Caballo serranoSe denomina caballo serrano o caballo de las sierras a un grupo de razas equinas autóctonas de España, que conforman uno de los tres ecotipos de caballo ibérico.[1] Hasta principios del siglo XX, casi todas las serranías españolas contaban con una variedad propia de caballo autóctono, que han desaparecido en su mayoría. A este grupo pertenecen las razas asturcón, gallego, losino, pottoka, serranillo o la jaca navarra, entre otras. También formaron parte del mismo otras razas desaparecidas, como las jacas chirrinas, cordobesas, extremeñas, onubenses, las de Sierra Morena, vallisoletanas, sorianas, rondeñas, catalanas o mallorquinas, entre otras muchas.[1] Se trata de animales de pequeño tamaño, con una alzada de 130-140 cm, de perfil frontal recto, extremidades aplomadas, crin y cola pobladas, y la capa es generalmente castaña, aunque también existen la alazana, la baya, la negra y la torda, principalmente.[1] Estudios genéticos han demostrado la relación entre estas razas, descendientes del tronco tarpánico y encuadradas en un subgrupo de tipo ponis ligeros que descienden del equus gmelini, incluyendo otras razas ibéricas como sorraia y garrano.[2] Algunas de las razas de este grupo que aún perviven están incluidas en el Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, por lo que tienen reconocimiento oficial,[3] otras están extintas, y otras se encuentran en proceso de recuperación.[4][5] Distribución de razasEn Andalucía estuvo presente en todas sus provincias: en Córdoba se denominaban jacas cordobesas, en Jaén eran chirrinas, en Granada se los conocía como alpujarreños, mientras que en Málaga se encontraban los más afamados, conocidos como caballos o jacas rondeñas.[6] En el caso de Huelva, es posible que pervivan en el caballo de las retuertas.[1] En Castilla y León aún existen varias razas de caballo serrano. A la zona astur-leonesa pertenece el asturcón, entre Burgos y Palencia se localiza el caballo losino, y en la Sierra de Guadarrama, que dentro de la comunidad discurre por Ávila y Segovia, aún pervive el caballo serranillo. También existieron la jaca vallisoletana o la jaca soriana, esta última muy similar a la raza losina.[1][7] En Castilla-La Mancha, las provincias de Cuenca, Guadalajara y Toledo poseían un caballo del mismo estilo, cruzado con el caballo andaluz.[6] En la comunidad se ha introducido en el siglo XXI de nuevo el caballo serrano, a través de un proyecto europeo liderado por la Fundación Española para la Renaturalización, que pretende repoblar la zona del Alto Tajo con este animal,[8] y ayudar a la regeneración de bosques afectados por incendios.[9] En la Comunidad de Madrid, se encuentra el caballo serranillo, en el Valle del Lozoya, reconocido en 2011 por la Asamblea de Madrid como raza autóctona, con el propósito de recuperarla;[10] también pervive en la zona de San Lorenzo de El Escorial otro caballo de capa ruana.[1] En la zona norte se encuentran el caballo de pura raza gallega (Galicia), el asturcón (Asturias), el pottoka (País Vasco) o la jaca navarra,[6] también llamada jaca pamplonesa.[11] También hubo jacas o caballos serranos en Aragón, Cataluña, en la zona del Levante y en Extremadura.[6] Además, también comparten la misma fisionomía otros equinos españoles como el caballo de monte del País Vasco o el caballo burguete, aunque este último es el resultado del cruce de jaca navarra con otras razas extranjeras.[11] Véase tambiénReferencias
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