Victoria táctica española Victoria estratégica mexicana [2][3]
Consecuencias
cese de hostilidades y entrega del fortín al ejército mexicano el 12 de septiembre, tras sumarse a la capitulación firmada el día antes entre Isidro Barradas y Antonio López de Santa Anna como resultado de la victoria estratégica obtenida por el ejército mexicano en la Batalla de Tampico (1829).
El Combate del Fortín de La Barra, es el último enfrentamiento militar entre las tropas españolas de la Expedición Barradas que defienden un fortín a orillas del Río Pánuco frente al asalto del ejército mexicano de Antonio López de Santa Anna, ocurrido en el transcurso de la noche del día 10 y la mañana del 11 de septiembre de 1829, tras la Batalla de Tampico (1829), durante la campaña de Isidro Barradas. El Ejército mexicano no consigue tomar el fortín tras once asaltos, pero las tropas españolas fueron incomunicadas y sitiadas e, informadas de la futilidad del esfuerzo, se rinden acogiéndose a la capitulación negociada con Isidro Barradas donde se rinden armas, cajas de guerra y banderas, y se compromete el Ejército Español a no volver a tomar las armas contra México por lo que se Consolida la Independencia de dicho país.
El fortín se encontraba en la desembocadura del Río Pánuco del lado Tamaulipeco, y consistía en un reducto circular de 60 metros de diámetro construido con sacos de arena y doble empalizada. Constaba de un foso exterior, una empalizada que rodeaba una franja de terreno de 15 metros de ancho y un parapeto interior de 30 metros de diámetro.
El día del asalto Santa Anna previamente envía un parlamentario al coronel Antonio Vázquez, comandante español de esa guarnición, solicitando la entrega del fortín español, misma solicitud que éste rechaza. El ataque se abre con el fuego de tres lanchas cañoneras mexicanas que son dispersadas por la artillería del fortín. Se sigue de un ataque de 1000 soldados mexicanos formados en dos columnas. Se frustran once asaltos mexicanos a la bayoneta.
Al amanecer del día 11, una columna española de 40 hombres hace una salida para rechazar de la primera empalizada los restos del ataque nocturno. La acción se sigue de un último ataque por parte de dos columnas mexicanas de 800 hombres de infantería y jinetes que son dispersados por la artillería del fortín. Los mexicanos se retiran a su posición del caserío de Doña Cecilia sin poder tomar el Fortín y en espera de refuerzos. Vázquez solicita paso de sus heridos a los hospitales españoles pero Mier y Terán no permite la comunicación y lo mantiene incomunicado con la ciudad de Tampico aunque se responsabiliza de todos los heridos de ambos bandos para trasladarlos al Pueblo Viejo de Tampico, en posesión de Santa Anna.
El día 11 de septiembre los españoles piden parlamento en Tampico y Santa Anna llama a los comisionados españoles para aceptar la capitulación propuesta por Barradas que le había sido hecha con anterioridad (desde el día 8 de septiembre) y aunque no es una rendición incondicional si ofrecen entregar armas, banderas y pertrechos de guerra, quedando sus ejércitos rendidos y prisioneros de guerra para ser evacuados hacia Cuba a costa del erario español. Se acordó también que el Ejército Español no volvería a levantarse en armas contra México. El día 12 de septiembre de 1829 Isidro Barradas y Fulgencio Salas se dirigen al Fortín de La Barra para comunicar al comandante Vázquez, que herido permanecía a la cabeza de los defensores, la capitulación de la expedición con lo que se afianza y consolida la Independencia de México respecto de España.[4]
↑Castillo (1856). Historia orgánica de las armas de infantería y caballería. Clonard. p. 69. «Los españoles quedaron dueños del campo,recogiendo el precioso lauro».
↑Rogelio Jiménez Marce (2003). La pasión por la polémica: el debate sobre la historia en la época de Francisco Bulnes. p. 125. «Aunque Iglesias difería de Bulnes respecto a tributarles honores a los invasores por la gallardía con la que combatían, sí reconoció que el asalto del Fortín de la Barra se podía considerar una victoria española, aunque de carácter parcial y efímero».
↑Ruiz De Gordejuela Urquijo, Jesús (2006). LA EXPULSIÓN DE LOS ESPAÑOLES DE MÉXICO Y SU DESTINO INCIERTO, 1821-1836. UNIVERSIDAD DE SEVILLA. SECRETARIADO DE PUBLICACIONES. p. 235. ISBN9788447210831. «Al amanecer del día 12 salió Barradas para La Barra acompañado de un ayudante de Santa Anna y del subteniente Rodriguez Campos. Una hora antes había hecho lo propio el comandante Fulgencio Salas para dar noticia de la capitulación al coronel Vázquez.»
↑Pio Baroja (1948). Memorias de un hombre de acción; Biografias.Volumen 4 de Obras completas. p. 1249. «Después del continuo ataque del fortín de la barra, en el que quedó gravemente herido su comandante, el coronel don Antonio Vázquez, le entregó éste la bandera del segundo batallón de la Corona para que la pusiese en salvamento, como lo ejecutó, a pesar de las pesquisas y registros que hizo el enemigo para hallarla».. El Ejército Español rindió 3 estandartes de sus batallones así como un pabellón ó bandera de fortaleza, trofeos de guerra que fueron exhibidos en la Cámara de Senadores y de Diputados, en Palacio Nacional así como en la Colegiata del Tepeyac en México durante todo el siglo XIX como muestra de la heroica defensa militar que se hiciera en Tampico contra la Invasión Española en 1829.
↑Ruiz De Gordejuela Urquijo (2006). LA EXPULSIÓN DE LOS ESPAÑOLES DE MÉXICO Y SU DESTINO INCIERTO, 1821-1836. p. 232. ISBN9788447210831.