La Contribución polaca a la Segunda Guerra Mundial se inició inmediatamente después de que las acciones bélicas de la Alemania nazi y de la Unión Soviética deshicieran la unidad territorial polaca, debido tanto a la invasión nazi como a la invasión soviética, que desataron la Segunda Guerra Mundial. Se desarrolló en todos sus entes representativos, incluido el ejército, y se sostuvo mediante el aporte de hombres y cierta cantidad de recursos, financiados estos por la comunidad polaca en el exterior, que ansiaba ver a su patria libre de la dominación y subyugación producidas por las invasiones.
Su mayor resonancia se consiguió con las revueltas en los guettos, durante la invasión alemana, y ayudaría posteriormente al descerebramiento de los rectores y ejecutores de los campos de concentración en su ocupado territorio. Aparte, su enorme ayuda al salvamento de judíos que luego darían testimonio de su supervivencia a su nuevo estado les valió en el honorífico título de nación justa del Yad Vashem del Estado de Israel.
En septiembre de 1939, la defensa polaca no aguantaría la lucha en dos frentes a la vez. Un día más tarde, tanto el presidente polaco como el comandante en jefe huyeron a Rumanía. El 1 de octubre, después de un mes de asedio de Varsovia, las fuerzas hostiles entraron en la ciudad. Las últimas unidades polacas se rindieron el 6 de octubre. Polonia, sin embargo, nunca se rindió oficialmente a los alemanes.
En la Polonia ocupada por Alemania, rápidamente la calidad de vida de los polacos, especialmente de los judíos de Polonia; se empezó a deteriorar, ya que la ideología nazi los calificaba como infrahumanos. Del lado soviético la población también fue humillada y denigrada a niveles similares, sino inferiores; con miles de oficiales polacos siendo ejecutados en masa (Masacre de Katyn). Se estima que la cantidad de víctimas de nacionalidad polaca en la Segunda Guerra Mundial fue de alrededor de 850.000 militares y 6.000.000 de civiles lo que da un total de 6.850.000 personas. Esta cifra de bajas es una de las más altas en dicho conflicto.
Estando en el epicentro del estallido de la guerra, Polonia fue el país que perdió porcentualmente más población: entre el 16,93% y el 17,22%.[1]
Marian Rejewski - Un joven matemático polaco, hizo uno de los mayores descubrimientos significativos en la historia del criptoanálisis usando técnicas fundamentales de matemáticas y estadística al encontrar una manera de combinarlas
Margaret Brodniewicz-Stawicki: For Your Freedom and Ours: The Polish Armed Forces in the Second World War, Vanwell Publishing, 1999, ISBN 1-55125-035-7.
Władysław Kozaczuk, Enigma: How the German Machine Cipher Was Broken, and How It Was Read by the Allies in World War Two, edited and translated by Christopher Kasparek, University Publications of America, 1984, ISBN 0-89093-547-5. (This remains the standard reference on the Polish part in the Enigma-decryption epic.)
Władysław Kozaczuk, Jerzy Straszak: Enigma: How the Poles Broke the Nazi Code, Hippocrene Books; February 1, 2004, ISBN 0-7818-0941-X.
Richard Lukas: Did the Children Cry? Hippocrene Books, 1994.
Richard Lukas: Forgotten Holocaust. Hippocrene Books, 2nd rev.ed., 2005.
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Lynne Olson, Stanley Cloud: A Question of Honor: The Kosciuszko Squadron: Forgotten Heroes of World War II, Knopf, 2003, ISBN 0-375-41197-6.