Avistamiento de luces de 1492El avistamiento de luces de 1492 hace referencia a un episodio ocurrido el 11 de octubre de 1492, horas antes de que la expedición de Cristóbal Colón llegara a las costas de la isla caribeña de Guanahani y se produjera el Descubrimiento de América. Las luces fueron vistas por los miembros de la tripulación de La Pinta, que se encontraba más adelantada, así como los de la capitana Santa María y, posiblemente, también por los de La Niña.[1] Este episodio fue reportado en el diario que el propio Colón[2] llevaba, así como en La vida del almirante, obra que publicaría años más tarde su hijo, Hernando Colón.[1][3] El episodio, descrito en el diario, relata lo siguiente:
Se calculó que las doce leguas que la tripulación había recorrido desde las 10 de la noche, con la distancia de las dos leguas fuera de la tierra, corresponden esencialmente a la distancia y la ubicación de Guanahani.[4] Como tal, se presumió que la luz estaba en la isla de San Salvador, lo que fue pensado por Colón.[4] A juzgar por la velocidad de las naves, proporcionada en el diario de a bordo, investigadores posteriores como L. T. Gould suponen que la luz "debe haber estado a unas 35 millas más o menos al este de la tierra, y bien a barlovento".[5] Explicaciones propuestasOrigen artificialBartolomé de las Casas ofreció una explicación temprana, quien escribió:
Esta versión fue apoyada por el militar e historiador estadounidense Samuel Eliot Morison,[6] a pesar del hecho de que tendía a socavar su desembarco preferido en la isla de San Salvador. Otros han avanzado la hipótesis de que la luz podría haber sido un nativo que pescaba en una canoa por la noche, pero los vientos muy fuertes implican que habría sido bastante improbable. Estos problemas han llevado a la conclusión de algunos de que la luz no estaba en Guanahani, la isla del primer desembarco, sino en otra isla, más oriental.[7] BioluminescenciaSe ha propuesto que la luz fue causada por protozoos bioluminiscentes en las rocas del Banco de Pañuelo Blanco, un banco oceánico ubicado entre República Dominicana y las Islas Turcas y Caicos. Sin embargo, esta teoría es improbable debido a la naturaleza de la "vela de cera pequeña" de la luz, lo que sugiere una fuente puntual.[8] Una sola hembra de los poliquetos Odontosyllis enopla puede tener períodos cortos separados de brillo excesivo y menor, tal vez explicando una exhibición en forma de vela.[9] Pero investigaciones posteriores han demostrado[10] que la actividad bioluminiscente de Odontosyllis se limita a unos pocos días después de la luna llena, lo que descartaría esa explicación porque la Luna estaba cerca de su episodio creciente aquella noche. Fenómeno OVNIOtras investigaciones, si bien polémicas o no refrendadas por estudios científicos, han postulado que dichas luces no fuesen luces en tierra producto de una hoguera fortuita en la costa. Más bien, se piensa que Cristóbal Colón y su tripulación fueron testigos de una presencia OVNI. A 80 kilómetros de las posibles costas era imposible poder vislumbrar ninguna luz, más teniendo en cuenta su altitud, ya que las cotas de Guanahani apenas podían superar los 50 metros de altura. Las publicaciones realizadas por Juan José Benítez, periodista, o Manuel Audije, oficial de la Armada Española, han llegado a contemplar dicha posibilidad.[11][12][13] Dicha teoría busca asentarse con otra entrada anterior del Diario de Colón, concretamente la del 15 de septiembre, y por copia de Bartolomé de las Casas, que decía:
Bajo la teoría OVNI, la propuesta es que antes del episodio de la llegada al Descubrimiento de América, la tripulación había sido testigo de un episodio de un encuentro paranormal en la zona del mar de los Sargazos, antes de desviarse de su rumbo hacia el Sur. A las posibilidades de un cometa o asteroide que surcara el cielo y cayera en el océano, estos investigadores abogan porque dicho "ramo de fuego" pudiera ser un osni.[11] Referencias
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