El SEAT 600 fue el coche más vendido en España en las décadas de los 1950 y 1960. Pesaba unos 600 kg y medía algo más de tres metros de largo.
El SUVHyundai Tucson fue el vehículo más vendido en España en 2022. Puede pesar hasta más de 1800 kg y medir más de 4 metros y medio de longitud.
El tamaño y peso de los automóviles no ha parado de aumentar en las últimas décadas. Sin embargo, el número medio de ocupantes por vehículo ha tendido a disminuir.
La obesidad vehicular o autobesidad es la tendencia de aumento del tamaño y el peso de los automóviles[1][2]desde que se tienen registros.
En las regiones de Europa, el Medio Oeste y África, la masa media del turismo convencional pasó de menos de 1000 kg en 1970 a 1380 kg en 2015, según la Federación Internacional del Automóvil[3]y la OCDE[4] en 2017, un aumento del +38 % en 45 años.
El peso medio de los coches vendidos en Europa aumentó un 21 % entre 2001 y 2022.[5]
Consecuencias
Entre las consecuencias de un mayor peso y tamaño de los coches se encuentran:
Una peor calidad del aire, incluso con vehículos eléctricos, debido que los vehículos más pesados tienen un mayor consumo energético y liberan más partículas de neumáticos y frenos.[6][7]El tamaño de los vehículos ha aumentado de forma considerable, con los modelos SUV a la cabeza, lo que ha hecho que cualquier intento por reducir las emisiones netas gracias a la mejora de la eficiencia de los motores resulte infructuosa: el Parlamento Europeo confirmó en 2019 que la evolución de las emisiones de CO2 de los coches nuevos se había invertido debido al tamaño de los SUV;[8] y en 2021 la Agencia Internacional de la Energía confirmó la tendencia.[9]
Menor seguridad vial, ya que los vehículos más pesados tienen una mayor energía cinética y los vehículos más altos tienen más probabilidades de golpear a los peatones en la cabeza y en el torso o incluso no poder observar a niños pequeños que quedan por debajo del ángulo de visión del conductor.[10][11] Además, los vehículos más grandes tienen más probabilidades de atropellar a los peatones debido a que al girar tienen una peor visibilidad.[12]
Problemas de aparcamiento para otros vehículos, ya que no caben en las plazas de aparcamiento típicas, ocupando varias.[13]
Un conductor individual puede elegir un coche más grande por su seguridad personal, por tener más espacio o por comodidad. Sin embargo, un coche más grande genera una amenaza para la seguridad de otros usuarios, lo que les empujaría a elegir también coches más grandes, generando un círculo vicioso.[15]
Acciones gubernamentales para contrarrestar la autobesidad
A partir de 2024 París cobrará mayores tarifas de aparcamiento para los SUV.[16]
En enero de 2024, Lyon cobrará el estacionamiento en función de diferentes tramos mediante una tarifa progresiva, penalizando la movilidad de combustión y los vehículos pesados de grandes dimensiones, con excepciones para eléctricos y familias numerosas.[17][18]
Un informe del Parlamento Europeo de 2023 propone introducir un nuevo permiso de conducción de "categoría B+" para los coches que pesen más de 1,800 kilos.[19]