CéneoEn la mitología griega, Céneo o Ceneo (Καινεύς / Kaineús; lat.: Caeneus) era el rey[1] de la tribu perrebia[2] de los lápitas,[3] ubicada en Magnesia[4] o el monte Otris.[2] Se dice que en otro tiempo había nacido como mujer, con el nombre de Cenis o Cénide (o bien Cene o Cena; Καινή),[5] y que por abolengo era hija de Élato[2] o bien de Átrace,[6] pero no se menciona quién era su madre. Su patronímico es Ceneida.[7] Hesíodo, Dicearco, Clearco, Calímaco y algunos otros cuentan que, en el país de los lapitas, el rey Élato tuvo una hija llamada Cénide. Poseidón se mezcló con ella y prometió hacerla lo que ella quisiera. Ella pidió que la convirtiese en hombre y la hiciese invulnerable. Conforme a la petición, Poseidón la hizo hombre y cambió su nombre por el de Ceneo.[8] Acusilao, el primer autor en citarla, dice que le pidió expresamente a Poseidón ser un hombre para evitar dar a luz a su hijo o a cualquier otro.[9] Ovidio dice que Poseidón forzó a la muchacha y aprovechando de que el dios estaba de buen humor Cénide le pidió cambiar de sexo para no ser violentada nunca más.[10] Algunos dicen que Ceneo, exaltado por su nuevo estado, colocó una lanza en medio de la plaza del mercado, donde se congregaban los ciudadanos, y les obligó a hacer sacrificios a la lanza como si fuera un dios, prohibiéndoles honrar a ninguna otra divinidad.[11] A pesar de su invulnerabilidad, cayó a manos de los centauros en la guerra que se suscitó entre estos y los lápitas. No pudiendo matarlo ni hacerlo retroceder en la batalla, los centauros no tuvieron más remedio que, entre todos ellos, enterrarle vivo bajo un montón de troncos de abeto.[12][13] Los propios lapitas, asombrados al contemplar el cadáver incólume de Céneo, decían que no había recibido ninguna herida durante el resto de su vida y murió sin recibirla.[14] Dicen que tras su muerte emergió del cadáver un ave de brillantes alas, el flamenco.[2][15] Higino, en su nómina de expedicionarios de los argonautas, cita hasta tres hijos: Corono, que provenía de la Girtón tesalia, y también Foco y Príaso, tan sólo descritos como magnesios.[4][7] En las Argonáuticas órficas se añade a otro hijo entre los viajeros, Enio.[16] Al menos en una fuente se nos dice que Ceneo fue uno de los participantes en la cacería del jabalí de Calidón.[17] Sobre el final de Ceneo, Higino es el único autor que nos dice que finalmente terminó suicidándose.[18] De Céneo decían descender los cipsélidas, linaje de la ciudad de Corinto. Notas y referencias
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