Eduardo Caba
Eduardo Caba Balsalia (Potosí, Bolivia, 1890-La Paz, Bolivia, 1953) fue un compositor nacionalista, un pianista y un profesor de música boliviano. Pasó la mayor parte de su vida profesional en Buenos Aires y sus últimos diez años en La Paz y vivió unos dos años en Montevideo con su familia BiografíaNació en Potosí el 13 de octubre de 1890. Sus Padres fueron "el Dr. Gregorio Caba, distinguido médico boliviano, y doña Adelina Balsalia, dama italiana de gran cultura dotada de un fino temperamento musical".[1] Al decir de Salas y Pauletto (1938), "su madre fue su primera maestra en música; ella le ayudó a dar los primeros pasos en este difícil arte de los sonidos".[2] Gracias a sus estudios musicales tempranos, ya "había compuesto una serie de obras de salón, marchas, mazurcas y valses" (Parrado, 2014) a sus 14 años. En 1925 viaja a Santiago de Chile y en 1926 se muda a Buenos Aires y termina sus estudios superiores de armonía.[2] Ahí tomó clases con el compositor argentino Felipe Boero. En 1927 obtuvo una beca por ley del Congreso boliviano que le permitió ir a perfeccionarse a Madrid donde fue distinguido alumno de Joaquín Turina y Pérez Casas.[2][3] Pero el gobierno boliviano rehusaba cumplir el compromiso y Caba debió dejar de lado sus estudios.[2] Poco después retornó a Buenos Aires donde se ha "radicado entre los argentinos, sus buenos amigos".[2] Ahí ganó más fama y sus composiciones fueron interpretadas en el Teatro Colón.[4] En 1942 Caba volvió de Buenos Aires a la patria tras ser nombrado director del Conservatorio Nacional de Música de la ciudad de La Paz.[5][4][6][7] Ya al iniciar su carrera, "Caba ha merecido los elogios del erudito musicólogo español Adolfo Salazar", subrayan Salas y Pauletto, que citan los comentarios de Salazar en su notable obra Música y músicos de hoy (1928) y en sus artículos en el diario El Sol de Madrid.[2] Sus composiciones fueron ejecutadas en el salón de La revue musicale en París por el pianista español Ricardo Viñes, uno de los más activos difundores de las obras de Caba, y el musicólogo francés y fundador de la dicha revue Henry Prunières "lo juzgaba uno de los más representativos valores americanos".[2] Ninon Vallin, una soprano francesa que permaneció frecuentemente en Buenos Aires, regresando veinte temporadas en el Teatro Colón, también cantó en obras de Caba. EstiloLos musicólogos Salas y Pauletto consideran a Caba como un "compositor intuitivo de motivos vernáculos de su patria".[2] El aspecto vernáculo es indudablemente el más característico del lenguaje musical de Caba. Pero el carácter intuitivo de la obra de Caba es probablemente el más interesante, y es interesante entender el origen de esta "intuición". Salas y Pauletto, que conocieron personalmente a Eduardo Caba, la explican así:
Según el músico Pablo Mendieta Paz:
Un ejemplo representativo de la música de Caba es su danza Kollavina, interpretada recién por el guitarrista boliviano Marcos Puña, y presentada en el libro de los mencionados musicólogos.[9] Vida privadaEduardo Caba se casó en Buenos Aires, (Argentina) con María del Carmen Huergo y tuvo dos hijos, Gregorio y María Adelia.[7] Principales obras
Bibliografía
Véase tambiénReferencias
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