Destrucción aqueménida de Atenas
La destrucción aqueménida de Atenas fue realizada por el ejército aqueménida de Jerjes I durante la segunda invasión persa de Grecia a la ciudad de Atenas. Destruida por el ejército persa en dos ocasiones, la primera dirigida por Jerjes I en el 480 a. C. y la segunda dirigida por Mardonio en el 479 a. C. Luego de la batalla de Platea los atenienses reconstruyeron primero los muros y; después de la paz de Calias, la Acrópolis. Primera fase: Jerjes I (480 a. C.)En 480 a. C., después de la victoria de Jerjes I en la Batalla de las Termópilas, Beocia se hallaba desprotegida ante el ejército aqueménida. Las dos ciudades que resistieron a Jerjes: Tespias y Platea, fueron capturadas y arrasadas. La región del Ática quedó desprotegida ante la invasión. La población de Atenas fue evacuada, con la ayuda de la flota aliada, a Salamina.[1] Los Aliados del Peloponeso prepararon una línea defensiva a través del Istmo de Corinto, construyendo un muro y demoliendo el camino de Mégara, abandonando Atenas a los persas.[2] Atenas cayó en septiembre de 480 a. C.[3] El pequeño número de atenienses que se habían atrincherado en la Acrópolis fue derrotado, y Jerjes ordenó que se incendiara Atenas.[4] La Acrópolis fue arrasada, y el Antiguo Templo de Atenea y el Hecatompedón (antiguo Partenón) destruido.[5]
"Perserschutt" o "Escombros persas"Se han encontrado numerosos restos de estatuas destrozadas por los aqueménidas, conocidos colectivamente como "Perserschutt" o "Escombros persas":
La Victoria de Calímaco estaba junto al Partenón antiguo en honor de Calímaco y la victoria conseguida en la Batalla de Maratón, fue severamente dañada por los aqueménidas. La estatua representa a Nike (Victoria), en forma de mujer con alas, encima de una columna inscrita. Su altura era de 4,68 metros. Realizada en mármol de Paros. La cabeza de la estatua, partes del torso y las manos no han sido recuperadas. Jerjes se llevó parte de las estatuas, como la estatua de bronce de Harmodio y Aristogitón, "los tiranicidas". Alejandro Magno la recuperaría de Susa, la capital aqueménida, dos siglos después.[7] En septiembre, se libró la batalla de Salamina, donde Jerjes perdió gran parte de su flota ante los griegos. Perdida la superioridad naval persa, Jerjes temía que los griegos navegaran al Helesponto y destruyeran los puentes de pontones.[8] Según Heródoto, Mardonio se ofreció para permanecer en Grecia continental y completar la conquista con un grupo de tropas cuidadosamente seleccionadas, mientras aconsejaba a Jerjes retirarse a Asia con la mayor parte del ejército.[9] Las fuerzas persas abandonaron Ática, con Mardonio pasando el invierno en Beocia y Tesalia.[10] Algunos atenienses regresaron a su ciudad quemada durante el invierno.[10] Tendrían que evacuar nuevamente frente al avance de Mardonio en junio de 479 a. C.[3] Segunda fase: Mardonio (479 a. C.)Las principales tropas aqueménidas bajo Mardonio Mardonio pasó el invierno con el resto de las tropas aqueménidas en Beocia y Tesalia. Seleccionó algunas de las mejores tropas, especialmente los Inmortales, los medos, los sacas, los bactrianos y los hindúes. Heródoto describió la composición de las principales tropas de Mardonio:[13][12]
: " “Mientras este astro ande su carrera, harán los Atenienses la guerra a los Persas, por sus campos asolados y por sus templos profanados y entregados a las llamas.” [15] Mardonio permaneció en Tesalia, sabiendo que atacar al istmo no sería efectivo, mientras que los griegos se negaban a enviar un ejército fuera del Peloponeso.[16] Mardonio intentó romper el estancamiento, ofreciendo paz, autogobierno y expansión territorial a los atenienses (con el objetivo de eliminar su flota de las fuerzas aliadas), utilizando a Alejandro I de Macedonia como intermediario.[17] Los atenienses se aseguraron de que una delegación espartana estuviera disponible para escuchar la oferta. La rechazaron.[17] Atenas fue así evacuada nuevamente, y los persas marcharon hacia el sur y volvieron a tomar posesión de ella.[17] Mardonio destruyó Atenas de forma más profunda, a tal nivel que algunos autores consideraron que la ciudad fue arrasada durante esta segunda fase.[3]
ReconstrucciónLos aqueménidas fueron derrotados decisivamente en la batalla de Platea y los griegos pudieron recuperar Atenas. Tuvieron que reconstruir todo, incluido un nuevo Partenón en la Acrópolis. Estos esfuerzos de reconstrucción fueron dirigidos por Temístocles en el otoño de 479 a. C., que reutilizó los restos del Partenón antiguo y el Antiguo templo de Atenea para reforzar los muros de la Acrópolis, que todavía son visibles hoy en el Muro Norte de la Acrópolis.[19][20] Probablemente su prioridad era reparar los muros y construir las defensas de la ciudad, incluso antes de intentar reconstruir los templos.[21] Temístocles en particular es considerado como el constructor del muro norte de la Acrópolis que incorpora los escombros de los templos destruidos, mientras que Cimon está asociado con la construcción posterior del muro sur.[22] El Muro de Temístocles fue construido después de la guerra con Persia para defenderse contra una nueva invasión. Mucha de la construcción fue realizada por medio de la spolia de los restos de las destrucciones del conflicto anterior. El Partenón fue reconstruido mucho más tarde, después de que transcurrieron más de 30 años, por Pericles, posiblemente debido a la paz de Calias, que permitió argumentar la caducidad del voto de que los Templos destruidos por los aqueménidas no deberían ser reconstruidos[23][24]
Represalias por la destrucciónEn 330 a. C., Alejandro Magno incendió el palacio de Persépolis, la residencia principal de la derrotada dinastía aqueménida, después de una fiesta e instigado por la cortesana Tais. Según Plutarco y Diodoro Sículo, esto pretendía ser una retribución por la quema por parte de Jerjes I del antiguo Templo de Atenea en la Acrópolis de Atenas en 480 a. C. durante las guerras médicas.
Referencias
Fuentes
Enlaces externos
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