Combustible criogénicoLos combustibles criogénicos son combustibles que requieren almacenamiento a temperaturas extremadamente bajas para mantenerlos en estado líquido. Estos combustibles se usan en maquinaria para uso en el espacio (por ejemplo, cohetes y satélites) donde no se puede usar combustible común debido a las temperaturas muy bajas y la ausencia de oxígeno que sustente la combustión. Los combustibles criogénicos suelen ser gases licuados como el hidrógeno líquido. Algunos motores de cohetes usan enfriamiento regenerativo, consistente en hacer circular el combustible criogénico alrededor de las toberas antes de bombearlo a la cámara de combustión. Este método fue inventado por Eugen Sänger en la década de 1940. Todos los motores del cohete Saturno V que enviaron las primeras misiones tripuladas a la Luna utilizaron esta técnica, que todavía se emplea. En los cohetes el oxígeno líquido no se utiliza como combustible criogénico, sino como oxidante.[1] El fabricante de aviones ruso Tupolev desarrolló una versión del popular diseño Tu-154 con un sistema de combustible criogénico, denominado Tu-155, que utiliza gas natural licuado (GNL). Su primer vuelo fue en 1989. FuncionamientoLos propelentes criogénicos se pueden clasificar en dos categorías: 1) inertes y 2) inflamables o combustibles. Ambos tipos aprovechan el gran aumento de volumen que se produce cuando un líquido pasa a la fase gaseosa. La viabilidad de los combustibles criogénicos está asociada con lo que se conoce como un caudal másico alto.[2] Con la regulación, la energía de alta densidad de los combustibles criogénicos se utiliza para producir empuje en cohetes y un consumo controlable de combustible. Propelentes inertesLos propelentes inertes funcionan mediante la potencia mecánica transformada a partir de la producción controlada de gas a partir del líquido criogénico. El aumento controlado de la presión de presión actúa sobre los pistones del motor. El vehículo de aire líquido de Peter Dearman es un ejemplo notable. Algunos combustibles inertes comunes incluyen: Propelentes inflamablesEstos combustibles utilizan las propiedades criogénicas del líquido junto con la naturaleza inflamable de la sustancia como fuente de energía. Este tipo de combustible se usa sobre todo en cohetes. Entre los combustibles inflamables más comunes se encuentran los siguientes: Proceso de combustiónLos combustibles criogénicos son más eficientes que la mayoría de propelentes inertes. La maximización de la eficiencia pasa por determinar la proporción óptima de combustible y aire. En el caso del gas natural licuado, la eficiencia depende en gran parte del número de metano, que es el equivalente en gases del número de octano.[3] El cálculo se basa en el contenido de metano del combustible licuado y cualquier otro gas disuelto, y varía como resultado de las eficiencias experimentales;[3] a veces se añaden otros hidrocarburos para lograr una combustión óptima. Eficiencia de producciónLos procesos de licuación de gas han ido mejorando durante las últimas décadas con la llegada de mejores maquinarias y el control de las pérdidas de calor del sistema. Las técnicas típicas aprovechan que la temperatura del gas desciende drásticamente a medida que disminuye la presión de un gas. Una presurización seguida por una despresurización controlada puede licuar la mayoría de los gases.[4] Gas natural licuadoSi bien es rentable licuar el gas natural para su almacenamiento, transporte y uso, aproximadamente del 10 al 15 % del gas se consume durante el proceso.[5] El proceso óptimo contiene cuatro etapas de refrigeración con propano y dos etapas de refrigeración con etileno.[6] Ventajas y desventajasEntre los beneficios del uso de los combustibles criogénicos se pueden citar:
EL uso de combustibles criogénicos conlleva algunos inconvenientes:
Véase tambiénReferencias
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