Dall'alto dell'Apostolico Seggio
Dall'alto dell'Apostolico Seggio, en latín, "Ab apostolici Solil", y en español, "Desde lo alto de la Sede Apostólica", es la trigésimo quinta encíclica del papa León XIII, datada el 15 de octubre de 1890; en ella se dirige a los obispos, al clero y a todos fieles italianos, expresando su dolor por el ataque a la Iglesia por parte de la masonería.[1] La encíclica se publicó en italiano y en latín, muestra del deseo de que fuese bien conocida por todos los italianos.[2] Contexto históricoLa masonería había sido ya condenada por León XIII, en varias de sus encíclicas: en Etsi Nos, del 19 de febrero de 1882, había señalado el papel que, tras la unificación italiana, estaba desempeñando la masonería en la actitud de Reino de Italia hacia la Iglesia; Humanus genus, del 20 de abril de 1884, suponía una renovación de la condena de la masonería en la que señalaba los errores del naturalismo;[3] también al tratar de la situación de la Iglesia en Baviera, en Officio sanctissimo, del 20 de septiembre de 1887, había prevenido del peligro del contagio entre los católicos de los errores de la masonería.[4] Ahora el papa, considera necesario advertir de modo expreso de este peligro a todos los católicos italianos, señalando las muestras del ataque a la Iglesia por parte de la masonería. Además de algunas medidas legislativas y de gobierno se refiere también a la erección del monumento a Giordano Bruno[5] en Roma, en Campo dri Fiori,[6] un hecho del que ya se había dolido en el Consistorio delebrado el 30 de junio de 1889:
Contenido de la encíclicaEl papa inicia la encíclica expresando la especial preocupación que siente por los católicos italianos
No son los ataques directos al papa, y las calumnias que se difunden, lo que le hace volver a este tema; sino el daño que ocasionan a la Iglesia en Italia y el peligro que suponen esos hechos para la salvación de las almas. Ataques a la religiónLa encíclica se refiere, en concreto,
Medidas similares se han ido tomando en otras naciones, pero el papa hace notar, la especial virulencia que presenta esta situación en Italia, y el papel que desempeña en estas cuestiones la masonería. En la encíclica recoge varias declaraciones y acuerdos formales de las logias que manifiestan la radicalidad de los objetivos que se proponen; así, por ejemplo, declaran:
Respuesta necesariaAnte esta situación, el papa vuelve a manifestar su enérgica protesta por estos abusos, y su disposición de poner los medios necesarios para evitar el daño a las almas, por esto exhorta a los obispos para que actúen en el mismo sentido: esforzándose por la formación de un clero lleno de celo por la educación de la juventud y la propagación de la verdad católica. Es preciso que los católicos conozcan las medidas persecutorias que padece al Iglesia, y que sean conscientes de su deber de defender la fe que profesan. Para esto se debe contar con una buena prensa. En concreto, la prensa católica debe ayudar a la acción de los Pastores y defender las obras católicas. Además, los fieles deben sostener y difundir esta prensa. En estas tareas han de tenerse en cuenta los criterios expuestos por el papa en sus encíclicas Humanum genus y Sapientiae christianae, Beneficios que reporta la religión a la sociedadEl papa continúa la encíclica señalando el daño que esos ataques a la Iglesia producen en la sociedad, y por el contrario los beneficios que, para la paz social y el prestigio de Italia, proporciona las obras de la religión, al repercutir en una sana moral pública y privada; en el respeto a la autoridad y en el cumplimiento de los deberes ciudadanos. Una actitud del Estado respetuosa hacia al religión, redundaría en provecho de Italia, tanto en el interior, como ante las demás naciones. Sin embargo, se difunde, falazmente, la idea de que la Iglesia es enemiga de Italia; cuando la realidad es la contraria.
Exhortación finalConcluye la encíclica exhortando de nuevo a los Obispos y pidiendo su colaboración para evitar el daño a las almas. Hace después un llamamiento a aquellos que, sin estar adheridos a la masonería, ni acoger sus ideas, ayudan a su política; así como a los jóvenes que fácilmente pueden ser captados por el error. Quiere persuadirles de que el camino que se está recorriendo es fatal para Italia, y que lo que mueve al papa a denunciar este peligro, el deber y el amor a la Patria. Véase también
Notas y referencias
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