Congreso de SuresnesSe conoce como Congreso de Suresnes la serie de asambleas celebrada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en la localidad francesa homónima entre los días 11 y 13 de octubre de 1974. Esta reunión, la decimotercera que tenía lugar en el exilio, es reconocida por ser la que cambió la orientación política e ideológica del partido poco antes de la transición democrática en España. AntecedentesDesde el Congreso de Toulouse (1970), los socialistas españoles habían mantenido una pugna abierta respecto a la orientación política y a la posición de la organización. Y es que, desde 1967, la Friedrich Ebert Stiftung, vinculada al Partido Socialdemócrata de Alemania, venía insistiendo en la necesidad de conformar cuadros de jóvenes socialistas que encabezasen desde la oposición el paso de la dictadura del general Franco a la democracia que antes o después había de llegar.[1] La organización recibía financiación desde el Ministerio de Desarrollo Exterior, entonces encabezado por Willy Brandt. Los socialistas posteriormente denominados «históricos», encabezados por el secretario general del partido, Rodolfo Llopis, recelaban de este acercamiento alemán, que podía suponer, de facto, la pérdida de libertad del PSOE frente a intereses externos. Por su parte, tanto el llamado «grupo de los sevillanos», formado por militantes jóvenes provenientes del interior y encabezado por Felipe González, Alfonso Guerra y Manuel Chaves, como el «grupo de los vascos», encabezado por Nicolas Redondo y Enrique Múgica, consideraban necesario que los socialistas comenzasen cuanto antes su preparación para el futuro que se preveía inmediato tras la Revolución de los Claveles en Portugal y la delicada salud del dictador. Era, pues, una pugna por dos visiones distintas de la realidad; no se quería dejar el espacio de la izquierda futura en España en manos de un Partido Comunista mucho más activo y que, a diferencia del PSOE, participaba en la Junta Democrática. En agosto de 1972, el XXV Congreso del PSOE, también celebrado en Toulouse, concluyó con la elección de Felipe González como secretario general. El rechazo de las tesis de Rodolfo Llopis llevaron a este a abandonar el partido y a la escisión del PSOE en dos mitades: el PSOE histórico, o exterior, refundado luego como PASOC; y el PSOE que, conservando las siglas, encabezó desde entonces González y que recibió desde un comienzo las bendiciones del resto de formaciones socialdemócratas europeas. Un mes antes del congreso se presentó la llamada Declaración de Septiembre, que abogaba claramente por la «ruptura», es decir, el restablecimiento de un régimen de libertades al modelo europeo-occidental, para lo que se exigía la libertad sindical, la liquidación del «aparato represor» del Estado, las libertades políticas, de asociación y de reunión, el derecho de huelga y el reconocimiento de las nacionalidades históricas. DesarrolloEl PSOE, reunido en el teatro Jean Vilar de Suresnes, reconocía la representación en este congreso de 3586 militantes, de los que 1038 estaban en el exilio, el resto estaba agrupado en 19 federaciones, siendo las más numerosas la asturiana, la guipuzcoana y la vizcaína, que englobaban a tres quintas partes del total. Para respaldar el cónclave, estuvieron presentes François Mitterrand, líder socialista francés y Bruno Pittermann, presidente en ese momento de la Internacional Socialista. La renovación parecía inevitable. Muchas federaciones, entre ellas las vascas, propusieron en un primer momento a Nicolás Redondo como candidato a secretario general, pero este no aceptó. La necesidad de un liderazgo en momentos complejos resultaba evidente. Algunos historiadores consideran que la candidatura de Felipe González estaba pactada desde un año antes, mientras que otros sostienen que las opciones estaban abiertas y subrayan el interés por Nicolás Redondo en los primeros momentos. En cualquier caso, se adoptó la fórmula de compromiso de Felipe González (Isidoro) como candidato con el apoyo de todo el sector interior, menos la federación madrileña, y de Ramón Rubial (Pablo) y Eduardo López Albizu (Lalo), dirigentes históricos de fuerte ascendencia entre los militantes vascos. Entre los miembros elegidos, además de González en la secretaría general, para la Comisión Ejecutiva figuraban, entre otros, Alfonso Guerra (Andrés), Nicolás Redondo Urbieta (Juan), Enrique Múgica Herzog (Goizalde) José María Benegas (Chiqui) y dos miembros de la Agrupación Socialista Madrileña que habían votado en contra del nuevo secretario general: Francisco Bustelo y Pablo Castellano (Hervás). Resoluciones adoptadas(1) La Resolución Política aprobada en el Congreso de Suresnes establecía un programa muy concreto en el que se definía el concepto de Ruptura Democrática:
(2) Además, el PSOE aprueba una segunda resolución que define y remarca su posición respecto al problema nacional y la organización territorial del estado:
(3) Esta posición sobre las nacionalidades y sus derechos seguiría siendo defendida y ampliamente argumentada en el congreso de 1976, postura que el PSOE mantendría hasta el año 1977:
Las consecuenciasLa primera de ellas y la más buscada por los delegados era el liderazgo y la imagen joven y combativa del PSOE. El 19 de octubre, al poco de terminar el Congreso, El Correo de Andalucía es secuestrado por el régimen al incluir una larga entrevista con Felipe González. Este hecho fue detonante para que se incrementara el interés por los nuevos rumbos del socialismo español. Véase tambiénReferenciasEnlaces externos
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