logró escapar. A las 10:00 horas, el carruaje llegó a la plaza y se adentró en la zona en donde había sido erigido el cadalso, el cual se hallaba rodeado por una multitud armada con picos y ballestas EjecuciónTras negarse inicialmente a que sus manos fuesen atadas, Luis XVI cedió ante la propuesta del verdugo de emplear su pañuelo en lugar de una cuerda. Después de que su cabello fuese cortado y el cuello de su camisa retirado, el rey fue subido al cadalso. Una vez allí, Luis XVI intentó pronunciar un discurso ante la multitud, el cual no pudo ser escuchado con claridad debido al sonido de los tambores. El monarca fue entonces tumbado sobre la plancha de madera de la guillotina, siéndole colocado un cepo con forma de media luna sobre el cuello para mantener fija la cabeza, tras lo cual fue inmediatamente ejecutado. Según algunos informes, la cuchilla no cercenó el cuello, sino que cortó a través de la parte posterior del cráneo y la mandíbula. TestimoniosHenry Essex EdgeworthEdgeworth, confesor de Luis XVI, escribió en sus memorias:
Prensa del díaEl ejemplar del 13 de febrero del Thermomètre du jour, un periódico republicano moderado, describió al rey gritando "estoy perdido", citando como fuente de dicha información al verdugo Charles-Henri Sanson. Charles-Henri SansonCharles-Henri Sanson ofreció su propia versión de los hechos en una carta fechada el 20 de febrero de 1793:
Henri SansonEn sus "Causeries", Alejandro Dumas hace referencia a un encuentro alrededor de 1830 con Henri Sanson, primogénito de Charles-Henri Sanson, quien había estado presente en la ejecución:
LeboucherEn una conversación con Victor Hugo en 1840, un hombre llamado Leboucher, quien había llegado a París desde Bourges en diciembre de 1792 y estuvo presente en la ejecución, dijo:
Louis-Sébastien MercierEn Le nouveau Paris, Mercier describe la ejecución de Luis XVI en los siguientes términos:
Jacques de MolayUna popular aunque apócrifa leyenda asociada con la ejecución sostiene que tan pronto como la cuchilla cayó, un masón saltó sobre el cadalso, hundió su mano en la sangre, salpicó con ella a la multitud y gritó: "¡Jacques de Molay, estás vengado!" ("Jacques de Molay, tu es vengé!"). Jacques de Molay (muerto en 1314), último Gran maestre de la Orden del Temple, había maldecido a un ancestro de Luis XVI, Felipe IV de Francia, tras haber sido condenado por este último a ser quemado en la hoguera basándose en confesiones hechas bajo tortura. La historia se difundió rápidamente y la frase sigue empleándose actualmente para referirse al triunfo de la razón y la lógica sobre la superstición religiosa. Sepultura en el cementerio de la MagdalenaEl cuerpo de Luis XVI fue transportado inmediatamente después de la ejecución a la antigua iglesia de la Magdalena (demolida en 1799), debido a que la legislación vigente en aquel entonces prohibió que sus restos fuesen enterrados junto a los de su padre, el delfín Luis de Francia. Dos curas que habían jurado lealtad a la Revolución celebraron un breve servicio religioso en la iglesia. Uno de ellos, Damoureau, declaró:
En 1815 se llevó a cabo la búsqueda de los restos de Luis XVI y su esposa con el fin de exhumarlos y enterrarlos en la basílica de Saint-Denis, donde en 1816 su hermano, el rey Luis XVIII, erigió un monumento funerario obra de Edme Gaulle, si bien, los restos de ambos monarcas, así como los de otras víctimas de la Revolución, no pudieron ser identificados debido al estado de los mismos, por lo que ambas tumbas constituyen cenotafios. ActualidadLa zona en que Luis XVI y, posteriormente, María Antonieta fueron enterrados (el patio de la iglesia de Santa María Magdalena), es actualmente la plaza Luis XVI, una zona verde en la cual se halla la Capilla Expiatoria, completada en 1826 durante el reinado de Carlos X. El altar de la misma se encuentra situado sobre el punto exacto en que fueron inicialmente depositados los restos de ambos monarcas. Bibliografía
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