El calendario holoceno es una reforma al calendario gregoriano propuesta por el geólogo italiano Cesare Emiliani (1922-1995). Según el mismo, propone el comienzo de la «era humana» en el 10000 a. C., un número redondo que facilitará los cálculos, y que coincide aproximadamente con la revolución neolítica y el comienzo de la época geológicaHoloceno (que comenzó hace unos 11 700 años).[1] Emiliani no mencionó al Holoceno en su propuesta, sin embargo, con posterioridad a su publicación, se ha usado el término incorrecto «era holocena» para referirse a este sistema de cómputo de fechas.[cita requerida]
Este sistema elimina la cuenta invertida de años que existe en el calendario gregoriano antes de nuestra era, desligar el calendario del nacimiento de Jesucristo (supuestamente en el 4 a. C.) y suprimir los problemas de cálculo derivados de no existir el año 0 en el calendario gregoriano.
Por consiguiente, a la fecha actual debemos agregarle diez mil años para obtener la fecha correspondiente en el calendario holoceno. Por ejemplo, el año 2025 sería el año 12025 de la era holocena (10 000 + 2025 = 12025) y la fundación de Roma en el 753 a. C. sería el 9248 EH (10 001–753 = 9248).
Motivación
Algunos de los problemas del calendario gregoriano, que actualmente sirve como el calendario mundialmente aceptado, incluyen:
Inconsistencia en los cálculos históricos: La falta de un año cero introduce inconsistencias en los cálculos históricos. Por ejemplo, el lapso entre el año 1 a. C. y el año 1 d. C. no es un período de un año, sino de dos años. Esto puede causar confusiones en eventos históricos y en la interpretación de fechas.
Dificultad en la representación de intervalos de tiempo: La ausencia de un año cero complica la representación de intervalos de tiempo que abarcan antes y después de la era común. Por ejemplo, el intervalo entre el año 2 a. C. y el año 2 d. C. no puede representarse fácilmente como un intervalo de cuatro años, sino que debe tratarse como dos intervalos separados: uno de tres años antes de Cristo y otro de tres años después de Cristo.
Problemas en los cálculos científicos y astronómicos: En campos como la astronomía y la ciencia, donde se realizan cálculos precisos sobre intervalos de tiempo largos, la ausencia de un año cero puede dificultar los cálculos y la interpretación de datos.
Dificultades en la programación informática y sistemas digitales: En sistemas informáticos y de programación, la ausencia de un año cero puede causar problemas en el manejo de fechas y cálculos de tiempo, ya que muchos sistemas digitales están diseñados para contar los años desde cero. Esto puede conducir a errores en el software y en la representación de fechas.
El calendario gregoriano se basa en el año 1 d. C., considerado el año en que se estima que nació Jesús de Nazaret. Este enfoque histórico-religioso, especialmente el uso de términos como «antes de Cristo», «después de Cristo» y «Anno Domini», puede no ser relevante para personas que no practican el cristianismo.
Críticas
Esta modificación al calendario ha sido criticada por algunos autores, arguyendo que sigue basándose en la fecha del nacimiento de Cristo y que transmite una falsa precisión del comienzo del Holoceno.[2] Según la Unión Internacional de Ciencias Geológicas, el Holoceno comienza en el 9701 a. C., que es 300 años después del comienzo del calendario holoceno. Esto significaría técnicamente que todos los años en el calendario del holoceno están 300 años por delante.
Asesinato del filósofo Sócrates, considerado padre de la filosofía. Fue maestro de Platón, quien tuvo a Aristóteles como discípulo, siendo estos tres los representantes fundamentales de la filosofía de la Antigua Grecia.
↑Hunt, L. (2013) «Globalisation and time», artículo publicado en el libro Lorenz, C. y Bevernage, B. (eds.) Breaking up the time. Negotiating the borders between present, past and future (págs. 199-215). Frias School of History. ISBN 978-3-525-31046-5 (ver págs. 206-207)